SEBASTIAN STAN
-Sebastian, ya estoy cansada.- te quejaste por tercera vez.
-Vamos muñeca, no aguantas nada.- te dijo burlón.
Te detuviste y te tiraste en la arena.
Habían salido a dar un paseo por la orilla de la playa, aprovechando que tu novio, Sebastian, no tenía ningún compromiso.
-Eres una floja.- te dijo al mismo tiempo en el que se tumbaba a lado tuyo.
-¿Soy tu floja?.- le preguntaste de manera divertida mientras acomodabas tu cabeza sobre su pecho y él te abrazaba.
-Claro que sí muñeca.- te contestó besando tu frente.
Te acurrucaste aún más contra él.
-Te amo tobillo.- le dijiste para luego reír.
-También te amo muñeca.- sonrió.
De pronto se levantó de golpe y te cargó como si fueras una bebé.
Comenzó a caminar mientras tu besabas su cuello.