—¿Seguro que está bien? —le pregunta mi padre a Shang, en el momento que me entrega dos pastillas.
—Bebe —ordena como si fuese un niño pequeño—. ¿No te dijeron que evitarás sobresaltos cuando sufriste un PCR? Es un milagro que estés en este momento como si nada pasara. —Me mira reprobatoriamente. —Debes empezar a cuidar tu salud, Christian. No tienes quince años.
—No es algo que planifiqué —me excuso. Mis hijos plasman en sus ojos una mirada de aprobación a sus palabras.
—Como suceda. Necesito que guardes absoluto reposo, nada de presiones, ni trabajo, absolutamente nada, Christian. —Asentí sin saber que más decir.
Tenía razón en reprenderme. Desde que sufrí el incidente en Alemania no me había cuidado. Entre un hecho a otro vivía cargado de tensión. No comprendía en que momento mi vida se había convertido en una montaña rusa de emociones.
Todo cambia desde hoy, con la encarcelación de Anthon se cerraba un poco más la puerta hacia la familia Grimmes. Si bien es cierto los principales actores están encerrados y otros muertos, pero había quienes todavía, sabía, podían representar un peligro hoy, o después.
Mientras observo a mi familia, me planifico mentalmente para hacer una última jugada. Los hechos que me llevaron al verdadero Arthur en un momento pensé que habían salido mal, pero ahora comprendo que no fue así. Me sirvió para conocer por completo la verdad y saber hasta qué punto debía actuar por vez definitiva.
La detención de Richard no me genera seguridad. Sus padres todavía continúan en el país apoyando a su hijo. Arthur había solicitado la anulación de la peternidad y anulación del matrimonio con mi esposa. Todo era un proceso que no me afectaba, Anastasia estaba conmigo y Damon es legalmente nuestro hijo, pero me inquieta que él también quiera tomar venganza por la muerte de sus hermanos.
Tomaría cartas en el asunto. Cerraría por completo ese círculo de maldad, jugaría la última pieza de un ajedrez que, si bien no ha sido mi mejor juego siendo difícil cada estrategia, me veo victorioso.
La luz del día se cuela por las ventanas. Sorbo un poco de café de mi taza, irritado por los comentarios en la televisión. Las comparativas con escenas de series y películas me resulta tan poco profesional. Nos encontramos en un momento sumamente inquietante por los muertos y heridos, lo menos que podían hacer era mostrar un poco de tacto a la hora de sus comparativas.
Las suposiciones, especulaciones no se hicieron esperar.
—Apaga eso —le pido a Elliot, sin poderlo soportar un segundo más.
Se sienta en el sofá de enfrente. Sus ojos están fijos en mi pequeña que reposa en mi pecho dormida. Vuelvo a tomar la taza de café con la mano disponible. Bebo sin dejar de observarlo. Se veía pensativo, miraba a mi pequeña sumido en sus propios pensamientos.
—Aquí termina, ¿no? —pregunta, volviendo la mirada a mis ojos.
—Quiero creer que sí. —Inhala profundamente, como si llevara la preocupación sobre sus hombros.
—Lamento no haber estado para apoyarte. —Niego inmediatamente.
—No quiero la mierda de culpas, hermano. Te conozco, habrías dado tu vida por los míos como lo hizo nuestra hermana. No necesito que te disculpes, nada de esto es tu culpa.
Pasa la mano por su barba de dos días. Sus ojos se ven todavía afectados por esa especie de fármaco.
—Quiero verte feliz —dice con un deje de aflicción—. Desde pequeños te hice una promesa. —Ladeo levemente la cabeza. —Prometí cuidarte, si estaba en mis manos defenderte. Ahora tienes una familia, y me siento orgulloso de ella. Amo a mis sobrinos, cada uno de ellos es especial. —No entiendo a donde va con sus palabras, o si por el contrario quien habla es el sentimiento de culpa que ruego deje ir, él no es culpable de no haber estado para ayudarme. Curva levemente la comisura de sus labios. —Te amo, hermano. Ya es hora que seas feliz. —Se pone de pie, palmeó mi hombro para luego caminar hacia papá que habla con Taylor y tres oficiales.
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Liberando Sombras #2 (Saga Sombras, Grey)
FanfictionSegunda Temporada de La Sombra de mi Ángel.