El mundo está lleno de personas con mucho talento, que día a día nos roban suspiros, sonrisas y de vez en cuando lágrimas, esas personas se han vuelto tan importantes en nuestras vidas que deseamos ser parte de la suya y aquí podremos serlo.
Promet...
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✨Dedicado a: @Wife_Of_Mendes✨
Abro los ojos con pesadez al escuchar un ruido proveniente de la planta baja.
Observo la hora en el reloj que cuelga en la pared de mi habitación, son las tres treinta de la madrugada.
Mis sentidos se ponen alerta al recordar la razón por la cual desperté, nadie más vive aquí, solo yo.
Me colocó una bata sobre la pijama y tomo una pistola eléctrica, regalo de papá por cierto.
Debe tratarse de algún gato.
Me digo a mí misma, aunque sé que las probabilidades de que haya entrado un gato son muy nulas.
Bajo las escaleras asegurándome de no hacer algún ruido, porque en dado caso de que alguien esté aquí no pensará mucho para tener mi cabeza como trofeo.
Y lo sé, sé que suena loco pero por mi mente pasan muchas formas de morir.
Camino hacia la cocina e intento no soltar un grito, efectivamente hay una persona allí, rebuscando en el cajón de los cuchillos.
Su larga cabellera me llama mucho la atención pero logra ocultarse en la oscuridad, por tal razón no puedo verlo perfectamente.
Cuando se percata de mi presencia da un giro casi perfecto para observarme.
— ¡CORRE! Te daré una ventaja — dice con la voz raposa.
Grito echándome a correr.
Lo hago, porque ahora mi vida depende de ello y encerrarme en la habitación mientras intento saltar por el balcón.
Inhalo y exhalo en secuencia cuando logro llegar a la habitación y colocar el seguro.
Me apresuro a mover uno de los muebles decorativos y lo pongo detrás de la puerta.
Busco mi celular y marco el número que ya se de memoria.
Chandler.
— Vamos, vamos, responde — susurro aparentando el celular en mis manos.
Guardo silencio cuando mis oídos reconocen el ring tone que suena detrás de la puerta.
Trago duro.
— ¿Chandler? — pregunto, mis ojos se cristalizan porque está vez ha ido muy lejos con sus bromas.
— Feliz día de los inocentes — dice riendo.
Quito el mueble decorativo y abro la puerta con un creciente enojo.
— Llegaste muy lejos está vez — digo y me aseguro de golpearlo bien fuerte en el estomago.
— Debía vengarme, recuerda que me llamaste a media noche diciendo que te estabas desangrando — responde muy calmado.
— Realmente me estaba desangrando, no es fácil ser mujer... — murmuro.
Él ríe y me rodea con sus brazos, permitiéndome deleitarme con su perfume.
¿Quién rayos lo utiliza a las tres de la madrugada?
Su risa aún no para y es el momento exacto para recordarle lo siguiente:
—Esto no es divertido... Me diste un susto de muerte —
Alza mi mentón, logrando que nuestras miradas se conecten y me besa.
Lo hace con suma delicadeza, haciéndome olvidar que el tiempo sigue corriendo.
Y así seguimos, sin separarnos caemos en la cama.
Solo se aparta de mí para alejar todo lo que nos molesta en estos momentos, en otras palabras, nuestra ropa.
Le agradezco que me de el calor que requiero porque estaba haciendo un poco de frío.
No da muchos rodeos e introduce sus dedos en mi feminidad.
Decido jugar un poco, quedando está vez sobre él y me muevo de arriba hacia abajo sobre su gran bulto.
Solo nos separa la tela de nuestra ropa interior y todo se pone mucho más intenso cuando estas faltan.
Entra en mi, permitiéndome tener absolutamente todo el control en esto, así que alejo cualquier rastro de "vergüenza" moviendo mis caderas para que ambos disfrutemos.
Al concluir quedo una vez más debajo de él y muy, pero muy exhausta.
Más madrugadas así por favor.
N/A: ¡Espero que te guste! En lo personal no me convence, pero realmente espero que sea de tu agrado. 🙈✨💙
