Capítulo 1.- "¿Dónde estoy?"

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Luz. ¿Qué es la luz? Para mí es calidez, paz, tranquilidad, seguridad. Al menos que esté durmiendo, entonces es algo molesto que interrumpe un hermoso sueño, y esta no es la excepción, hay mucha luz, apenas y puedo abrir los ojos. ¿En dónde estoy? ¿Por qué hay tanta luz?

No recuerdo lo que estaba haciendo ¿estaba durmiendo? No. Estaba de camino a un lugar y... ¿Y qué? ¿Me ocurrió algo? ¿Estoy en un hospital? ¡¿He muerto?! ¡No quiero estar muerta, no quiero estar aquí, quiero estar en casa, quiero moverme, quiero hablar, quiero llorar, quiero... vivir!

¿Por qué estoy aquí? ¿Qué está pasando a mí alrededor? Escucho aleteos y algo parecido a cómo si alguien golpeara dos trozos de metal. Tengo miedo, no puedo ver nada, aún hay algo que no me deja abrir los ojos, la luz me está segando.

- Tranquila, hemos terminado un largo viaje- dijo una voz profunda, llena de amor, de compasión, de paz – descansa por ahora, tenemos mucho que hacer-.

¿Quién fue? ¿Acaso me habló la luz? ¿Fue un doctor? ¿Un viaje? ¿A dónde? ¿Y qué es lo que "tenemos" por hacer? ¡Quiero ir a casa, quiero ver lo que pasa a mí alrededor, quiero saber en dónde estoy!

Una mano me tocó la cabeza, me sentí tranquila, me sentí protegida, la desesperación que sentí hace un momento comenzó a desaparecer, y me di cuenta de algo, no importaba lo que había pasado, no importaba quien era yo, no importaba nada... había muerto.

En mi comenzaron a surgir toda clase de sentimientos, empecé a recordar mi vida y a sentir cómo esos recuerdos se esfumaban. Siempre fui una buena hija, hermana, sobrina, nieta, en fin. Me dio tristeza saber que mis padres me extrañarían y yo a ellos. Conforme veía mi vida, me sentí feliz, pues fue una hermosa experiencia que sabía que no duraría por siempre y sabía que no dependería de mí el decidir cuándo marcharme. Ahora comprendo el "tenemos mucho por hacer", ya tenía otra misión, la que me fue asignada en la vida que estoy abandonando (¿o ella me abandona a mí?) ya la he consumado, y es hora de comenzar una nueva.

Acepté mi muerte más rápido de lo esperado, al hacerlo, sentí como la luz se disipó, era como una venda en mis ojos, pero no desapareció, tomó una forma extraña y se adentró en mi ser, supongo que yo era la luz.

Mientras me secaba las lágrimas que estaban atrapadas en el manto de luz que cubría mis ojos, me senté en donde estaba recostada, era una especie de cama muy cómoda, bajé los pies para sentir el suelo y este era igual de cómodo y esponjoso que la cama. Aparté las manos de mis ojos para abrirlos y ver por mí misma en dónde estaba, eran... ¿nubes? Temerosa incorporé la mirada hacia el frente y vi... ¡ángeles! No, no era una broma y si lo era estaba muy bien hecha.

Ellos me observaban con curiosidad, parecía que estaban pensando, se notaba en su forma de mirarme.

- ¡Ya sé! -, exclamó un ángel que llamó mi atención ya que no poseía alas, y algo más raro aún es que era el único, aparentemente los otros ángeles tenían alas hermosas, algunas más que otras. - ¡Iris! –, Interrumpió mis observaciones y pensamientos.

- ¡Es muy hermoso! ¡Bien pensado Orel! ¡Sí, me gusta! -, comenzaron a decir los demás ángeles cuando mencionó el nombre.

- ¡Sí, me encanta! -, escuché a mis espaldas esa voz inconfundible que me recibió, mi piel se "enchinó", me contuve de voltear a verlo, ¿por miedo? No lo sé, sin duda, me daba miedo conocerlo.

- Iris, ¿podías voltear? Quiero verte-. Mis ojos se abrieron, mis labios se fruncieron y contuve la respiración, sabía que me llamaba a mí, aparentemente ese sería mi nuevo nombre.

Los demás ángeles me hicieron señas para que me diera vuelta, no quise faltarle el respeto haciéndolo esperar, así que me di la vuelta viendo hacía el suelo.

- Mírame, no tengas miedo, no hay nada que temer, ahora, somos iguales-, empecé levantar lentamente la mirada, para verlo completamente.

Mis pies estaban descalzos, mi vista avanzaba viendo el suelo hecho de nubes blanquezcas amarillentas, en un punto creí haber llegado a donde estaban sus pies, pero no encontré nada, ¿está volando? la intriga me inundó repentinamente y levante mi rostro completamente.

Luz. ¿Qué es la luz? Para mí, ahora, a pesar de haber dado mi punto de vista anteriormente tenía un nuevo significado, no uno completamente distinto, sino un significado completo.

La luz no es algo físico, es calidez, paz, tranquilidad, amor, seguridad, protección, bondad, es alguien, es Dios.

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