GORRIÓN CON ALMA DE HALCÓN

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CAPITULO XIII


Esa semana había sido maravillosa en la vida de aquel muchacho, contra todo pronóstico tenía el protagónico, tenía a mis amigos en mi vida y mi madre respaldando esta semana maravillosa que estaba terminando.

Como era de esperarse los números de un acto basado en una sola línea argumental son trabajo duro y es básicamente todo lo que estaba haciendo, ensayo, tras ensayo, tras ensayo.

Mamá por un motivo obvio tuvo que volver a Londres, aunque prometió que volvería para saber sobre mí, sobre los progresos y claro para el estreno.

Por primera vez en mucho tiempo me sentía dichoso como pocas veces.

Pasaron varias semanas de ensayos, en algunas Ebb se presentaba como una observadora silenciosa para verme saltar, bailar, danzar. Apoyaba mis performance, me ayudaba con las terminaciones de mis movimientos de danza.

Conocí a la misteriosa fotógrafa y vi las fotos de la pelirroja que no era más que una musa maravillosa entre la cámara de una joven realmente talentosa y además estaba las pinturas, unas obras y retratos maravilloso que plasmaban la belleza no sólo física de Ebba si no su naturaleza salvaje, impredecible.

En algún grado yo si seguía eclipsado hacia Ebba, pero no se comparaba con el sentimiento de pertenencia con el señor Leonardo.

Pero ni él ni ella podían compararse con la felicidad que me daba pertenecer a esa obra.

Los días se transformaron en semanas, semanas en meses.

Trabajaba como pocas veces, desfallecía por aquel sueño y por las noches dentro de mi cabeza seguía trabajando maravillosa por la sensación de estar allí.

En realidad ahora mismo mi vida se sentía como un trapecio y yo estaba en el borde de la plataforma a punto de lanzarme hacia un primer vuelo, el primer salto que realmente me haría cambiar toda mi vida.

Pensaba en eso mientras estaba recostado arriba de mi caravana cuando El señor Román me distrajo de mi momento de divagar.

-Parece que nunca estás despierto ¿lo sabías? –Me senté y me acerqué sentándome en el borde para mirarle.

-Parece como si fuera un sueño, un buen sueño en realidad.

-Me recuerdas a mi cuando tenía tu edad, todo el tiempo divagando, pensando en funciones, creando obras. Hay talento innato en ti. ¿te molesta si te acomaño?

-Está un poco... -Aquel hombre casi sin problema alguno se agarró y subió para sentarse a mi costado.

-Estás trabajando maravillosamente, estos meses has ido mejorando mucho. Llevamos la mitad de la obra ya acabada y nadie sabe realmente de dónde viene toda tu energía.

-La verdad es que ni yo lo entiendo bien.

-Mañana es el gran día, haremos un ensayo general quería asegurarme que mi estrella estaba descansando pero la veo aquí mirando las estrellas.

-No podía dormir en realidad.

-Yo tampoco, no hace muchos años escribí esta obra para mi hija. Ícaro alas a la Luna es la obra más poderosa que mis manos han trazado. Pero siempre supe que no cualquier persona podría interpretar a sus dos protagónicos. Cuando te vi llegar y me constaste toda tu historia supe que eras especial. Ahora estoy seguro que lo eres.

-Gracias señor. Pero no entiendo ¿Por qué yo?

-Porque eres un Malevor Connor, lo llevas en las venas. Tal vez no directamente pero lo traes contigo. Tú naciste para este papel. –le sonreí intentando no emocionarme. –Tienes valor se necesita mucho valor en la vida sobre todo para seguir los sueños tontos.

ICARUS, ALAS A LA LUNAWhere stories live. Discover now