18-Sed.

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Frente a mí se levanta una figura totalmente demacrada, atada por los brazos a dos cadenas que cuelgan del techo, con la cabeza cabizbaja. Tiene ensangrentadas las muñecas y heridas sin sanar en el pecho.

Me levanto lentamente del suelo y me acerco a Ángel. Con las dos manos le levanto el rostro. Sus ojos se clavan en los míos con una mirada perdida. No hay nada. Su mirada no me trasmite nada.

- Debemos irnos ya – dice Dann apartándome de él para que lo pudieran desatar.

Acto seguido le quitan las cadenas y este cae al suelo. No se mueve, no hace nada. El corazón se me cierra en un puño, pero me reprimo las ganas de llorar, no es el momento.

Conseguimos salir del lugar sin que nadie nos vea, fuera nos espera misteriosamente una furgoneta negra con los cristales ahumados. Subimos a Ángel a la parte de atrás y yo me subo con él.

- ¿Estás segura de que quieres ir ahí? ¿No prefieres ir en un asiento delante? – me pregunta Cody con una mueca de preocupación en el rostro.

- Sí, tranquilo, estaré bien – le digo con una media sonrisa.

Voy con la espalda apoyada a uno de los lados y frente a mí se encuentra Ángel, aún inmóvil, sin pestañear, sin producir ni una sola palabra. Las heridas no se le curan y eso hace que me preocupe aún más.

- Ángel, dime algo, háblame – le digo mientras me acerco a él y le acaricio el rostro.

Tras mis palabras gira su cara hacía mí y me mira. Pero no es su mirada de siempre, esta es sombría y fría, como si el Ángel que yo conocí no existiera y lo único que quedase fuera oscuridad.

- ¿Estás bien? ¿qué fue lo qué te hicieron? – le pregunto intentando controlar mis nervios.

Él solo se limita a mirarme y de repente sonríe, sonríe de la forma más malvada que jamás he visto, enseñándome sus grandes y afilados colmillos. Esto hace que un escalofrío recorra toda mi columna vertebral, pero intento mantenerme serena.

- ¿Necesitas algo? - le pregunto con la voz quebradiza.

Ladea la cabeza ante mi pregunta y reduce la poca distancia que aún nos separaba. Me observa detenidamente mientras me recoge un mechón detrás de la oreja. El corazón se me acelera con la cercanía de tal modo que soy capaz de oír cada latido con precisión.

Pero de repente me empuja con tal fuerza que choco con la pared de la furgoneta quedándome sin respiración. Acto seguido se abalanza contra mí y me muerde en el cuello, me muerde tan fuerte que se me ahogan los gritos por el dolor. Rápidamente voy perdiendo la conciencia, las manos me flaquean, no puedo oponer resistencia, no puedo hacer nada, voy a morir, sé que voy a morir. Mi último recuerdo antes de perder la conciencia es sentir como la furgoneta frena y se abren las puertas de atrás, luego todo se vuelve negro, un negro que ya se me empieza a hacer familiar.

Un pitido discontinuo interrumpe mi sueño, los ojos me pesan, no los puedo abrir además tengo la boca tan seca, como si no hubiese bebido nada en años.

- Agua, por favor – digo sacando todas mis fuerzas.

En ese momento siento el tacto cálido de una mano, esta me coge la mía, luego siento un ligero beso.

- El médico vendrá pronto – pronuncia una voz que me resulta muy familiar – estoy tan contento de que por fin despiertes.

Abro los ojos lentamente, frente a mí aparece una figura borrosa que poco a poco va cobrando forma. Es Cody, me mira con ternura y con una gran sonrisa dibujada en el rostro.

- ¿Qué ha pasado? – pregunto confundida y desorientada.

- Estás en el hospital, consecuencia de andar metiéndote entre colmillos.

En ese momento los recuerdos vienen a mi mente como si los bombardearan, cada imagen, cada sensación. La piel se me eriza y los nervios vuelven a aflorar.

- Será mejor que te tranquilices, el médico no te puede ver así – me dice mientras me da un leve apretón en la mano.

- ¿Cuánto tiempo llevo en el hospital?

- No mucho, conseguimos separar de ti a tu amiguito a tiempo. La próxima vez no deberías de quedarte a solas con un vampiro hambriento.

En ese momento dos golpes leves en la puerta llaman nuestra atención, tras estos se abre y aparece Charlotte con una gran sonrisa en la cara y unas flores.

- Por fin despiertas, ¿qué tal ha estado esa siesta? – dice Charlotte con un tono irónico al tiempo que entra en la habitación y coloca las flores en un florero.

- No sabes lo que te echaba de menos – le contesto sujetándole la mano.

Ver la allí, tan sonriente, hace que me acuerde de mi vida antes de todo esto, de la tranquilidad que tenía sin yo saberlo. Verla allí hace que me acuerde cada noche que cenaba con mis padres los platillos que nos hacía mi madre con tanto cariño. La nostalgia me invade, las lágrimas empiezan a rodar por mis mejillas, pero estoy feliz, feliz por verla allí.

- Ey, tranquila, ya está todo bien, no llores – me dice Charlotte mientras me limpia las lágrimas con un pañuelo.

Antes de poderle contestar, la puerta se vuelve a abrir, pero esta vez la persona que aparece tras ella hace que me tense. ¿Quién es?¿qué hace aquí? Y lo más importante  ¿por qué no me inspira confianza?



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Holaa de nuevo a todos y todas. Siento mucho, muchísimo la tardanza. No he tenido mucho tiempo y lo he ido dejando. Además me quitaron la cuenta y por fin la he vuelto a recuperar. Sé que no puedo compensar el tiempo, pero espero de corazón que les guste el capítulo.

Comentar que intentaré subir otro capítulo en cuanto pueda.

Un gran beso y abrazo. Espero que hayan tenido un bonito año y que el siguiente sea mejor.

Feliz año nuevo!!!

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⏰ Última actualización: Dec 30, 2017 ⏰

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Briana. [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora