Ser héroe puede tener muchas cosas buenas y muchas otras, no tan buenas.
Y si en ese preciso momento le preguntan a Bakugou Katsuki cuáles son las cosas buenas que vienen de ser un héroe, él les diría que no hay ninguna. Pero no se confundan, Bakugou ama su profesión y ya con seis años siendo héroe profesional, no hay nada que lo llene más, además de su familia, por supuesto.
El problema en ese instante era solamente uno: como héroes profesionales debían por navidad, ir a entregar regalos a un montón de mocosos que primero que todo, no eran suyos. Segundo que todo, tenía cosas muchísimo más importantes que hacer, como por ejemplo, pasar su noche entre las firmes piernas de su esposo. Tercero que todo: esos mocosos no eran suyos, ¿ya lo había dicho? Pues ni mierda, lo volvía a decir porque era lo jodida verdad.
—Deja de hacer esa cara, Kacchan. Este es uno de nuestros deberes como héroes, también. —Deku dijo, mirando al más alto y tratando de no reír demasiado al verlo tan de mal humor.
—Pues yo no me volví héroe para esto, no tengo tiempo para estás pendejadas. —Bakugou respondió, pensando en si había alguna manera de hacer el tonto y evitar el asunto.—Oto-san no, no, no. Goselo no, ¡vamos a entegar legalos! —Antes de que el peliverde pudiera reprender al más alto por su lenguaje al estar su pequeño hijo de tres años presente; éste mismo fue quien tomó la palabra, llamando la atención a su padre, mostrándose también muy emocionado al tener que ir a entregar regalos a otros niños.
Ser egoísta no era algo que estuviera en ese pequeño cuerpo.
—Ya escuchaste a tu hijo, Oto-san~ —Deku canturreó, divertido. Colocándose en frente al pelicenizo para robarle un pequeño beso en los labios, antes de susurrarle—: te lo recompensaré bien, te lo prometo. Así que no seas gruñón y vamos ya.
—¡Vamos, vamos! ¡legalos, legalos! —El más pequeño de la familia Bakugou Midoriya, saltó emocionado sobre el hombro de su padre, logrando sacar de este un suspiro, seguido de una ligera sonrisa.
Bakugou Katsuki, uno de los héroes más reconocidos de la ciudad, no le podía decir que no a su pequeño, nunca.
El pecoso, sonriendo también al ver la mueca de sonrisa casi imperceptible del alto, supo que ya había cedido, así que con el asunto resuelto, se puso de puntillas para poder alcanzar a su hijo, y le besó en su suave mejilla. —¡Vamos a entregar regalos!
La noche fue muy fructífera. Los héroes hicieron una buena acción que los hizo felices. Los niños que recibieron los regalos fueron felices, también. Su pequeño hijo fue feliz al entregar los regalos. Midoriya fue feliz al ver a su pequeño siendo tan amable y amistoso con los otros pequeños y, Bakugou, por supuesto que también fue feliz esa noche.
Su sexy peliverde cumplió lo que prometió y obtuvo su recompensa. Así que sí, esa noche a pesar de todo, Bakugou igualmente terminó siendo muy feliz.
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Algo pequeñito y un día tarde >.> Pero la intención es lo que cuenta(?) jajajaja
¡Feliz Navidad a todos y todas! ❤.❤
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Drabbles
FanfictionEspacio donde pondré historias cortas basadas en imágenes KatsuDeku.