Snow Snake {°MitsuBoru°}

10.- Veneno

Me hallaba caminando por la aldea de forma cansina mientras miraba la pantalla de mi celular para confirmar la hora que era. Tras haber ido a visitar a Shikadai e Inojin queriendo ahorrar dinero, me arrepentí demasiado, caminé como cinco kilómetros y aun así me faltaban por llegar a mi casa, agradecía que la madre de Inojin me hubiese invitado a comer y que a pesar de no ser como la de mi madre de la cual estoy acostumbrado, me haya caído bien en el estómago.
Decidí pararme en uno de los puentes que da con la vista a un barrio donde la gente acostumbra a comprar cosas extravagantes, era un mercado por así decirlo, muy pocas veces bajaba a ver ahí, me daba la impresión de que era un lugar peligroso. Suspiré viendo como el vapor escapaba de mis labios y tras apoyar mis brazos sobre la madera de ese puente, posé mi barbilla sobre ellos, quería llegar a casa, pero estaba cansado además de que ya a esa altura de la aldea no había transporte que me llevara directamente.

-Luces cansado. -Yo no lo pedí, no quería, aun estaba confundido y a pesar de haber olvidado ese pequeño problema, la voz me hizo recordar y en seguida sentir un pesar sobre los hombros. Miré a la persona y alcé una de mis cejas.

—Hola —Atiné a saludar, Mitsuki se acercó a lado mío y miró hacia abajo.

—¿Qué haces aquí? Estos no son tus rumbos, mucho menos a las seis de la tarde —Explicó ladeando la cabeza, suponía que quería verme a los ojos.

—Fui a visitar a unos amigos y quería ahorrar, no pensé que fuera a estar lejos —Aparté la vista, no quería verle o creo que me llegaría a enojar, no me había hablado durante dos días y planeaba comportarse como si nada, no me gusta que jueguen conmigo y de verdad estaba, no, estoy ilusionado.

—¿Ah si? ¿A quiénes?

—Eh... Bueno a Inojin y... Shikadai —Confirmé incómodo, no creí que fuese a preguntar eso.

—Vaya...

—¿Qué?

—Creo que estoy un poco celoso —Abrí ambos ojos y fruncí mis cejas ¿Celoso él? Debía estar bromeando. Me giré finalmente a verle y pude notar que me miraba con una sonrisa a pesar de su comentario, casi siempre me miraba con una sonrisa, era un rasgo característico de él. Pude notar que traía una bolsa en manos, como si recién hubiera comprado y tras ver que conecté mirada con él la abrió y de ella sacó una bufanda de rojo color. Se acercó a mí y yo a la defensiva me hice ligeramente hacia atrás, volvió a acercarse y con precaución pasó sus brazos detrás de mí dejando la bufanda sobre mi cuello. Tiró de los dos costados acercándome a él tras jalar y me besó en los labios, no me resistí pero tampoco correspondí, primero quería saber qué demonios pasaba por su cabeza para hacer tales cosas sin siquiera preguntarme, consultarme o explicarme. -Me regalaste algo en navidad pero yo no a ti... Me sentí algo culpable y pensé que debía buscarte un regalo, es algo atrasado pero lo conseguí. El rojo te va muy bien, resalta tu cabello y ojos.

—¿Y por eso me dejaste de hablar? —Pregunté molesto y pude apreciar como su sonrisa cambiaba a una expresión de asombro. —Me sentí usado e idiota, no sabes cuán molesto estoy contigo —Chillé haciendo un ligero puchero. —Yo no te regalé nada, sólo te invité a mi casa a cenar. -Me crucé de brazos y aparté la mirada.

—¿Entonces besarnos no fue nada para ti? —Con velocidad volví a poner mi celestina mirada sobre él, lucía preocupado y lo peor, era la misma inseguridad que yo había tenido esos dos días en los cuales no me habló, suponía que se la pasó pensando en qué regalarme de forma que sustituyera un beso y tras carcomerse, sólo llegó a esto. —Yo pensé... Que había sido algo especial -Sonrió y su vista bajó al suelo. —Es decir... Fue mi primer beso.

—¡¿Qué?! —Incrédulo cuestioné y lo tomé de las manos. —¡¿Tu primer beso?!

—Ah... Sí, es algo penoso confesarlo —Arqueó las cejas pero rió.

—Pero si me besaste con una experiencia que incluso me acaparó —Comenté sin importar que mis mejillas se comenzaran a sonrojar de a poco.

—¿De verdad lo crees?

—Sí —Me encogí de hombros. —Bueno... a mí me gustó.

—... A mí igual —Lo miré a los ojos y él a mí, siempre había tensión cuando lo hacíamos pero, era algo con lo que nos podíamos unir sin importar lo demás.
Volvió a tomar los dos extremos de mi bufanda y las enrolló sobre su cuello acercándome de esa forma en su rostro, quedando ambos enrollados en la bufanda y de paso teniendo una altura que nos cubría de lo que íbamos a hacer.

Metí mis manos en el abrigo que portaba aferrándome de sus prendas y cerrando mis ojos, le iba a dejar el resto a él, no quería apresurarme.

—Me encanta esa expresión. —Dijo y cuando iba a abrir los ojos para reclamarle, sus labios ya estaban contra los míos y su lengua ya me transmitía calor mediante un suave movimiento, estaba temblando, no sabía si de frío, emoción o pánico, los besos de Mitsuki eran tan idénticos a comer hielo, frío y placentero, te adormecía los labios, era una maldita víbora de nieve que me llenaba de su tóxico elixir hasta el alma.

Mi navidad me sabía más dulce que cualquier otra.

Un pequeño capítulo hijos míos, este es el penúltimo, espero hacer el siguiente lo suficientemente largo para llenar sus inexistentes vidas amorosas tanto como la mía YuY lloren, lloren porque jamás había escrito algo tan fluffy y me re-lleno de diabetes etapa 292922