Eider llevaba un día entero dormido, en ocasiones medio despertaba, pero no tenia energía y volvía a dormirse. Guillermo se encargó de los arreglos en el hospital, pronto le darían de alta, así que solo era necesario esperar.
No fue hasta la segunda noche que Eider estaba consiente cuando vio a Guillermo entrar a la habitación, justo después de la visita del médico en turno.
— ¿Cómo te sientes? —preguntó Guillermo al ver que Eider se encontraba despierto. Suspiró al no recibir respuesta y llegó a su lado. —No habrá más alcohol para ti, me he deshecho de las botellas que había en casa.
— ¿Tendré que pagarte la cuenta del hospital? —murmuró Eider con la mirada fija en una pared.
Estaba algo confundido y desorientado, sabía que por la cantidad de licor y la forma en que lo mezcló tuvo una intoxicación y alguien llamó a la ambulancia, el médico le comentó que Guillermo llegó después de la intervención donde le lavaron el estómago, se sentía extraño y tenía cierta sensación de nauseas.
—No, ha sido mi culpa que bebieras de esa manera, sabía lo que estabas haciendo y no impedí que siguieras. Sería estúpido cobrarte después de todo.
—Pues no es algo nuevo en ti. —dijo Eider volteando a verle. — ¿Quién llamó a la ambulancia? El doctor me dijo...
—Alguien que estaba metiendo sus narices en donde no debería, pero al menos su intromisión ha servido de algo.
— ¿Cuándo podré irme? —preguntó el chico sin querer saber más sobre aquel que le salvó la vida, le quedaba claro que a Guillermo no le hacía mucha gracia y no deseaba discutir por un extraño.
—Mañana.
—Guillermo..., lamento causarte esta molestia, sé que estás ocupado.
— ¿Lo dices enserio? —cuestionó el mayor tomando la mano donde Eider llevaba una venda cubriendo casi hasta el codo. —Comenzaste a beber de esa manera por lo que te obligué a dar, admito que mi comportamiento contigo ha sido hostil últimamente.
—Es normal cuando alguien no te interesa. —dijo Eider tratando de quitarle su mano, pero Guillermo la sostuvo con firmeza haciéndole notar que debajo de las vendas algo escocía.
—No es que no me intereses, ayer por la noche cuando me llamaron diciendo que estabas aquí, entendí que de alguna manera eres importante. ¿Crees que iba a ayudarte tanto si no significaras nada? Pensé por un buen tiempo que debía haber otra explicación.
—Me dejaste claro que lo único que quieres de mi es sexo, esa es tu explicación.
—No lo es, si fuera solo por sexo, podría tenerlo de cualquiera. He de reconocer que la paso bien contigo, los meses que hemos vivido juntos han sido muy buenos. —confesó Guillermo soltando a Eider cuando el chico pareció bajar sus defensas.
— ¿Por qué me dices eso? Después vas a negarlo, como cuando dijiste que me querías. —murmuró Eider mirándole con desconfianza.
—Vamos a aclarar eso de una vez. Aquel día tú preguntaste si estaba pidiéndote formar una relación porque te quería, dije que podía decirse que sí, eso es ambiguo.
—Me tratabas como si me quisieras, creí que éramos novios porque sentías algo lindo por mí. —susurró el chico bajando la mirada. —Y de un momento a otro comenzaste a ser cruel conmigo, como si me odiaras. Y ya no puedo entender qué sucede, qué hay y qué no hay entre nosotros.
—Eider, primero que nada, debe quedarte claro que no te amo, tampoco te desprecio, tratar contigo ha sido quizá lo más complicado que he tenido que lidiar. —dijo pasándose una mano por el cabello para pensar cómo continuar. —No sé qué clase de relación quieres, he intentado dejarte claro lo que yo busco y parecías aceptarlo hasta que salió Cloe a colación. ¿Por qué insistes en comparar esto que tenemos con lo que tuve o no con ella? Son completamente distintos, con ella iba a casarme, pensé en formar una familia, nada de eso resultó y ahora estamos aquí, nosotros. ¿La vez en algún sitio? —cuestionó extendiendo los brazos, Eider le miró avergonzado y negó. —Eso es porque no existe en mi vida, aunque fue parte de mi pasado, un pasado que tampoco existe ahora, dejé muchas cosas, eso no significa que soy un hombre diferente, no me enamoraría de ti.
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Entonces llegamos a esto.
RomansTercera y última parte de la trilogía "llegamos a esto". Guillermo había perdido todo lo que alguna vez no creyó importante, tras haber enfrentado a su propia familia por una estupidez, encontró a alguien que capturó su corazón. Esa mujer le rechazó...