Capítulo 8 || Mal presentimiento

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Entro dejando la puerta abierta. Camino a mi escritorio en donde tomo asiento viendo a Ted despreocupado y Damon como un animalito acorralado.

—Cierra —le gruño.

Lo hace precipitadamente.

—Papá, gruñir es de perros —dice Ted.

Le envío una de mis peores miradas que parece hacer nada en él.

—No estoy para tus mierdas. —Pone los ojos en blanco.

Se está mostrando despreocupado y es lo que más me enfurece. No sé porqué mierda se muestra despreocupado cuando pudieron estar en peligro por su maldita mentira.

—¿Ahora qué? —pregunta borrando de golpe el rastro de humor de su mirada.

—¿Me pueden explicar por qué mierda le mintieron a su madre? ¡¿Desde cuándo los Hunt son sus amigos en común?! —Damon se sorprende.

—No es necesario que te alteres, papá —se queja Ted—. Amanda localizó a Damon, quería verlo y no iba dejar que fuese a ese encuentro solo después de todo lo que ha pasado. —Aprieto los dientes sintiendo que mi furia incrementa.

—¿Por qué no me informaron? ¡¿Se dan cuenta de los peligros a los cuales se exponen?!

—Tienes mucho encima, papá... —lo interrumpo.

—No juegues a ser la cabeza de la familia, Theodore —siseo.

Su actitud empieza a enviar mi autocontrol a la mierda.

—No pues, gracias por recordarme que soy un mueble más de la casa. —Se muestra igual de enojado.

—No intentes manipularme y voltear la situación —le advierto.

—¿Qué es lo que te molesta? —me reta—. ¿Que viera a su madre y hermana? Son su familia, aunque te duela. —Son esas palabras las que llegan como un jodido golpe en mi estomago que expulsa todo el aire.

Lucho por mantenerme inexpresivo para que no vea cuánto afectaron mi cuerpo.

—Papá... —Desvío la mirada hacia Damon. —Lamento haberle mentido a mamá. Nunca lo he hecho y sé que estuvo mal ocultarlo, pero si en algo tiene razón Ted es que has estado sometido a mucho estrés y lo que menos queremos es causar más problemas. —No puedo hablar, la opresión en mi estómago y el nudo que se ha formado en mi garganta me lo impiden.

Las palabras de Ted son ciertas, ellos son su familia aunque me duela y debo aceptar si decide volver con ellos.

—Vuelvan al comedor. —Frunce el entrecejo.

Intenta analizar mi cambio repentino, pero no lo dejo entrar. La ira se ha ido, la furia que cubría mi cuerpo se ha evaporado y en su lugar se ha instalado una capa de escalofrío propia del pánico.

—Papá... —Ted intenta hablar, pero lo detengo.

No quiero hablar y flaquear ante ellos.

—Vuelvan al comedor. —Mi voz delata una parte de mi estado, es baja y contenida.

Dudan en hacerlo. Los ojos de Ted se muestran arrepentido, pero ya es tarde. La verdad me ha golpeado y solamente puedo asimilar el miedo.

—Lo... —Niego con la cabeza.

Vuelvo a señalarles la salida y a regañadientes lo hacen. Una vez salen me pongo de pie buscando arrancar de mi sistema esta maldita sensación de dolor y tristeza que cubre mi cuerpo. Centro la mirada en la impresionante vista que muestra el ventanal. Los rayos del sol se reflejan en el lago creando una verdadera obra de arte. Centro mi atención en mis miedos. Apegarme a ese joven me ha llenado de altos y bajos emocionales. La sombra de su familia biológica está y es la principal que quiero eliminar y no puedo, a cada segundo pierdo esa batalla y gana la idea de perderlo.

Liberando Sombras #2 (Saga Sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora