-Capitulo 2:El inicio del fin Pt. 2 -

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Cualquiera hubiese pensado que un chico tan apuesto como Harry tendría a un ejército de chicas tratando de ser su pareja, pero no. La verdad es que Harry siempre destacó por ser el más raro de la colonia, si bien pasaba desapercibido en casi todos lo eventos sociales, en los demás lugares lo veían como un ser extraño digno de lastima, nunca nadie le temió, su apuesta apariencia no lo ayudaba en nada, dicen algunas personas que saco el color de ojos de su padre, por eso el detestaba ese par de esferas verdes, le recordaban todo lo que un día pudo ser pero no fue. Extrañar algo que nunca tuviste es mil veces más triste que haberlo tenido y haberlo perdido, Harry no olvidaba los motivos por los que sus padres lo habían abandonado pero eso no hacía que el dolor desapareciera.

Si había una fecha que este chico de ojos verdes odiara son los 28 de septiembre, a sus 20 años ya lo habían rechazado 3 veces, si este año lo rechazaban corría el riesgo de ser expulsado de la colonia, lo peor es que harry no tenía a nadie en ninguna parte, a excepción de la mujer que lo había acogido con tan solo 3 años de edad, Miranda, una señora de 74 años actualmente, si bien no era su madre, era lo que más se acercaba a una, lo único que lo amarraba a la colonia #208 era ella...
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28 de septiembre, 2913:

Harry se estaba alistando para la celebración cuando llegó Miranda a el cuarto de harry, se sentó al lado de el en la cama y se le quedó viendo.
- sabes que si hoy no consigues pareja se iniciará un juicio contra ti, ¿No?.- hablo Miranda con un tono de preocupación que se percibía, sobre todo en una voz tan madura.
-Créeme que lo se y lo que más me preocupa no estoy seguro de que este año va a ser distinto a los demás... no te quiero dejar- dijo harry disminuyendo la voz en la última oración, estaba convencido de que la gente no lo quería porque hacía las cosas mal, pensaba que era su culpa que la sociedad no lo aceptara, pobre Harry, si hubiese sabido que los prejuicios de la gente no son culpa de nadie mas que de ellos mismos.
-Necesito que des lo mejor de ti hoy, no permitiré que te expulsen pero tienes que poner de tu parte, sabes que ellos lo hacen por el bien de tod...-hablo Miranda antes de ser interrumpida por la voz grave del chico.
-Claro que lo se, ¿crees que no he dado lo mejor de mi todos estos años? ¿Crees que no lo he intentado?-dijo Harry antes de quebrar en llanto, sus sollozos inundaban el cuarto, el silencio de Miranda hacía que se escucharan más ruidosos.
Miranda abrazo a Harry cuando sintió que era uno de los últimos momentos que iba a poder pasar con Harry de esa manera, si no lo lograba esa noche quien sabe que iba a pasar con el chico de ojos verdes.
Harry se calmo y hablo; - Te prometo que hoy voy a dar lo mejor de mi, te juro que voy a encontrar a alguien para pasar el resto de mi vida...- se paro de un salto de la cama, agarro las llaves de su auto y salió hacia lo que esperaba, fuera un gran día.
Harry condujo con lo único que le quedaba, la esperanza, es triste decirlo pero es la verdad, cuando todo está en tu contra es lo único que te queda. Harry se estaciono y bajo de su auto, llegó a la entrada y lo primero que recibió fueron las miradas de un par de chicas, una de ellas pareciera que hubiese visto el espectáculo más triste de la historia y la otra chica lo miraba con asco. Harry decidió no hacer caso a las miradas de esas chicas y se introdujo al salón de baile, como era de esperarse, el panorama no era muy distinto allí adentro. Harry se acerco a una chica que parecía estar sola, tenía el pelo rubio y ojos azules como el mar, su estatura era pequeña.
-Hola! Cómo estás? - dijo la chica con un tono muy amable.
-Hola, bien y tú? Mi nombre es Harry Styles.- hablo temeroso.
- Mi nombre es Lottie Tomlinson- estiró la mano para darle un saludo cordial a Harry- y tengo 16 años. - continuo Lottie.
Harry supo de inmediato que la chica no era cualquier persona, era de los Tomlinson, una de las primeras familias en llegar a este terreno y fundar la colonia #208, supo que no era buen terreno ni para empezar una conversación, trató de irse lo más rápido posible para evitar cualquier mal rato.
-Lo siento, me tengo que ir, mi pareja me está esperando.- fue una gran mentira por parte de Harry, el se dio la vuelta dejando a Lottie con la palabra en la boca.
Harry continuó solo el resto de la noche, alguna que otra chica se le acercaba pero cuando llegaba el momento para Harry de decir su nombre la cara de la chica se desfiguraba y trataba de irse sin más, el chico estaba cansado de tantos rechazos, un pequeño puchero se empezó a formar en su rostro el cual amenazaba con terminar en un llanto terrible, el ojiverde prefirió ir al baño para pensar y evitar pasar una vergüenza que le podría arruinar el resto de su día. Cuando llegó al baño soltó un suspiro y su llanto llenó los cubículos. Harry no lloraba por el insistente rechazo de las chicas, no, lloraba por el hecho de que si no conseguía a una sola chica hoy, corría el riesgo de ser expulsado y no volver a ver a la única persona importante en su vida, Miranda.
Harry trató de calmarse, se lavó la cara con agua fría para bajar la inflamación de sus ojos, en eso vio que chico abría con dificultad la puerta del baño, tenía el cabello revuelto, color castaño claro y unos ojos azules que se destacaban a distancia, baja estatura y figura esbelta, caminaba arrastrando los pies, con la actitud digna de un borracho. Harry vio como ese chico se empezaba a acercar hacía el y lo empezaba a recorrer con sus ojos, pensó que quizás el chico de ojos azules se iba a burlar como otras personas lo habían hecho antes, inclusive espero una paliza de su parte. La sorpresa de Harry debe haber hecho que el chico de ojos azules se asustara por lo que acababa de hacer, lo beso, si, el muchacho de ojos azules lo beso. Lo más sorprendente para Harry fue que se sintió bien, y le gustó y quería que no parara pero los dos chicos sabían que estaba mal lo que habían hecho y la culpa igual los termino consumiendo.
El chico con los ojos azules se separo de los labios de Harry y sintió como el ambiente se tensaba cada vez más.
- me tengo que ir, no se que hice.- hablo el ojiazul rompiendo el silencio, así fue como rápidamente salió del baño y dejo a un Harry anonadado. Si algo aprendió Harry es que finalmente si encontró a alguien para pasar el resto de su vida pero no era lo que esperaba.

Cuando amanezca || Larry Stylinson [editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora