Capítulo 18

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No tardamos en escuchar otro gruñido por parte del animal.

Asustada, hice caso a lo que Oliver me había dicho segundos atrás.

Empecé a andar poco a poco hacía atrás.

Ví como Oliver estiraba su brazo, el que tenía delante de mí, y empezaba a andar también hacia atrás.

Pero él quedaba delante de mí.

Me estaba protegiendo.

—Dani, en cuánto lleguemos a la fuente corre, corre y no mires atrás.

Seguimos andando y en cuanto llegamos a la fuente empecé a correr.

En cuanto había algo de distancia Oliver me imitó, aunque él se fue por otro camino.

Corrí con todas mis fuerzas.

No pude evitar mirar atrás. Necesitaba comprobar que el lobo no me seguía.

Pero como no, me tropecé y me caí.

Cerré los ojos.

Sentí como mi cuerpo era desplazado por la tierra, por la fuerza del impacto.

Me quedé ahí, me dolía la pierna.

Me dí la vuelta como pude, quedado boca arriba.

Me llevé la mano a la cabeza, ya que me dolía bastante.

Noté un líquido en esta, al retirarla pude comprobar que era sangre.

Escuché un ruido y miré hacia esa dirección.

El lobo venía en mi dirección, andando con algo de precaución.

Me incorporé como pude, y, con la ayuda de mis manos, conseguí desplazarme unos pasos hacia atrás.

El lobo se acercó a mí, deteniéndose a pocos centímetros de mí.

"Daniela, ¿Estás bien?"

Escuché otra vez esa voz en mi mente.

Me eché más hacia atrás.

"Lo siento, no quería que te hicieses daño"

Esto debía ser por el golpe en la cabeza.

La última vez que lo escuché me había dado un golpe.

Debía ser mi mente jugandome una mala pasada.

"Daniela, contéstame..."

Podía notar desesperación en la voz.

Miré al lobo, mientras intentaba alejarme de él.

Noté algo en sus ojos.

¿Tristeza? ¿Preocupación?

¿Acaso un lobo podía sentir algo de eso por su presa?

"No voy a hacerte daño, no te alejes de mí..."

No podía ser el lobo.

Mi mente me estaba engañando.

—¿Eres tú? ¿Tú me estás hablando? —dije mirando al lobo.

El lobo movió su cabeza, de manera que parecía un asentimiento de cabeza.

Creo que me estoy volviendo loca.

Primero escucho voces y ahora estoy hablándole a un lobo.

—¿Qué quieres de mí?

"Quiero que te vengas conmigo."

—¿¡Qué!? ¿Por qué yo?

"Porque eres mía, Daniela. Quiero sacarte de aquí."

Eres mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora