5.- Giro sobre ti.

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Un puchero fue lo que sus labios dibujó mientras que mantenía su mano libre dentro del bolsillo de su pantalón. Caminando con un evidente mal humor que hace mucho no le daba, frente a él caminaban sus dos amigos hablando de lo más cercanos que podía verlo. "Se llevan muy bien", pensó y poco después ese mismo pensamiento le quitó el enojo y lo remplazó por frustración, ¿Estaba haciendo mal tercio? Uh, cómo deseaba que Sasuke llegara e interrumpiera.

Sasuke, el adulto, el más guapo que por el momento hubiera visto además de ser caballeroso y gentil, no dejaba de causarle ánimo ver la sonrisa que dibujaba por Sarada deseando que fuera para él pero es que, era su hija ¿No? El hombre demostraba felicidad ante su creación.

Se llevó la mano a la mejilla sonriendo y sintiendo como su mismo rostro ardía de vergüenza. Ese Uchiha era de lo más genial y genuino, sin contar que por rumores conocía poco de aquel " Itachi" quien según Sasuke era mil veces mejor que él.

—Boruto —Llamó la azabache con ambas manos en la cadera sacándole de sus pensamientos. —¿Por qué no me dijiste que te irías con Mitsuki? Y yo como tonta haciendo esperar a papá —Se lamentó con un suspiro mientras se llevaba la mano a la frente.

—¿Eh? —Miró a el adolescente de celestes cabellos y pronto a su amiga. —¿A qué t...

—Vale, adiós... Papá me espera, nos vemos en la cena —Se despidió la chica sin darle tiempo a su amigo de siquiera pensar la situación, la misma comenzó a correr en dirección a donde el mayor de los Uchiha apoyado en el auto la esperaba.

—¡Sarada! Ah... ¿Qué le pasa? —Rascó su nuca caminando hasta donde Mitsuki y viéndole con las cejas fruncidas. —¿Qué es eso de irme contigo?

—Le pedí que me dejara contigo, te acompañaré a casa pero quiero hablar algo. —Explicó con esa cálida sonrisa que siempre tenía posada sobre sus labios.

(...)

—Y bien de... ¿De qué quieres hablar? —Preguntó el rubio en un pequeño murmullo.

Llevaba más de diez minutos caminando con Mitsuki, diez en los cuales un silencio incómodo se causó, cosa que ni él mismo pudo romper por más que quiso, lo que llegaba a molestarle era la tranquilidad con la que Mitsuki estaba mientras él sentía que por dentro se moría de la vergüenza, y no efectivamente la vergüenza de un enamorado, sino la de un olvidado. Mitsuki lo superó, lo superó y continuó su vida como un adolescente promedio normal, en cuanto a él estuvo tan clavado en el tema de encontrarlo, en tener una serpiente de mascota e incluso en recordar su nombre cada día que se sentía como un tonto a lado de el que tanto había estado buscando.

—Bueno. —Dijo el chico de dorados ojos mientras se detenía frente a una banca en donde se sentó y le indicó a el Uzumaki que hiciera lo mismo. —Es sobre lo de antes, de nuestras infancias.

—¡Uh! —Se retorció, la banca estaba fría además de que ese comentario el cual había estado queriendo evitar se hizo presente. —A-Ah... Te escucho —Nervioso le dio la palabra a su acompañante y le miró esperando lo peor.

—Todo el día de ayer me la pasé pensando en eso, ¿Cómo podía olvidar tal acontecimiento? Bueno, después de un rato dando vueltas recordé lo que quería olvidar. —Una mueca de decepción se posó sobre el rostro de Boruto y bajó la mirada instantáneamente, eso le había ofendido un poco. —Y no lo digo por ti, ese día me había perdido, no encontraba a mi mamá... Fue el último día que la vi. —Explicó serio. —Mientras la buscaba mi serpiente se escapó y la perdí de vista, por eso cuando la vi y te vi a ti, me sentí menos solo.

—Es... Verdad —Dijo abriendo los ojos y llevándose los dedos a su mentón. —Ese día tenías tus ojos rojos. —Ahora el recuerdo se ampliaba, mostrándole una distorsionada imagen de el adolescente con una expresión de tristeza ¿Cómo pudo olvidar un detalle así?
Rascó tras su nuca avergonzado y sintiendo lástima de saber ahora la verdadera razón de por qué Mitsuki le había olvidado. —Oye yo lo... —Con impacto sus ojos se abrieron a la par y miró a el más alto, sus ojos expresaban la viva imagen de alguien que contenía las lágrimas y bien sabía de lo poco que llevaba con él, que era un sujeto que llorar no era algo que existiera en su ser. —¿Eh? —Incómodo arqueó las cejas ¿Qué podía hacer? Su lema era "Ayudar a todos" pero Mitsuki era diferente, no lo conocía, no sabía qué le hacía feliz y qué le ocasionaba molestia por lo que al comparar ese momento con el silencio anterior, prefería mil veces el silencio. —¿Mitsuki? —Volvió a preguntar con una nerviosa sonrisa mientras veía como el albino pasaba la manga de su ropa por debajo de sus ojos causando una leve irritación que podía llegar a confundirse con un sonrojo.

—Oh... Lo siento, ¿Qué tonto no? Ablandarse frente a un desconocido. —Habló retomando su expresión anterior.

Y ahora que Boruto lo veía de cerca bien podía decir que tenía un parecido con el papá de su amigo Inojin, siempre con esa burda sonrisa que no le decía nada, no era de felicidad, no era de falsedad, simplemente estaba ahí para no dejar un vacío en el rostro.

—No digas eso... No soy un desconocido. —Alzando una de sus cejas dijo aquello con un tono de indignación posando su mano sobre el hombro del otro. —Hey, mi especialidad es hacer feliz a la gente así que ¿Por qué no me dejas hacerte feliz un rato? —Alzando su pulgar en señal de aprobación sonrió mostrando sus blancos dientes que, a diferencia de la sonrisa de Mitsuki, la suya era de completa honestidad.

—Vaya... De verdad eres un sol. —Susurró sorprendido y con un deje de alegría.

"Quiero girar entorno a ti, Boruto."

Snow Snake {°MitsuBoru°}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora