Una gran parte de culpa en el desarrollo de esta malsana costumbre corresponde a la prensa.
Un periódico puede tomar la posición que le indica la opinión pública predominante sobre líneas correctas, o siguiendo el gusto del mismo público, desviándose por caminos torcidos.
Desafortunadamente hoy en día hay más público que sigue a la prensa del que había hace unos cuantos años.
Los periódicos que dan gusto a la inclinación morbosa con la descripción de asesinatos, intrigas, horrores e indecencias, rivalizan con periódicos que anuncian el fútbol profesional, las carreras, etc., en grado exagerado, como si fueran cosas de mayor importancia que las que realmente lo son para el bienestar de la nación.
Es cierto que algunas personas, como el difunto editor de The Times, señor Wickham Steed, han señalado que los puntos de vista de los periódicos independientes deben financiarse independientemente; sin embargo, es de sentirse que para hacer esto, muchos tienen que sucumbir a las cuotas que les son ofrecidas por los promotores de las peleas y estrellas del cine para que exciten al público por medio de las noticias de prensa, haciendo resaltar a actores que, bien juzgados, no pueden considerarse sino como común y corrientes.
Pero, no hay manera de evitarlo. Las multitudes con frecuencia son tontas y no piensan o no se toman la molestia de estudiar las dos fases del asunto. Si lo hicieran, no pondrían su dinero en manos de los corredores, de los directores de encuentros de fútbol, de los financieros de las peleas profesionales que comercian con éstas y buscarían el deporte -el verdadero deporte-, por el deporte mismo, por la diversión y la salud que entraña.
Me place un buen argumento desarrollado en una película de cinematógrafo. La actuación en algunos de los dramas de éste es realmente maravillosa, sobre todo la forma en que los actores transmiten las ideas por medio de la expresión y del gesto.
Al mismo tiempo, su arte, bueno como es, no puede llegar al del actor teatral que además de esto, da alma y vida al personaje que representa apareciendo ante el público de carne y hueso y con voz y lágrimas.
Aún el cine hablado con sus voces metálicas y su música, no ha podido llevar vida real a las películas.
Sin embargo, Molly Mickboard es conocida por millones de personas por su cara bonita y su encantadora manera de actuar en la pantalla, igualmente que Charlie Chaplin por sus graciosas payasadas.
La llegada de cualquiera de ellos a una ciudad es preparada de antemano con párrafos cuidadosamente presentados por la prensa y gradualmente va creciendo la intensidad de la propaganda día a día conforme la hora de su llegada se acerca. Con anticipación se envía saludos a la nación de donde proviene la heroína o aún su marido, y la hora y lugar de llegada se anuncian con profusión, llegando a la cúspide del anuncio cuando la multitud surge en la estación para recibirla.
No se hace esto con un actor por bueno que sea, pero si se pregunta a alguien de entre la multitud por qué lo hace, ni uno entre mil podría contestar.
Sin embargo en la misma ciudad, por la misma estación de ferrocarril llegan soldados y marinos que regresan del infierno, que han peleado por nosotros y para salvar a su país; pero a éstos se les deja pasar inadvertidos prácticamente, sin una palabra de aprecio.
No digo que el pueblo haya perdido su buen corazón y su buena voluntad, pero condeno el hecho de que con tanta facilidad los anuncios de prensa los puedan llevar a donde quieran.
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Roverismo Hacia el Éxito
Non-FictionUn libro del Deporte de la Vida, para Jóvenes Por Baden-Powell