Cuando ella me besaba, yo no pensaba, ella se me tiraba encima y exigía besos, no besos dulces de esos que te sacan un suspiro enternecido, ni esos besos desaforados que te sacan la pasión y te dejan sin aire. Pedía besos ácidos de esos que te dejan un sabor a olvido, un poquito de desesperación y añoramiento, de esos con los cuales te tocas los labios con sabor amargo de su partida pero esperando otro nuevo beso, de esos que duelen pero en su momento te hacen vivir. Ella pedía besos que me supieran a ella y no era ni dulce ni amarga, ella era ácida...
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Lecturas a Medianoche
Random...A veces me gustaría creer que me encuentro en parte de estas letras, a veces quiero creer, que mientras lloro, río o me angustio veo un poco de calma, a veces quiero creer que tengo la cura de todos los males, a veces me gusta cantar con mímica...