Capítulo 8: ¡Oh Dios mío! Mataron a Kenny

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 Butters POV

 —Entonces... ¿Por qué el chico de tu revista se parece a mi? —mi ojo izquierdo tenía menos visión que el derecho, pero eso no me había impedido apreciar la imagen de la portada por al menos 4 segundos.

Aparentemente, el chico de la revista era rubio y tenía mi corte de pelo. No alcancé a ver si tenía mi color de ojos, porque me distrajo la pose que tenía. Si soy sincero, era algo perturbador.

Si eso significaba algo, debía averiguarlo a como dé lugar. Miré a Kenny de forma sugerente para ver su reacción al respecto.

—Exijo una explicación no gay para eso...  —me fui acercando a él lentamente con una actitud segura.

—¿Sacaste eso de Los Simpson? 

Él soltó una risa nerviosa. Pude leer perfectamente su intención de cambiar el tema y me causó algo de gracia.

—Lo sé, Los Simpson lo han hecho y dicho todo, pero eso no es lo que pregunté... 

Algo mas serio, tomé la bragueta de su chaqueta naranja bajándola poco a poco.

—No es lo que crees... yo solo... quería aclarar una duda.

—¿Qué duda? —me acerqué lo suficiente como para sentir su respiración agitada sobre mi rostro.

—Yo...—Kenny parecía de piedra. Yo había posado mi nariz en la punta de la suya, pero él se alejó un par de centímetros—no hagas eso... —me dijo.

—¿Por qué no? —una parte de mi sabía perfectamente que mi actitud era un claro acoso, pero rayos, era Kenny.

 Esa podía ser una oportunidad. Era ahora o nunca.

Kenny POV

Butters estaba muy cerca de mí mientras me tentaba con la mirada. Él estaba jugando con mi deseo de forma despiadada. Sus ojos me gritaban "sé todo de ti" y yo no podía resolver cómo sentirme al respecto. 

Tenía sentimientos encontrados.

—N-nos van a ver... —le contesté abrumado por su cercanía. Miré a mi alrededor de reojo, pero al parecer a nadie le importaba nuestra situación. 

—Ese no es un problema Ken —sacó un juego de llaves de su bolsillo— tengo las llaves de la oficina de Mckay...

—¿Por qué las ti...? —tenía la intención de preguntar porqué tenía tal derecho de poseer las llaves, pero la campana sonó antes de terminar de hablar.

—Justo a tiempo... —vociferó Butters con malicia en su rostro— Sígueme... —me extendió la mano.

—¿y-y las clases? —le pregunté algo desorientado por su actuar.

—Pff... ¿Alguna vez te han importado las clases? —él tomó mi mano y comenzó a conducirme por el pasillo.

Me encontraba conmocionado. 

Butters se veía completamente diferente para mí ahora; no sabría describir el sentimiento que tenía al verlo intimidándome de ese modo.

Él parecía tener todo fríamente calculado, mientras yo aún no tenía claro que estaba pasando. 

Yo solía ser muy despierto a las señales de las personas, pero Butters me hizo dar un giro en 180°. De un momento a otro, comencé a recordar a un pequeño niño de 10 años creyendo en todas las estúpidas mentiras de Cartman o siendo víctima de todo aquel que quisiera aprovecharse de él por mera diversión. Recordé a Butters llorando con el arma ninja insertada en su ojo izquierdo por mi culpa, y de cómo me perdonó diciendo que fue un accidente, cuando yo era el pendejo más pendejo del mundo.

[South Park] Mírame si tienes ganas [Bunny] (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora