[South Park] Mírame si tienes ganas [Bunny] (En edición)

Capítulo 3: Tengo que asumir las consecuencias

No sé como me fui a meter a ese café (que no vendía café). 

Habíamos pasado al menos unas 2 horas sentados en el mismo lugar, y aunque estábamos hablando de cosas graciosas de la escuela, no podía concentrarme complemente en la conversación.

Estaba agradecido con Kenny, pero tantos traseros perfectos estaban mareándome. Admito que las chicas eran muy amigables, pero no me provocaba ningún atractivo pensar que muchas manos habían pasado por ahí.

Sin darme cuenta, luego de un rato estaba auto-convenciéndome que ese lugar debía entretenerme, y creo que a causa de eso comencé a beber más de la cuenta. Quería algo de valentía y tal vez el alcohol me lo daría... gran error.

-Butters, ¿Te sientes bien? -Kenny miró mi cara. Imagino que mis mejillas estaban rojas por el alcohol.

-Lo siento, creo que estoy algo mareado...*hip*-comencé a tener hipo.

-Siento que no has estado cómodo. Desde hace un rato siento que me estoy divirtiendo solo...-me miró con culpa.

-No pongas esa *hip* cara -con mi mano acaricié su rostro- todos saben *hip* que soy un idiota.

No sé porque sucedió, pero cuando puse mi mano en su cara, el la tomó con su mano pero no la movió... era extraño.

-No eres un idiota...-me dijo- eres el tipo de persona que me gustaría ser alguna vez.

¿Kenny quería ser como yo? ¡Ese alcohol tenía que contener un tipo de droga alucinógena! Pero él estaba totalmente serio al respecto.

Él estaba equivocado. Yo era quien quería ser como él.

-¿Sabes? Creo que es hora de que te lleve a casa -Kenny me tomó del brazo y me ayudó a levantarme.

Toda la habitación se movía en zing-zang. Por un mili-segundo imaginé esa situación con Cartman y de cómo se reiría de mí en vez de ayudarme; no pude evitar soltar una risa estúpida por la felicidad que me provocaba que fuera Kenny quien me socorriera.

-¿De que te ríes? -él me preguntó. Imagino que era raro reírse en esa situación.

-De nada, sólo que... estoy feliz de que seas tu quien me ayude.

-Am... -seguimos caminado en silencio por un rato.

Creo que lo vi sonrojarse, pero no podría estar seguro. Era raro que le dijera eso a un tipo, pero me nacía espontáneamente.

Luego de un rato llegamos a la entrada de mi casa. No sé si fue la caminata de 20 minutos, pero ciertamente ya me sentía mucho más lúcido. Me senté en la entrada de mi casa y le hice una seña a Kenny para que se sentara a mi lado, sin embargo no lo hizo. Quería seguir pasando el rato con él.

-Bueno, creo que fue mala idea arrastrarte a mi mundo nocturno...-él sonaba triste- lamento que no haya sido lo que esperabas.

-No digas tonterías, yo fui quien aceptó... -suspiré y me di cuenta de algo genial- Oh, ya no tengo hipo.

-No bebiste demasiado, no pensé que fueras tan intolerante...-se bufó un poco mientras finalmente se sentó a mi lado.

-No bebo porque tengo una imagen inocente que mantener -no sé porque le dije eso.

"Supongo que está bien que él me conozca por completo. Es Kenny" Pensé.

-Ya me imaginaba que no eras lo que aparentas -lejos de sorprenderse, parecía haberlo sospechado- cuando hablamos antes estaba pensando que conmigo no actúas como con los demás.