- Vegetariano - [Springtrap×Towntrap] [FNAFHS]

Capítulo Cuatro

Springtrap camina alegre bebiendo el jugo de tomate que le regaló aquel simpático chico, estaba muy rico. Era espeso pero no lo suficientemente como para atragantarte, el sabor del tomate era sutil más al tocar tu lengua de inmediato notas que se trata de tomate. La mejor de las ideas que pudo tener fui el ir a esa feria, lástima que solo dura una semana y se celebra una vez al año, una feria tan divertida y original como está debería durar como mínimo un mes. Observaba todo a su alrededor, detallando cada puesto que había, la feria era tan grande que el día anterior no logro ni recorrer la mitad, había tantos aromas nuevos para el.

Hubo uno en particular que le llamó la atención, era un olor fuerte que invadía sus fosas nasales para pasar a su garganta, y activar alguna parte de su cerebro que produce placer. Ese placer al lamer un cremoso helado en un día caluroso, de morder la última galleta del paquete que compraste, de comer un malvaviscos asado, era un placer delicioso de forma literal. Busco con la mirada el lugar donde venía tan esquicito aroma, había tantos olores que su mente no procesaba toda la información dada, más por fin su vista cae en un puesto de sopas, una anciana de cabellos canosos era acompañada de una joven rubia. La mayor tenía ojos rasgados y pequeños color celeste, su piel arrugada y blanca está cubierta de manchas pequeñas, lleva un vestido rosa pálido decorado con flores amarillas, sus arrugadas manos sostenía un cucharón de madera con el cual mezcla lo que lo más probable sea sopa en una gran olla de tono cobre. La chica a su lado sonreía radiante, su cabello largo y rubio esta atado en un chongo, sus ojos de un brillante azul deslumbra con tranquilidad, su piel tenía un agradable tono bronceado decorado con mejillas rosadas, lleva una blusa rosada brillante, sus manos lavan vegetales con cuidado, parecía acariciar cada vegetal. Springtrap quedó atontado por tan magnífico olor que venía de la olla que aquella mujer tenía. Se acercó tímidamente, sintiendo un hilo de babá resbalarse de la comisura de sus labio. Se detuvo en seco con una mirada entristecida al notar los precios

Sopa pequeña de vegetales; seis dólares

Sopa mediana de vegetales y un jugo de frutas mixta: diez dólares

Sopa grande de vegetales y dos jugos de frutas mixta: trece dólares

Springtrap trago en seco, reviso en su bolsillo del pantalón. De dónde saco apenas cuatro dólares y seis centavos. No era ni siquiera un plato pequeño. Suspiró irritado, esa semana y la anterior había sido muy mala en cuanto trabajo, pues por lo general permitía a las personas mayores pagarles cuando tuvieran todo el dinero, más las deudas se sumaban y más que pagarle solo acumulan deudas con él.

- "¿Y si organizó una protesta con rojo y la enana para que me paguen y dejen de jugar con mis sentimientos?" - llevo su mano a su mentón pensado en hacer unos cárteles y ir hasta la casa de la señora que casualmente nunca tenía dinero para pagarle. Suspiró recordando que así como la lectura, la escritura se le da pésima. Apenas y sabe escribir su nombre y fue por la insistente manera de ser de Mangle, que fue a su casa con un cuaderno y un lápiz y lo sentó en frente de la mesa para que escribiera su nombre una y otra vez, según la albina son planas y son escenciales en primaría. Suspiró llevando su mano a su frente, se alejó del puesto sintiendo una punzada en su pecho, un sentimiento de insatisfacción enorme que no dejaba de atormentarlo, su mente le decía que regresara y le pidiera a la vieja que atendía alguna clase de descuento o que se apiadaria de su pobreza y le regalara aunque sea una cucharada. Pero le daba muchísima vergüenza, por lo que solo se alejó haciendo pucheros

Ahora veía la exhibición de frutas y verduras. Habían calabazas enormes, gloriosos maíces, bellas berenjenas y por supuesto tomates. Una gran fila de tomates. Muchísimos tomates de colores rojizos alineados en la escala del más rojo al más pinton. Springtrap admiraba como la escala estaba tan bien hecha, pues se veía como un degrade pasando del rojo al amarillo y luego verde. Un granjero alardeaba sobre los cuidados óptimos a sus tomates explicando cómo regar la planta, las medidas de abono y cuánto sol deben tomar. Springtrap escuchaba atentamente para poner en práctica aquellos concejos con su propio huerto, jamás pensó que podría ponerle excremento a las plantas. Levantó la mano lleno de curiosidad