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SEBASTIAN STAN
Aburrida.
Así estabas. Era jueves y saliste temprano del trabajo, y Sebastian regresaba hasta en la noche.
Estabas acostada en el sillón con Buck, el perro de ambos. Ya habías revisado tus redes sociales, también limpiaste el departamento, acomodaste la ropa del armario, sacaste a pasear a Buck, hiciste la cena y no podías llamar a Sebastian porque estaba en horas de trabajo.
Bufaste.
Te levantaste del sillón decidida a hacer algo. Y entonces vino una idea a tu mente.
Tomaste a Buck con su correa y con tu destino, ya pensado, saliste del departamento.
...
Cuando Sebastian entró al departamento, Buck lo recibió manchado de pintura azul y manchas blancas y rojas, que ya viéndolo bien estaba caracterizado como elCapitán América. Y tú saliste con tu brazo izquierdo pintado se plateado y una estrella roja, vestida completamente de negro, eras El Soldado del Invierno.
-Cariño, llegaste.- dijiste mientras caminabas hacia él con los brazos abiertos.
-¿Qué hiciste?.- dijo de forma molesta.
-Estábamos jugando, Buck era Capitán América y yo era El Soldado del Invierno, y yo en vez de caerme del tren, me caí de la cama.- comenzaste a reír.
Rápidamente dejaste de reír al ver que Sebastian no te seguía el rollo.
-No puedo creer que hicieras esto, se puede enfermar.
Y se fue llamando a Buck para bañarlo. Agachaste la cabeza triste.
A los pocos minutos Sebastian regresó por ti.
-Lo siento.- dijo tomando tus manos.- ¿Vienes? La pintura no se va quitar.
Te sonrió torcidamente, mientras Buck salía del baño moviendo la cola.
