Capitulo 6: "Puertas"

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(Axel)

Cuando Ágata nos dijo que nos podíamos tomar treinta minutos de descanso me sorprendí un poco, porque estaba muy preocupada de que todo saliera bien y que no hubiera errores, pero no le tome gran importancia y me fui con los chicos a la cafetería a buscar algo para tomar. Me compré un zumo de piña y me dirigí nuevamente al teatro solo, porque los demás habían ido al baño o a comer algo.

Camine tranquilamente por el pasillo, bebiendo mi jugo y recordando un par de pasos de la obra, creo que tendría que ensayar en casa o sino me caería a mitad de la obra. Abrí las puertas del teatro y vi a Ágata dándole la mano a una niña, más bien a un alma.

- ¡Ágata espera! - me apresuro a decir, desparramando mi jugo en el suelo.

- Ya es tarde - dice la pequeña.

- ¡Ágata! - le vuelvo a grita corriendo al escenario en donde estaba ella - ¿¡Que has hecho!? - le pregunto llegando a donde estaba Ágata y ella.

- Pues... solo tome su ayuda -

- ¿Tomar su ayuda?, ¿¡Acaso estas loca!? -

- ¡Ella fue la tonta que me quiso ayudar, es su culpa! -

- ¡Le estas robando su esencia! -

- Si te refieres a su alma - me dice pensativa - Si, creo que si-

- Ág, por favor, respóndeme - le digo tomándola entre mis brazos - Ág, no te dejes engañar por esta niña, por favor, respóndeme -

- No te dirá nada - me dice esa niña riendo - Esta... veamos cómo decirlo.... como en trance, no despertará si yo no quiero-

- ¡Estas loca! - le grito a esa chica, ya llegando al límite de mi paciencia.

- Mmm... quizás -

Quedaban unos minutos para que los chicos llegaran y no podía dejar que vieran a Ágata en esta situación, porque iban a hacer muchas preguntas al respecto. Tomé mi celular y les envié un mensaje a la mayoría de los chicos, más bien solo a Martín y a Víctor, diciéndoles que mañana volveríamos a ensayar, que se fueran a casa porque Ágata tubo un contratiempo. Espero que con eso se convencieran y no volvieran al teatro por hoy.

Necesitaba pensar en algo rápido o sino sería muy tarde par Ágata...

(Ágata)

Abrí los ojos y a lo lejos escuchaba la voz de ese chico y la voz de Zoe, que al aparecer estaban discutiendo por algo, pero no entendí del todo.

Mire a mi alrededor y estaba como en una especie de casa antigua y tenía muchas ¿puertas?, creo que eso eran, pero no entendía dónde estaba, la cabeza me daba vueltas. Cuando ya me pude poner de pie fue a una de las puertas y la abrí...

-Mira mami, dibuje un conejo-

- ¡Que lindo! Lo colocaremos en el refrigerador -

- ¡Si, si! -

-Ya está -

- ¡Algún día seré una famosa pintora! -

Estaba en el cuerpo de Zoe, ¿Cómo había pasado esto?, no lo sé, solo recuerdo que le di la mano y todo se volvió negro, nada más.

Seguí caminando y abrí otra puerta.

-Hija, ¿Qué quieres para tu cumpleaños? -

- Veamos... cumpliré ocho años, mmm... ¡quiero un sombrero de picnic! -

ÁgataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora