El mundo está lleno de personas con mucho talento, que día a día nos roban suspiros, sonrisas y de vez en cuando lágrimas, esas personas se han vuelto tan importantes en nuestras vidas que deseamos ser parte de la suya y aquí podremos serlo.
Promet...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
✨Dedicado a: @AngelesGrier✨
— ¿Puedes tan siquiera mirarme? — preguntó tirando de mi mano.
Giré con lentitud, deteniendo mi vista en su mano que sostenía la mía.
Suspiré de manera brusca soltándome de su agarre.
Actuó como una mierda de persona y eso había provocado un gran enojo muy notorio en mi.
— ¿Crees que por ser reconocido puedes tratar a los que no están a tu altura como basura? — pregunté, destacando que lo hice en un tono de voz elevado.
Jack suspiró y acto seguido echó el cabello que cubría su vista hacia atrás.
No tenía argumentos, no después de haberle hablado de esa manera al camarero que estuvo atendiéndonos en nuestra "romántica" cena.
— Eres increíble Avery, recuerda que no estás en la cima simplemente por tener talento y por el esfuerzo, estás en la cima también porque las personas sin importar su estatus social te siguen — continuo con mi discurso de "fuiste una mierda el día de hoy".
— Lo siento ¿vale? — dice interrumpiéndome.
Alzo una ceja incrédula ante sus palabras.
— ¿Me ofendiste a mi? — pregunto y nuestras miradas se encuentran.
Él niega y sé que le cuesta admitir sus errores pero nadie merece ser humillado por cosas que llegan a salirse de nuestras manos.
Me explico mejor; El camarero, Dyland creo que era su nombre, tropezó derramando un poco de vino en mi vestido y se disculpó un sin número de veces, pero para Jack eso no fue suficiente.
Son cosas que pasan, no siempre podemos tener el control de todo.
— Solo... Vamos a casa, nada ha salido como lo planeé — susurró.
— De acuerdo —
Es todo lo que digo para emprender mi caminata hacia el auto y cuando estoy fuera del lugar noto que Jack no viene detrás de mi.
Muerdo mi labio inferior conteniendo una sonrisa.
Puedo ver que está hablando con el camarero que derramó el vino sobre mi vestido.
Jack palmea su hombro y se despide.
Le ha pedido disculpas.
— ¡ESE ES MI CHICO! — medio grito sonriendo.
Él suelta una pequeña carcajada, justo lo que ambos necesitábamos para liberar la tensión.
Cuando lo tengo frente a mi, cruzó mis brazos por su cuello.
— Me enorgulleces — le digo antes de dejar un corto beso en sus labios.
Tal vez no fue la mejor cena de todas pero al menos pasamos tiempo juntos.
Ya en el auto, camino a casa, mi chico coloca su mano en mi muslo izquierdo, cosa que acostumbra a hacer siempre y me pide que busque una bolsa de regalos atrás.
Lo hago.
— Supongo que es esta ¿verdad? —
— Desde luego, ahora, ve tú regalo muñeca — responde.
Inicio despegando las tiras de cinta adhesiva de la bolsa y miro curiosa dentro de ella.
Niego una y otra vez sin poder creerlo, pero es real y está ahí, frente a mis ojos.
Con las manos temblando, sacó la pequeña caja de terciopelo negra, que luego él toma de mis manos.
— Tal vez esta fue la peor salida que hemos tenido en lo que va de nuestra relación y te pido una disculpa por ello... Espero que eso no influya en tu respuesta muñeca — ríe poniéndome aún más nerviosa.
— No brome... —
— Te amo, y realmente me encantaría siempre despertar a tu lado, tenerte todo el día para mí, que seas la madre de los mini Jacks que deseo tener, en fin... ¿Te casarías conmigo? —
Siento que las palabras se quedarán atoradas, así que emocionada, feliz, nostálgica porque soñé mucho tiempo con esto, muevo mi cabeza dándole un Si.
