Mis caballos - camaradas míos

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Dick no era malo en el fondo. Era un gran amigo mío y le enseñé multitud de tretas. La primera, debería estarse quieto por horas si le daba yo la orden de permanecer en un lugar En una ocasión, en la frontera noroeste de la India esto me fue muy útil. Uno de los caballos de mi escuadrón se había escapado del campamento durante la noche y había desaparecido. Este caballo, A44, era uno de mejores del regimiento y lo montaba el Sargento Mayor, por tal motivo, todo el mundo estaba apurado por su desaparición, especialmente el coronel.

Procedí a buscarlo montando a Dick. Había estado lloviendo y nevando durante toda la noche; esto me permitió encontrar pronto sus huellas, las que seguí unas veces entre el lodo y otras entre la nieve. Éstas me condujeron a un terreno silvestre en las montañas, algunas veces rocoso, donde las huellas eran difíciles de observar.

Después de horas de trabajo, y después de haber recorrido algunos kilómetros de terreno, las huellas me condujeron a una montaña donde me era más fácil ir a pie. Por tanto, me desmonté y di orden a Dick de esperarme allí, continuando arrastrándome por entre rocas y barrancos hasta que fui recompensado con el encuentro del viejo A44 temblando de frío, sangrando por muchas cortadas y lleno de terror. Me tomó algún tiempo poderlo conducir montaña abajo; pero cuando por fin llegamos a terreno plano, ahí estaba Dick aguardándonos calmadamente y pronto pude volver en él a casa llevando triunfante mi presa. El pobre A44 nunca se repuso, jamás llegó a ser el mismo caballo de antes y por fin una fiebre maligna lo mató. Pero el coronel quedó muy contento con lo que Dick y yo habíamos hecho de encontrarlo y esto fue una gran fortuna para mí más tarde.

Fue de la siguiente manera:

Dick era mi "consentido", esto es, aún cuando era de mi propiedad, no se me permitía usarlo para otras cosas que no fueran una parada o un paseo ordinario por los alrededores. No podía usarlo para tiro o en cacería.

Pues bien, un día que yo lo montaba cerca de nuestro campamento, vi un precioso puerco espín que cruzaba mi camino. Esto era demasiado para mí. Ordené a mi asistente indio que me diera mi lanza, y me abalancé con Dick sobre él para tratar de cazarlo, olvidándome de las órdenes. Después de un buen galope llegamos cerca de él, me preparé para tirarle la lanza, cuando Dick se detuvo en seco parándose de manos. Por poco me saca de la silla al hacer esto. La causa fue que, entre otras cosas, yo le había enseñado a que, cuando yo hiciera una reverencia a alguna persona, él debía de pararse de manos y patear al aire.

Por tanto, cuando yo me agaché para herir al puerco espín. Dick pensó que yo hacía un saludo y por lo mismo él hizo lo que estaba acostumbrado a hacer, se paró de manos.

El puerco pudo fácilmente haberse escapado mientras Dick hacía el tonto, pero era listo y se dijo a sí mismo: "Ahora es mi oportunidad para matar a estos dos", y en vez de huir, se nos abalanzó.

Al brincar sobre nosotros, yo me preparé para recibirle con mi lanza, pero como yo tenía que agacharme para hacer esto, Dick volvió a hacer su chiste y no acerté a herirle, lo que dio ocasión al puerco para hacerle a Dick con sus púas una cortada en las patas traseras. Afortunadamente sin darle en la panza. Por segunda vez volvió a la carga, pero cuando él se echó sobre nosotros de nuevo, le clavé a Dick las espuelas con tal fuerza en los ijares, que lo hice saltar en el aire en vez de pararse de manos, y como el puerco pasó debajo de él, yo pude clavarle mi lanza en el lomo y matarlo.

Ahora la dificultad consistía en darle la cara al coronel y explicarle el por qué de las heridas de mi "consentido".

"Hágame usted el favor señor -le dije-, un puerco espín me atacó y tuve que defenderme". "Muy bien, todo esto está muy bien", dijo el coronel, pero ¿cómo fue que usted llevaba una lanza en la mano montando a su "consentido"? Mas déjeme usted ver, ¿no es ese el mismo caballo que le ayudó a usted a coger al A44 cuando se escapó? Sí, pues bien Joven, no use usted a su consentido cuando vaya a cacería de puerco espín."  

Roverismo Hacia el ÉxitoWhere stories live. Discover now