(Ágata)
- ¡Hija, te deje encima de la mesa algo de comer para que lleves y coman con tus amigos! - me grita mi madre desde el primer piso - Nos vemos en la tarde, cualquier cosa me llamas -
- ¡Si mamá! -
- ¡Celeste hoy estará todo el día en casa, le toca hacer la limpieza! -
-Bueno... -
- ¡Adiós cuídate! -
Y así era como todos los vecinos se enteraban de que mi madre se iba a trabajar.
Si, era terrible, pero a la vez agradable.
Hoy no me preocuparía por nada, seria un día normal con amigos, riendo, contando alguna historia y apoyando a Martín o algo por el estilo. Me termine de colocar los zapatos y baje a la cocina. Encima de la mesa había un bolso el cual estaba lleno de comida, mi mamá creo que pensó que estaríamos todo el día fuera, o se dio cuenta que Martín come el triple que nosotros.
-Hola pequeño tomate, ¿cómo estás? - me saluda Gabriel al verme por la ventana de su habitación.
- Ya te dije que no me llames así - le digo intentando cerrar la puerta de entrada, pero ya verán que con un bolso que pesa más que no es muy fácil.
- Pero si pareces un tomate pequeño - dice sonriendo divertido.
- Me tengo que ir, adiós -
- Oye Ágata, ¿y no me esperaras? -
- ¿No? Además, ¿Y por qué debo esperarte? - le pregunto dejando el bolso en el suelo.
- Primero, eres una mala amiga, segundo ese bolso ni te lo puedes, sí que por eso debes esperarme - me dice encogiéndose de hombros.
- En ocasiones eres muy raro -
- Y tu un tomate -
- Si no bajas en diez segundos me voy a ir sola, los chicos ya están allá cuidando nuestro asientos -
- Esta bien, está bien, deja decirle a mi primo que se apure - me dice desapareciendo de mi vista.
Sentí mi corazón latir fuertemente y mis mejillas coloradas.
- Oye por.... ¿Qué te paso? - me pregunta cuando se asoma nuevamente por la ventana.
- Na... Nada -
- Que cosas pervertidas estás pensando -
- ¡Solo baja o te vas solo! -
- Ya entendí, ya entendí, pero ¿me contaras que pensabas? - me dice sonriendo.
- ¡Cállate Anderson! - le digo y siento que mi cara se tornaba más roja.
Perfecto, esto no era bueno.
(Axel)
Cuando salía de mi habitación vi que Gabriel miraba por la ventana y se reía de algo o de alguien. Me asomé para ver de quien se trataba y vi el reflejo de la persona en el espejo que este tenía en el techo, para mi sorpresa - aunque no tanto - se trataba de Ágata, la cual estaba furiosa al parecer y eso le hacia gracias a mi primo.
Una idea loca paso por mi mente y sonreí para mí. Corrí sigilosamente hasta mi habitación y tome una pistola de agua, luego de eso baje las escaleras rápidamente, pero sin meter mucho ruido. Llené la pistola de agua y subí.
-Buenos días querido hermano - le digo recalcando la última palabra.
- Bueno di... ¿Qué haces con eso Axel? - me pregunta asombrado.
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Ágata
Teen FictionÁgata es una chica que no recuerda casi nada de su infancia. Un dia llega Axel Evans a su vida, un chico que pretende saber el motivo de por qué esta chica no recuerda nada. Pero lamentablemente las cosas se ponen un poco complicadas en el pasar de...