Capítulo 11: Aliviado y herido.

1.5K 142 163
                                    

(N/A: La historia estará escrita con narrador omnisciente desde este punto)

La ciudad estaba comenzando a iluminarse mientras un joven de cabello rubio se despertaba sobresaltado; dio un brinco hacia los pies de la cama apenas sus ojos habían captado la luz. Era temprano para levantarse, pero Kenny tenía múltiples preguntas dando vueltas en su mente y había una escena en su cabeza que no paraba de repetirse una y otra vez: la delgada contextura de Butters aprisionada por su cuerpo perdiendo poco a poco sus sentidos; esa estrecha barrera entre sus sueños, la realidad y el más allá. 

Todo se había sentido real, desde el tacto hasta las miradas transparentes desde un alma a otra. Una suave voz generada desde la mente Kenny decía que todo podía ser una simple pesadilla, y otra voz mucho más dura, repetía que se quedaría con el peso del suicidio Butters sobre sus hombros para siempre. Por primera vez en mucho tiempo, Kenny deseaba volver al inframundo, y ciertamente habían pocos recuerdos del infierno que lo hicieran añorarlo; esta vez los motivos eran claros, sin embargo, no podía volver a ese lugar con solo desearlo, y aunque llegase efectivamente al infierno, él, como simple mortal, no tenía nada para darle a Satanás a cambio de la vida de Butters... su alma ya pertenecía a ese lugar.

Kenny, afectado por la inminente ausencia de Butters en su plano terrenal, no pudo evitar soltar algunas lágrimas y abrazar sus piernas mientras las sabanas de su cama también se aprisionaban entre sus manos. El joven vio a muchos de sus amigos morir antes, no obstante, esta era la primera vez que una muerte lo tocaba de una forma tan personal.

— Desearía estar muerto... —dijo en un susurro con ironía y una sonrisa amarga.

El dolor era punzante, casi como si un cuchillo se hubiese incrustado entre sus costillas para llegar cómodamente a su corazón. No era de extrañar que Kenny fuera bastante más resistente al dolor emocional y físico por el hecho de morir repetidas veces, por la misma razón, era inusual para él sentirse tan conmocionado. 

— Es imposible que me haya enamorado de él ¿verdad? —suspiró, mientras con sus dedos índice y pulgar tomaba el puente de su nariz— No seas pendejo Kenny, tu nunca has amado a nadie de forma romántica.

El pequeño monólogo hizo que se recordara a sí mismo hace una semana atrás. Antes de que Butters irrumpiera en su vida, todo parecía tratarse de otras personas de las que había que preocuparse, pero cuando ambos se besaron la noche que salieron de putas, instantáneamente las cosas que habían vuelto más interesantes; la historia se trataba de Butters y él, y de nadie más. La nueva relación entre ellos había cambiado el rumbo de todos los acontecimientos de manera insospechada, tomando rutas que Kenny nunca imaginó.

— ...supongo que solo me siento culpable.  —declaró contradictorio a sus pensamientos— Nunca lo hubiese podido querer como él a mi de todas formas...

Al hacer aquella declaración, Kenny pudo notar como el dolor se acrecentaba en su pecho y las lágrimas aumentaban poco a poco. Comenzaba a sentir que le costaba respirar y ya no podía ahogar sus lamentos.

—Aah... ¿Por qué duele tanto? ¡PUTA MADRE! —dijo arrugando su abrigo a la altura de su pecho.

En ese momento, la silueta de Karen apareció en el umbral de la habitación con un semblante curioso a la escena que estaba presenciando. Por razones desconocidas, el cuarto de Kenny ya no tenía puerta, y este no se había dado cuenta de ese detalle hasta aquel instante. El joven se preguntó que había ocurrido con su puerta, pero claramente no era el mayor de sus problemas en ese momento: Karen lo estaba viendo en esa faceta lamentable.

— ¿Qué te pasa? —preguntó Karen— te escuché y creí que tal vez habías tenido una pesadilla.

— Nada, disculpa si te desperté... —el chico se limpió las lágrimas y respiró hondo. 

[South Park] Mírame si tienes ganas [Bunny] (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora