Fotografía

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La relación, sea cual fuera esta, entre Midoriya Izuku y Bakugou Katsuki, era de todo, menos sencilla. La amistad que de pequeños habían tenido, sumado a la distancia que les creó la aparición del quirk en el rubio cenizo y la ausencia de este en el pecoso; solo fue el inicio de una relación que con el paso del tiempo se volvía más y más complicada.

Y no era solamente que Bakugou se sintiera superior a un Midoriya que a sus ojos, parecía poco, insuficiente. Era también que a pesar de todo el trato no amable del rubio, ante los ojos del peliverde no había alguien más cool que éste. Eso simplemente dio más combustible al ego de Bakugou para seguir con su actitud prepotente y egocéntrica.

Las cosas empezaron a cambiar cuando entraron a la UA y en una transición que fue constante, cada uno cambió a los ojos del otro. Uno aprendió que era capaz, que podría ser lo que siempre quizo gracias a ese preciado regalo; aprendió que no era menos y enfocado en ello, avanzó. El otro, aprendió que aquel al que siempre menospreció estaba alcanzándolo, que no era ningún bueno para nada y que era tan capaz como cualquiera en aquella clase de convertirse en un héroe de admirar.

El tiempo pasó y se encargó de hacer entender al más alto que la competencia, la enemistad, la rivalidad malsana y obsesiva, estaban demás. Por lo que, simplemente llegó el momento en el que podían estar juntos sin que el aura pesada que los rodeaba, estuviera presente. Bakugou trató de esforzarse por ser más sociable, lo que no quería decir que su personalidad arisca y explosiva cambiara. No era lo que los demás querrían de él, de todas maneras. Bakugou era Bakugou y así estaba bien. Simplemente querían que compartiera con ellos algunas salidas, no todas, eso sería demasiado pedir.

Para Izuku, Bakugou todavía era alguien a quien admirar, creía nunca dejaría de serlo, mas también estaba ese otro sentimiento que causaba problemas en su interior. Esperaba nada de esto se dejara ver en el exterior, porque no quería retroceder el largo camino que los había llevado a estar en donde estaban.

Y justo ahora, Deku iba directo a encontrarse con Kacchan y otros compañeros, ya que habían organizado una salida, pero estaba algo tarde y correr por las escaleras de aquel lugar estaba tomándole demasiado tiempo, a su ver.
No tardó mucho en llegar a su destino, sin embargo. Vio a Kacchan en su camino y desaceleró sus pasos. Su corazón, no obstante, era otra cuestión. El palpitar acelerado no era del todo por la carrera, lo sabía.

—Kacchan, siento llegar tarde. Hubo un accidente en... —se disculpó—... y no te imaginas lo... ¿Qué haces? —Deku cuestionó, interrumpiendo su excusa, notando que el rubio cenizo tenía su celular apuntando hacia él.

—Reviso cosas, Deku. —Contestó el otro cortante, y eso al parecer era todo lo que obtendría del otro, que era mucho mas de lo que hubiera obtenido tiempo atrás.

—Ya veo... —murmuró el peliverde, alejando de su mente el pensamiento de que quizá Bakugou le estaba tomando una foto. Era tonto.
¿Por qué querría Bakugou una foto suya, en todo caso? Que fueran ahora algo así como amigos y se llevaran mejor, no quería decir que sus sentimientos podrían llegar a ser correspondidos. Tenía que dejar de soñar despierto.

—¿Ya llegarían los demás? —Recomponiéndose, Deku preguntó, empezando a subir de nuevo para llegar al lugar de la cita. Que un niño bajara corriendo y que botara el celular del más alto a las escaleras no era algo que se esperara, sin embargo.

—¡Mocoso de mierda, te voy a matar! —Bakugou vociferó, con sus manos provocando pequeñas explosiones en actitud claramente hostil. Y Deku podría haber intervenido, salvaguardando la seguridad del niño, que en realidad ya no era necesario al estar este ya muy lejos; si el dichoso celular no estuviera descansando en uno de los escalones, mostrando lo que parecía una galería con una buena cantidad de imágenes de él mismo.

¿Qué significaba todo eso?

La pantalla del celular se apagó a los pocos segundos y en un acto reflejo, se agachó para poder tomarlo entre su mano. Quería volver a mirar, convencerse de que no había estado imaginando lo que vio, pero... no podía equivocarse, había alcanzado a ver unas cuantas fotografías y todas eran de él. Más importante, había visto una de él subiendo esas escaleras...

—Esto es mío y no viste absolutamente una mierda. —Fueron las palabras que Bakugou le ladró, siendo quien alcanzara primero el celular. Dejándolo allí sin una palabra que decir, pero con miles de pensamientos corriendo a la vez en su cabeza.

Sentarse en el escalón con su rostro entre las rodillas, esconder su sonrojo y calmar su agitado corazón, fue lo único coherente que pudo hacer.

Pero tal vez si hubiera enfrentado al más alto, se hubiera dado cuenta que Bakugou Katsuki estaba nervioso, agitado y ansioso. Si no se hubiera escondido entre sus rodillas, se hubiera dado cuenta que tal vez lo que pensaba una tontería, un simple sueño de su parte, no lo era en absoluto.


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Ha pasado un tiempo que no pasaba por acá, pero hoy les traigo este cortico que espero les guste nwn.

¿Ya había dicho que soy un asco con los títulos? Lo siento xD

Saludos ~ y nos leeremos pronto ;) ♥♥♥

DrabblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora