Capítulo 6: La felicidad al alcance de la mano

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Siendo sincero, creo que uno de los peores errores que cometí ese día, fue comprar la condenada revista: ¿Por qué compré una dirigida a homosexuales solo porque el chico de la portada se parecía a Butters? 

Cuando ya me estaba acercando al instituto, parecía que la revista se asomaba entre mis cuadernos y libros incitándome a sacarla y verla. La sensación era desesperante... más que curiosidad, parecía una necesidad.

— Tengo que buscar un lugar donde ver esto para quedarme tranquilo...—me resigné a mi deseo ilógico por el bien de mi salud mental. Preferí no pensar mucho en ello.

Apenas llegué al instituto, no dudé en caminar a paso rápido por los pasillos y dirigirme a los baños del gimnasio, que por mi suerte fortuita, siempre estaban vacíos a primera hora. Generalmente, me gustaba fumar hierba ahí mientras abría una llave de agua para pasar el rato, porque según mi percepción, el olor se disipaba de esa forma (ni idea si eso sea verdad, pero la impresión me bastaba). Podía decir que no era drogadicto gracias a mi fuerza de voluntad, y por razones misteriosas (imagino que es lo que pasa cuando ya has muerto muchas veces) nunca sentí necesidad de fumar más de un porro por semana; a veces compartía porros con Cartman y al menos una vez compartí con Kyle. De manera personal, decidí arbitrariamente que nunca compartiría nada con Stan, ya que su tendencia a la adicción era terrible y no quería ser responsable de su anunciada muerte prematura a penas se hiciese adicto a algo realmente peligroso. Otra persona con la que me gustaba pasar el rato ahí, era con Craig, pero él nunca aceptó nada de lo que le ofreciera, diciéndome que Tweek exageraría si le encontraba olor a hierba. Pobre hombre, yo no podría vivir así.

Ese baño era mi oasis de soledad o de buenas compañías, y esta vez, esta revista sería el panorama. Me acomodé en uno de los cubículos de las duchas y me senté en el marco de la puerta (porque ahí no estaba mojado) para comenzar a hojear. 

Tengo que admitir que estaba nervioso al sacar la revista y el calor subía a mi cara cada vez que recordaba el motivo de mi compra. 

— Soy estúpido...— me dije a mi mismo.

En las primeras páginas, el "chico Butters" aparecía en poses bastante buenas. Básicamente, lo vestían con una camisa que le quedaba algo grande (cosa que lo hacía ver pasivo, hay que describir las cosas como son) y enfocaban su trasero desde diferentes ángulos. Tenía que admitir que me parecía una simple copia del porno heterosexual, no sé porqué esperaba algo distinto a lo que usualmente veía... sólo era un chico haciendo lo mismo que las chicas que me gustaba ver.

¿Y si Butters se pusiera mi ropa? También le quedaría algo grande ¿no? 

Butters no era tan bajo, más bien tenía una estatura promedio, pero su contextura delgada creaba una imagen pequeña de él. Seguramente mi ropa era al menos dos tallas más grandes que la suya, por lo que sin dudas, mi chaqueta podía quedarle como un pequeño vestido.

Al pensar en ello, comencé a excitarme un poco. Era una locura admitirlo pero... la idea de desvestir a Butters para que luego se pusiese mi ropa me generaba sensaciones placenteras nuevas y otras poco usuales.

Si me masturbo pensando en esto, ¿soy gay? 

Comencé a cuestionarme algunas cosas mientras mi cuerpo no dejaba de darme señales de "felicidad". Sentí como la sangre recorría mi cuerpo y finalmente dejé de hacerme preguntas.

Si nadie lo sabe, no soy gay.

Hice un pequeño recorrido a los alrededores con la mirada y parecía que todo estaba despejado. Acerqué mi mano al cierre de mi pantalón y lo bajé de la forma menos sonora que pude para bajarme un poco la ropa y dejar respirar a mi amigo. 

[South Park] Mírame si tienes ganas [Bunny] (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora