SEBASTIAN STAN
-Sigo sin entender, ¿por qué sigues con él?.- volvió a preguntar.
-Porque lo amo...- contesté de manera dudosa.
-Eso sonó más a una pregunta que a una afirmación.
Bufé.
-Entonces, ¿qué hago Sebastian?.- le pregunté viéndolo directamente a los ojos.
Justo cuando me iba a contestar, sonó mi celular.
-¿Hola?.- contesté.
-Hola, ¿Dónde estás cariño?.- me preguntó mi prometido.
-Con unas amigas.- dije pidiéndole una disculpa a Sebastian con la mirada.
-¿Vas a tardar mucho?
-No, me estaba despidiendo.
-Bien, te espero en la casa.- finalizó la llamada.
-Tengo que irme Seb, te llamó luego.- dije levantándome de la silla.
-No.- contestó.- Si te vas y haces lo que toda tu familia espera de ti, dejaré de ser tu amigo.
Sentí una presión en mi pecho y unas terribles ganas de vomitar.
-Lo siento tanto Sebastian.- susurré con lágrimas en mis ojos y un nudo en la garganta.- Pero me tengo que ir. Te quiero.
Me di la vuelta y salí a paso rápido del lugar.
También lo siento. Te amo. Pensó un Sebastián dolido.
...
Han pasado tres años en los que me lamentó haber cambiado a Sebastian por un idiota como James.
Sebastian cambió de su número telefónico, se mudo; cambió todo. He visto algunas películas de él, entrevistas, pero hasta ahí; yo tomé mi decisión y tengo que respetar la suya.
Me encontraba caminando por las calles de Nueva York cuando lo vi, tan guapo como siempre.
Le sonreía a una chica, muy linda por cierto. Me iba a dar la vuelta cuando nuestras miradas se encontraron, mi corazón se aceleró. Le regalé una sonrisa, aunque creo que fue más una mueca y continúe con mi caminata; cuando de pronto sentí un agarre en mi brazo.
-Hey.- su voz se escuchó ligeramente agitada.
Estaba detrás de mi, así que giré para quedar frente a él.
Tenía su cabello más largo de lo que usualmente lo usaba y no se le veía rastro alguno de barba; y sus ojos lucían de un azul verdoso.
-Hola Sebastian.
-Luces preciosa.- me dijo sonriendo.
-Gracias.- contesté sonrojandome.
Y sorpresivamente me abrazó, tardé en responder, pero cuando lo hice no pude evitar que las lágrimas comenzarán a salir.
-Lo siento Seb, lo siento mucho.- dije intentando dejar de llorar.- Te extrañé tanto.
-Shhh... tranquila, yo también te extrañé. Vamos por un café, tenemos tanto de que hablar; veo que no te casaste.- dijo mientras rompía el abrazo para tomar tu mano y comenzar a caminar.
Pero recordé algo y detuve sus pasos.
-Espera Sebastian, ¿qué pasó con tu novia?.- le cuestioné cabizbaja.
-No es mi novia, solo era una fan pidiendo un autógrafo.- sonrió burlón.
Reí. Tomé su mano nuevamente.
-Te amo.- dije comenzando a caminar.
-También te amo.- me contestó mientras colocaba un brazo sobre mis hombros.
