ACLAREMOS ESTO...

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La mañana siguiente que kaea despertó se dio cuenta de lo ocurrido en la noche y se puso de pie un poco alterada que rayos había hecho porque se había dejado llevar de esa manera. Se supone que ella no soportaba al señor collen.

Vale, hace rato no tenía sexo y talvez había sido eso la "lujuria y el licor son malas combinaciones" pensó para sí misma.

Sin más que hacer se dispuso a ducharse ya hablaría con el cuándo despertara. Se ducho y se puso ropa cómoda era domingo y no tenía nada por hacer si el señor collen quería podían adelantar trabajo sobre el caso – ay se dio cuenta como rayos trabajarían ahora con lo que había ocurrido que pasaría -ella sabía que mezclar sexo y trabajo no era buena idea – ay kaea que has hecho dijo llevándose la mano a su cabeza- que diablos pasaría ahora.

El sol entro por la ventana dándole de frente a la cara eso logro que se levantara, con sus manos tanteo la cama esperando encontrarla a su lado; pero cuando no la sintió en la cama se levantó de inmediato que rayos le había pasado. Él estaba consciente de lo que había pasado en esa habitación la noche anterior y como lo había disfrutado.

Desde que la vio en esos cortos short de pijama había querido tocarla y ni de hablar de lo que por su mente pasaba cada vez que ella lo miraba reptante eso lo ponía como un loco. Lo cierto era que él sabía quién era kaea pearce.

Cuando el señor pearce lo contacto para que trabajara con él le había hecho saber que le entregaría a su hija para que la guiara y la formara en el medio ya que el sería un gran mentor; eso lo había tomado por sorpresa y pensó para sí que era una niña de papi. Que le tocaría soportar pero se llevó una gran sorpresa desde el día que iniciaron a trabajar le sorprendió la manera en que esa pelirroja encontraba las pequeñas cosas que el ocultaba en los documentos su astucia lo impactaba y sabia por demás que para ser una recién graduada tenía mucho que dar; eso lo había vuelto loco y ni hablar de su cuerpo de la manera en que se había sentido tenerla en sus brazos. Haberla hecho gemir, y de la manera que lo miraba y como mordía su labio cada vez que el la embestía lo había vuelto loco. De algo él estaba seguro y era que quería volver a tenerla - pero no sabía que le esperaba de parte de ella.

Sin más que hacer entro a su habitación y se dio una ducha fría, se puso unos pantalones de chándal una camisa fresca y bajo a la sala. En ella encontró a kaea estaba desayunando y sumergida en sus pensamientos. Su rostro estaba algo ido y eso lo preocupo que pasaría ahora con ellos sin más se acercó al comedor y la saludo logrando captar su atención

- Buenos días señorita...

Levanto su mirada y todos los colores se subieron a su rostro no sabía que decir no sabía cómo mirarle a la cara sin que la pena le consumiera las mejillas.

- Buenos días señor collen... respondió casi tartamudeando

Eso a alessandro le pareció lo más tierno y extraño que había visto...

- Tenemos que hablar. – dijo kaea – en un hilo de vos – eso mismo pienso yo respondió el.

- Lo que paso ayer... inicio el- pero ella se le adelanto – y le dijo – fue un error no volverá a pasar fue culpa del alcohol. – el frunció su entre ceja como que culpa del alcohol, si habían tomado pero no lo suficiente como para no estar conscientes. No le gusto para nada que ella hubiera dicho eso así que con enojo y un toque de frustración le respondió seco

- Tiene toda la razón señorita pearce; fue un error y créame que no volverá a suceder.... Y a hora si me permite tengo cosas que hacer. – sin más se levantó del comedor dejando a la pelirroja con un gran lio en su cabeza.

- Kaea se quedó perdida en sus pensamientos porque reacciono así; no le gusto que ella hubiera catalogado lo sucedido como un error. Pero si eso era no – suspiro sin más que pensar tenía que hablarlo con alguien y sabía que su amiga era la indicada; sin más que pensar tomo su celular y llamo a su amiga el teléfono sonó al tercer tono contesto...

- Estas viva porque te necesito y es urgente – le hizo saber a su amiga en el instante que le tomo la llamada.

- Guao veo que es importante me ducho y voy a tu casa – no, -se adelantó a decirle- mejor vamos a desayunar yo invito vale.

- Claro; - fue lo único que pudo responder su amiga un tanto extrañada de que no hubiera aceptado verse en su casa.

Media hora después estaban en un café que acostumbraban a ir desde hace mucho. Sentadas en un lugar un tanto alejado de los demás – la pelirroja estaba perdida en sus pensamientos.

- Ya piensas decirme que te sucede- pregunto su amiga.

Eso hizo que levantara la mirada y la centrara en su amiga que la miraba con cara de preocupación. –no te asustes no es nada malo, le respondió – entiendo- le dijo su amiga pero es algo que te preocupa cierto – asintió con su cabeza en forma de respuesta.

- Tiene algo que ver en eso que te preocupa el señor collen- dijo su amiga – solo opto por quedarse en silencio – eso respondió la pregunta de su amiga; la cual sin tapujos le dijo

- Te acostaste con el cierto. –kaea se puso de mil colores como rayos se había dado cuenta – era tan evidente en su cara. – sin más suspiro y afirmo con su cabeza.

- Vale, quieres que te diga lo que pienso... – pregunto parris – ella asintió y la dejo continuar

- Pues pienso primero que todo que eres una suertuda mira que tirarte a ese bombón por Dios menuda suerte la tuya – kaea no pudo más que soltarse a carcajadas esa era su amiga la cual siempre tenía algo que le alegrara el día y sus consejos eran los mejores.

- Bueno ya enserio; que te preocupa – dijo su amiga cuando habían parado de reír. – si no eres virgen kaea fue un polvo más échale la culpa al alcohol como siempre hacemos y pasa de eso no te mortifiques mujer.

- Eso no es lo que me mortifica parris- respondió la pelirroja – entonces que es habla; respondió su amiga.

- Hoy que nos levantamos y estábamos en el comedor cabe notar que debíamos hablar de lo que hicimos en cuanto se sentó y me dirigió la palabra no lo deje terminar y le dije que lo que habíamos hecho había sido un error que no volvería a suceder y su actitud y reacción fue de molestia no entiendo porque si fue eso un error del alcohol. –su amiga la miraba con una ceja levantada – es enserio kaea tú te crees eso por Dios.

- Mira sabes que pienso que ese tío te gusta y no solo como un buen polvo; ese chico te mueve el piso por eso no lo soportas y créeme cuando te digo que el alcohol no tuvo nada que ver con lo de anoche – sabes que debes hacer; organizar ese desorden en tu mente y después hablar con el cómo los adultos que son eso debes hacer mujer. – y después seguir disfrutando de ese manjar.

Eso último la hizo reír. Sin más que hacer terminaron de hablar y desayunar se despidió de su amiga con un abrazo y se dirigió a su casa.- ya; ay hablaría con el tomaría en cuenta el consejo de su amiga.

Entro a su hogar y lo vio en el jardín estaba leyendo algo y estaba sumamente perdido en los papeles que no se dio cuenta que ella lo observaba. Pudo darse su tiempo para repasar sus facciones su rostro estaba relajado y pudo ver como su seño se fruncía al leer algo del documento se fijó en sus cejas pobladas y delineadas, sus pestañas largas y enroscadas; y sus ojos de un color miel claro esos le encantaban y más cuando la miraba de esa manera que no lograba descifrar.

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BAILAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora