Drabbles

Impostor

Si alguna vez a alguien se le ocurría preguntar a Bakugou Katsuki y a Midoriya Izuku cuando fue que su relación cambió de lo que era, para llegar a ser lo que hoy en día tenía a más de uno de sus compañeros de clase en la Academia, asombrados; ninguno de los dos implicados podría dar una respuesta concreta.

Aunque si insistían lo suficiente, podrían llegar a sacarles algo, mas las respuestas podrían llegar a ser bastante diferentes. Bakugou muy probablemente los mandaría a la mierda sin consideración alguna, alegando que su relación con Deku no era algo de su jodida incumbencia. En cambio, Midoriya podría llegar a decirles que en realidad no sabía cómo todo había sucedido, se disculparía y se alejaría esperando que no quisieran saber algo más porque de él no obtendrían alguna otra cosa.

No había manera en que sus compañeros lograran obtener de él un secreto que había estado guardando durante tanto tiempo. El estar enamorado de Kacchan era algo que había logrado ocultar de una manera muy eficiente, eso, hasta que el chico de las explosiones había escuchado algo que definitivamente no debía. Uraraka un buen día le había preguntando directamente sobre el asunto y después de negarlo un par de veces, no pareció convencer a la chica y terminó confesándole su secreto, sin saber que el objetivo de sus afectos estaba a pocos pasos de allí.

Después de eso todo fue algo extraño, pero lo agradecía enormemente porque ahora eran novios oficiales, desde hace seis meses y como en toda relación, habían momentos románticos –aunque pareciera increíble-, momentos de lujuria y como no, momentos de discusiones.

Como la que estaban teniendo en esos momentos.

—¿Y se puede saber por qué carajos no puedo ver de quien es eso que tienes ahí? —Un molesto pelicenizo preguntaba al más bajo, observando del de los ojos verdes a la dakimakura que este parecía proteger al punto de preferir discutir con él por ella.

Bakugou acababa de descubrirla debajo de la cama de su pareja, pero no tuvo tiempo de tomarla porque un Deku algo sonrojado y muy nervioso, le ganó cogiéndola primero.

¡Y demonios! No es como si estuviera haciendo todo ese alboroto porque estuviera celoso o algo por el estilo, después de todo era una puta almohada que claro, tendría en ella la imagen de cuerpo entero de alguna tipa tetona, muy seguramente desnuda con la cual el peliverde fantasearía en sus momentos de soled- no mierda, no... ¿Y si en vez de una tipa lo que había en la jodida almohada era un puto tipo?

Si, estaba malditamente celoso y cabreado, además.

—Kacchan, en serio no es nada importante, de hecho, voy a llevármela y no la verás de nuevo, así que... —El pecoso caminó rápidamente tratando de pasar al más alto para esconder la dakimakura que había hecho él mismo hace un tiempo, y que se negaba a dejarla ver por su novio porque... pues, porque le daba algo de vergüenza.

No quería que Kacchan pensara que era un pervertido, porque bueno, si era sincero alguna vez ante alguien, que no pasaría nunca, de hecho. Aceptaría que la dakimakura había estado algunas, bueno, muchas veces en la lavandería después de... pues, ya saben ¿no? Y si no, él no lo iba a decir en voz alta.

—¿En serio creías que ibas a lograr escapar, Deku? —Bakugou de un rápido movimiento logró arrebatar el artefacto de la discordia y todo pensó ver en aquel, pero nunca lo que en realidad estaba.

Y la sonrisa de bastardo que en su tez apareció, no podía ser más grande.

—Así que... —El más alto acortó la distancia que los separaba y la mano que tenía libre, la enredó en el cuello ajeno, acercándolo tanto que dejó sus cuerpos pegados el uno al otro—. ¿Te gusta mucho dormir con esto en tu cama? ¿Te tocas mientras ves mi imagen en esto? ¿Frotas tu cuerpo contra ella hasta correrte? ¿Juegas con tus dedos en tu pequeño agujero deseando que fuera mi pene? —Las preguntas eran susurradas una tras otra sobre el oído del peliverde, acompañadas de una lamida a dicha oreja después de cada una; logrando que su rostro terminara quemando de vergüenza, misma vergüenza que el pelicenizo adoró al interpretar ese sonrojo como un muy claro, si, a las preguntas hechas.

—Kacchan, por favor... —Deku pidió clemencia. Eso era muy vergonzoso.

—Deku, dile adiós a este impostor, —el alto anunció antes de explotar la almohada utilizando su Quirk, soltando los restos y envolviendo ahora con ambos brazos la cintura ajena, acercando al otro a su cuerpo hasta lo imposible.

—La destruiste... —el peliverde exclamó lastimosamente, dispuesto a empezar una discusión que... no llegó a iniciar.

—Ahora tienes al verdadero, estúpido nerd, —Bakugou mordió el labio inferior ajeno, jalándolo un poco antes de continuar susurrando sobre los labios que ya tantas veces había conquistado—, y puedes recrear conmigo todas las deliciosas cosas que fantaseabas con esa porquería en tu cama. —Declaró, bajando ambas manos estrujando el trasero que todavía no había probado, pero que no pasaría de ese día para hacerlo, esperaba.

Y es que, saber que Deku tenía una dakimakura con una imagen de él en ella y que hacía las cosas que preguntó, había logrado crear la erección más malditamente rápida de su vida. Por ello, aprovechando el momento, tomó los labios ajenos con los propios en un beso demandante, húmedo, caliente y feroz. Sus manos se metieron bajo el pantalón y ropa interior del más bajo y ahora piel con piel, sus palmas amasaban, apretaban y separaban las nalgas más perfectas, mientras su cadera se molía de adelante a atrás, jodiendo sobre la ropa la ingle ajena.

Y si, los gemidos ahogados, las manos que empezaban a subir su camisa, la boca que correspondía con tanta ansiedad a sus besos, y las caderas que se frotaban contra las suyas en un vaivén errático pero caliente, auguraban una sola cosa: esa noche haría el amor con su nerd por primera vez.

¡Por fin! Y en parte, gracias a esa condenada almohada impostora.

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Esto pretendía ser algo romántico, pero las palabras se desviaron un poco por el camino >.> xD

Gracias por leer <3