Capítulo 14: "Un corazón destrozado" (MARATON 3/4)

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(Ágata)

- ¡Hija, te deje encima de la mesa algo de comer para que lleves y coman con tus amigos! - me grita mi madre desde el primer piso - Nos vemos en la tarde, cualquier cosa me llamas -

- ¡Si mamá! -

- ¡Celeste hoy estará todo el día en casa, le toca hacer la limpieza! -

-Bueno... -

- ¡Adiós cuídate! -

Y así era como todos los vecinos se enteraban de que mi madre se iba a trabajar.

Si, era terrible, pero a la vez agradable.

Hoy no me preocuparía por nada, seria un día normal con amigos, riendo, contando alguna historia y apoyando a Martín o algo por el estilo. Me termine de colocar los zapatos y baje a la cocina. Encima de la mesa había un bolso el cual estaba lleno de comida, mi mamá creo que pensó que estaríamos todo el día fuera, o se dio cuenta que Martín come el triple que nosotros.

-Hola pequeño tomate, ¿cómo estás? - me saluda Gabriel al verme por la ventana de su habitación.

- Ya te dije que no me llames así - le digo intentando cerrar la puerta de entrada, pero ya verán que con un bolso que pesa más que no es muy fácil.

- Pero si pareces un tomate pequeño - dice sonriendo divertido.

- Me tengo que ir, adiós -

- Oye Ágata, ¿y no me esperaras? -

- ¿No? Además, ¿Y por qué debo esperarte? - le pregunto dejando el bolso en el suelo.

- Primero, eres una mala amiga, segundo ese bolso ni te lo puedes, sí que por eso debes esperarme - me dice encogiéndose de hombros.

- En ocasiones eres muy raro -

- Y tu un tomate -

- Si no bajas en diez segundos me voy a ir sola, los chicos ya están allá cuidando nuestro asientos -

- Esta bien, está bien, deja decirle a mi primo que se apure - me dice desapareciendo de mi vista.

Sentí mi corazón latir fuertemente y mis mejillas coloradas.

- Oye por.... ¿Qué te paso? - me pregunta cuando se asoma nuevamente por la ventana.

- Na... Nada -

- Que cosas pervertidas estás pensando -

- ¡Solo baja o te vas solo! -

- Ya entendí, ya entendí, pero ¿me contaras que pensabas? - me dice sonriendo.

- ¡Cállate Anderson! - le digo y siento que mi cara se tornaba más roja.

Perfecto, esto no era bueno.

(Axel)

Cuando salía de mi habitación vi que Gabriel miraba por la ventana y se reía de algo o de alguien. Me asomé para ver de quien se trataba y vi el reflejo de la persona en el espejo que este tenía en el techo, para mi sorpresa - aunque no tanto - se trataba de Ágata, la cual estaba furiosa al parecer y eso le hacia gracias a mi primo.

Una idea loca paso por mi mente y sonreí para mí. Corrí sigilosamente hasta mi habitación y tome una pistola de agua, luego de eso baje las escaleras rápidamente, pero sin meter mucho ruido. Llené la pistola de agua y subí.

-Buenos días querido hermano - le digo recalcando la última palabra.

- Bueno di... ¿Qué haces con eso Axel? - me pregunta asombrado.

ÁgataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora