De Discusiones y Extrañas Acciones

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—emm Hola...— Roy hizo por saludar a la esposa del atlante pero esta le miró con desdén— soy Roy Harper...

Fueron unos segundos en los que Roy se quedó viendo a la mujer lo más amable que pudo, y es que en verdad era muy bonita, una delicia verla, aunque fue muy raro ver la mueca que tenía en su rostro

—¿Arthur? — la reina de Atlantis dirigió su tenso mirar a su esposo, quien suspiró un poco incomodo

—Es el hijo de un amigo... Mera...—dijo mientras daba unos pasos y se apoyaba en la mesa de la cocina— se llama Roy, pero eso él ya te lo había dicho, ahora preséntate con el ¿no?

—No estás en posición para decirme que hacer Arthur— se quejó la mujer

—Entonces has lo que quieras— Arthur dio unos pasos para quedar frente a su esposa, le dirigió una mirada irónica y luego se dirigió a Roy —ven Roy debo tener una aguja por algún lado— un poco incómodo el pelirrojo comenzó a caminar detrás del atlante.

—Así que eso es todo ¿verdad? — Mera estaba por demás incomoda con la situación, quizá el único que superaba a todos en incomodidad era el objeto de la discordia: Roy Harper —quien diría que te pasarías los días retozando con chiquillos en ropa interior...

—¡Oiga! — Roy se ofendió al momento, Mera rio de manera sarcástica— no sé quién es usted pero no puede decir esas cosas sobre mí — Roy tenía muchas cosas más que decir, pero no pudo hacerlo pues en un rápido momento se vio rodeado por agua, la esposa de Arthur había hecho algo parecido a un látigo de agua que aprisionaba a Roy por la garganta

—¡Mera! — Arthur intentó llamar la atención de su enojada mujer

—Mira niño, no me interesa quien rayos seas, pero no puedes dirigirte así a tus mayores— la mujer sonrió confianzuda— ya no digamos hablar de manera tan vulgar a la reina de Atlantis — Mera sintió como la tomaban de los brazos para intentar someterla, gracias al forcejeo la esposa de Arthur dio unos pasos hacia atrás, pareció hacer más movimientos con los cuales el ataque a Roy arreció

—¡Suéltalo de una vez! ¡Vas a matarlo! — Arthur estaba ligeramente frustrado y bastante molesto debido a la situación, no quería atacar a su esposa, pero tampoco podía dejar morir al chico, le tuvo que dar un rodillazo en el estómago, para su suerte funcionó.

Tosió un poco y emitió un quejido de sentir un golpe —eres un... —la pelirroja estaba por demás enojada

—Mera yo... — observó a los lados su esposa estaba por demás enojada, Roy confundido y tosiendo en un rincón de la pequeña sala y el en medio de ambos—tú te lo buscaste — no debió de haber dicho eso —hay maldición...

En menos de dos segundos el pleito se puso peor, comenzaron a volar las cosas por todos lados, sin miramientos de ninguna clase el rey de los mares salió disparado por una de las ventanas de la casa, entre vidrios rotos y pedazos de madera, el atlante rodó por el piso y luego se incorporó—Vamos cariño... no hagas esto más grande — trataba de sonar lo más condescendiente que pudiera—¡Mera basta! — algo parecido a cuchillos formados por agua cayeron delante de Aquaman

—No puedo creer que me engañes de esta forma Arthur— dijo la pelirroja mientras hacía fuerza con una de las armas que había creado, Arthur que había sacado su tridente de quien sabe dónde se defendía con algo de trabajo

—¡Estas alucinando! — el rubio miró a su esposa a los ojos

—No intentes hacerme tonta —reprochó entre dientes

—No intento nada, solo quiero llevar la fiesta en paz ¿sí? — Arthur comenzó a poner más fuerza— dijimos que nos tomaríamos un tiempo... —la pelirroja estaba por refutar el dialogo al atlante cuando algo la detuvo.

Flecha en el AguaWhere stories live. Discover now