Capítulo 21 || Liberando sombras, el inicio

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Miro mi reloj de mano a espera del auto de mi hijo. Mis nervios ya se han hecho notar y no se irán hasta que lo vea llegar.

—Ahí vienen. —Giro hacia donde mira Welch.

El auto se detiene frente a nosotros. Sawyer baja del mismo junto a Connor y Reix, el cual abre la puerta para mi hijo. El semblante de Sawyer es tenso, como si...

—Buenos días, papá. —Abrazo rápidamente a mi hijo, que al igual que Sawyer, se muestran nerviosos.

—Buenos días, hijo. —Alterno la mirada en ambos, mientras Connor le entrega las maletas a la seguridad que viaja con nosotros. —¿Pasa algo? —Ted mira a Sawyer y asiente.

—Mamá. —Mi corazón se acelera de una manera descomunal.

—¿Qué le pasó a tu madre? —mi voz muestra ansiedad.

Dirige una mirada fugaz al auto.

—Está adentro. —Frunzo el ceño. —Se empeñó en despedirse. —Cierro los ojos inspirando profundamente.

Esa sensación de temor disminuye lentamente dejando mi cuerpo débil.

—Di una orden, Sawyer. —Lo miro fijamente enojado.

—No es culpa de él, papá. Mamá insistió, mucho. —Hace un gesto de labio muy propio de él cuando algo lo enoja.

Resoplo ofuscado. Miro el auto de vidrios polarizados, donde estoy seguro mi esposa claramente ha notado mi gesto.

Rendido decido entrar, y como siempre que estoy frente a ella, todo mi sistema se altera de manera agradable. Ese hormigueo que empieza a desatarse en mi estómago es a causa de la mirada tímida, tierna y suplicante que me dirige.

¡Joder!

Tenerla frente a mi es una debilidad que nunca lograré controlar. Anastasia tiene un poder que me vuelve vulnerable, dócil, débil, un completo sumiso a eso que la profundidad de sus ojos muestra, amor.

—No va a tomarte mucho tiempo —dice rápidamente, como si mi gesto de hace minutos le doliera—, solo quería que te despidieras de tu hija. —La observo fijamente sin perder detalle de su hermoso rostro. Sus preciosos ojos se ven opacados, nublados por esa tristeza que ella misma provocó. —Te extraña.

Eso ultimo lo dice en un susurro cohibida por mi mirada fija, penetrante, intensa. Una mirada en la que detallo cada centímetro de su rostro, me empapo de su belleza y comprendo por qué ha bajado mi guardia, la amo. Las manos pican por tocarla, la necesidad de contacto empieza a ser abrumadora. Sus labios siempre han sido mi tentación y ahora no es la excepción. Extrañarla intensifica mis emociones.

—Nuestra hija, Anastasia —digo con seguridad, en un tono conciliador que la hace baja la cabeza avergonzada. Intenta esconder su sentir, pero sus mejillas enrojecidas me hacen imaginar sus pensamientos, el grado de culpabilidad que carga sobre sus hombros—. Yo también las extraño. —Me sincero. No tiene caso esconder lo que me ha llevado a conciliar dos horas de sueños interrumpido por el frío de la noche.

Necesitaba su piel, el calor que emana su cuerpo y me tranquiliza, me permite dormir horas completamente relajado sin temor a alguna pesadilla,pero no lo tuve y me ha pasado facturas.

Levanta la cabeza dejando ver como sus ojos se tornan cristalinos.

—Perdóname —pide con la voz ahogada, suplicante—. Me sentía abrumada por todo. Tenerlo ahí, con su familia y pensar en el engaño me nubló la razón. —Sin poderlo evitar levanto mi mano limpiando sus lágrimas que no se hacen esperar.

Liberando Sombras #2 (Saga Sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora