×3×

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Después de terminar otro día de clases, salí disparada hacia la biblioteca.
Claro que, tenía la membresía en ese entonces. Había hecho el trámite el día anterior en la tarde.

¿Por qué corrí como si mi vida dependiese de eso? Bueno, la respuesta se encontraba en un famoso rumor : Cerrarán la biblioteca por no pasar el control sanitario.

No tuve tiempo de esperar el ascensor. Subí directamente las escaleras.
Detrás de la puerta habían cajas de cartón acumuladas.

Di paso y me acerqué hasta el buen señor bibliotecario.

—Hola, buen día. ¿Tiene todavía mi libro?

—Oh sí, claro niña. —Se puso sus anteojos y revisó una caja que estaba detrás suyo.—Aquí está. Le dije que no se lo iba a sacar de aquí.

Me registró con el carnet y anotó cuando debería de devolverlo o, en todo caso, renovar la entrega.

—Disculpe, ¿Es verdad que cerrará?

—Es lo que están diciendo...

El señor bajó la cabeza y yo me sentí horrible en ese momento. No debí haber dicho nada.

—Sinceramente, yo no les creo.—Volvió a mantener su frente en alto, también agregó una sonrisa que me reconfortó.-¿Quiere que le ayude con esas cajas de ahí?

[×]

—¿Quedan esas dos solamente? —Había levantado cinco, y unas cuantas más no hacían gran diferencia.

—Sí, pero... Mejor déjelas ahí, niña. Son muy pesadas. Vendrá un joven dentro de un rato y hará el trabajo.

Aproveché para ir al baño, pero iba a regresar. No quería dejar un trabajo a medio terminar.

—Ya terminé con esto, Señor Changxu.

Cómo no, solamente faltaba él para que mi día estuviera completo.
Ví cómo le sonría al bibliotecario. No me esperaba una sonrisa tan bella emanar de él, pliegues se formaban en sus mejillas y sienes, lo hacía lucir tan guapo.

Quería que me sonriera de esa forma a mí. Sólo una vez.

Su celular sonó y se retiró de ahí. Aproveché y me acerqué al amable anciano.

—Señor Changxu, ¿Sabe cómo se llama ese chico?. —Lo apunté. Dios, qué descarada fui seguramente.

—Es Park Jinyoung. Es un muy buen muchacho, también.

Créame señor, no tengo duda de ello.

Me despedí de él y caminé disimulando estar aburrida hacia donde estaba el tal Jinyoung. Estaba de espaldas a mí, con su teléfono pegado a su oído.

—Sí, ya lo hice. —Decía con un tono que lo hacía parecer irritado. — ¿Quieres la verdad? Bien, entonces no. No tengo ganas y mucho menos apetito.

Antes de que pudiera pensar algo, Park se había dado vuelta.
Sus ojos se abrieron más de lo habitual y su boca entre abierta me daban a asegurar que quería insultarme.

—¿Acaso eres mi sombra? Qué demonios tienes conmigo. —Fue brusco. Por reflejo, tuve que retroceder un paso.

—Lo siento, Jinyoung.

De pronto sentí un golpe en mi hombro. Dolió. Supe que dolía más que lo hiciera un chico que una chica, parecía más hiriente de alguna manera.

Sentí rechazo.

—No te me acerques más. — Dijo antes de irse por completo.

Mis ojos empezaron a arder, pestañé y lágrimas salieron. La razón no era que él me haya lastimado, sino que yo me lo permitía. Por favor, ese chico malhumorado no podía rebajarme y hacerme sentir una nenita perdida que no tenía a sus padres y llorar por eso.
Lo que pasaba era que encajaba en el de papel de chica estúpidamente emocional; lloraba para superar, no para dar lástima.

Para mi suerte nadie me vió. Quise pensar mejor las cosas, meditar la forma que tenía al relacionarme socialmente. Fui a la azotea del edificio por segunda vez.

"¿De verdad era una especie de acosadora?"

"¿Por qué no lo dejaba en paz y ya?"

"¿Yo era el problema?"

Suspiré cansada. Yo sola me hacía lío en mi cabeza.
El viento soplaba contra mi cara, las nubes grises y amontonadas me hacían sentir que poco a poco podía relajarme. En cualquier momento llovería, pensaba.

Me acerqué a la orilla del edificio para observar y ser observada si se lo ameritaba.
Veía caminar a Jinyoung, no se dirigía al árbol gigante de la otra vez, había tomado otro rumbo. Quizás iría a su casa.

De pronto me asusté por él. Se había tambaleando, chocando con una columna de piedra.
Dudé un poco pero bajé y caminé hacía él. Se había sentado justo ahí, sinceramente lucía horrible.

Tenía sus párpados cerrados y sus cejas fruncidas. Iba a decirle algo pero el sonido de sus tripas me lo impidió. Seguido, abrió sus ojos y me vió con expresión molesta, se levantó bruscamente del suelo; a su estilo.

Jinyoung no había comido.

—¡Espera! Antes de que me insultes, tengo algo para ti.

En ese momento agradecí que lo que me salvara fuera un sándwich de pollo y tomate.

Saqué la bolsa donde llevaba la comida y se la di. Me miró con el ceño fruncido a más no poder.

—¿Me estás dando comida? No recibo cari-

—No lo tomes así. Velo como que te estoy invitando de mi almuerzo.

—No lo necesito. — Y justo en ese instante su estómago sonó de nuevo.

—Sí, sí lo necesitas.

Antes de que contradijera de nuevo me largué a correr para mi casa.

Estaba empezando a llover.

[×]

Los días posteriores había empezado a llevar comida de más.
A veces Park me rechazaba; se me quedaba mirando, rodeaba sus ojos y se iba. En esos casos yo tenía una que otra estrategia; dejaba el comestible sobre su banco o lo metía en su mochila cuando no me veía.
Si bien no podía estar completamente segura de que lo comiera, me tranquilizaba más.

Había transcurrido una semana, regresé el libro porque ya había conseguido para mí. Cuando salgo divisé en ese gran árbol viejo a Jinyoung leyendo. Cuándo no.

—¿No se te manchan las hojas si las tocas con mano aceitada? — Le pregunté simpática.

Tenía alado suyo un snack. Me alegré mucho por eso.
Me senté frente a él aún sin borrar la sonrisa de mi cara. Me miró y me mostró su libro, había una especie de sujetador en la parte baja... ¡Así corría las hojas!

Reí por eso. Es que su rostro egocéntrico me ganaba.

—¿No te cansas de sonreír, Jade? — Dijo volviendo a su lectura.

—¿Cómo sabes mi nombre?

—Vamos al mismo salón.

Qué tan boba puedo llegar a ser, sentía vergüenza de mí misma.

—Cierto, perdón por eso.

Estuvimos en silencio un rato, para él seguro era cómodo pero yo no lo sentía tan así, más bien parecía que me ignoraba.

—Sonrío porque me gusta ver que comas. — Respondí sincera.

— Eres feliz con tan poco, me sorprendes.

—¿Y tú con qué eres feliz, Jinyoung?




INSENSIBLE© |•Park Jinyoung•|✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora