<< 6 >>

375 32 0
                                    

Alex se encontraba en el altar, listo para ver a Lorena entrar con su vestido blanco.
La música había comenzado a sonar. La iglesia estaba bañada en oro. La multitud de gente que estaba de pie volteaba a ver a la puerta.

Y ahí estaba, Lorena entrado junto a su madre. Su tía y prima detrás tirando algunos pétalos de rosa rojos. Se veía resplandeciente, el vestido blanco se arrastraba en los azulejos del sagrado lugar.

Alex sintió angustia y desesperación. En cualquier momento podría llegar Susan.
En cualquier momento podría venir Chris y asesinarlos a todos.
Su vida corría peligro.

Al darse cuenta, Lorena se encontraba de pie junto a él. Sus cabellos castaños estaban sujetos mostrando el suave rostro de la chica.

Ambos se sonrieron y empezó la ceremonia.

———

—Estamos hoy, aquí reunidos... —el cura había empezado a hablar, mientras Lorena y Alex estaban hincados a pies del señor. Las manos del chico temblaban, solo pedía que al terminar la boda, pudieran irse él y su futura familia a otro lugar.
—¿Todo bien, mi amor? —la chica preguntó, haciendo que Alex asintiera inmediatamente con una sonrisa.
—Pueden ponerse de pie —ambos siguieron las órdenes— Ahora, repitan mis palabras.
Yo, Lorena Roswell Hernández, juro amar a Alex Harrison Smith eternamente por el resto de mis días, siéndole fiel en la salud y en la enfermedad. Amén.

Lorena había repetido todo lo dicho por el cura, seguido de Alex, pasó lo mismo.
Su voz temblaba y podía sentir la tensión del momento, podía sentir la mirada de todos encima de él.

—Lorena Roswell Hernández, ¿aceptas a Alex Harrison Smith cómo tu futuro esposo?
—Acepto —contestó rápidamente con una gran sonrisa. Ambos estaban frente a frente.

*¿Qué estoy haciendo?, necesito salir en estos momentos.
No puedo.
No debo.
Esto es mi culpa.* eran los pensamientos de Alex en esos instantes.

—Alex Harrison Smith, ¿acepta a Lorena Roswell Hernández como su futura esposa?

Silencio.

Nervios.

—A-acepto... —tartamudeó mientras podía sentir que se desmayaba.
—Si alguien se opone a esta boda, que hable ahora o calle para siempre.

Alex rezaba para que nadie hablar, para que nadie saliera corriendo. El que saldría corriendo sería él.

Silencio.

Todos permanecían callados esperando alguna intervención, pero nada sucedió.

—Prosigamos...Alex, puede besar a... —un grito provino de la entrada de la iglesia interrumpiendo al cura. La silueta de una mujer se encontraba de pie ahí. Vestía con un vestido rojo ajustado, su cabellera rubia resplandecía con la luz de los candelabros del lugar.

Ahí estaba, Susan Adams, de pie mirando a su amante con otra mujer.

—¡¿Quién es ella?! —gritó Lorena haciendo que su madre se pusiera de pie y los invitados empezaran a murmurar.
—Mi amor, Alex —empezó a hablar mientras caminaba lenta y elegantemente por el pasillo de entrada— Todo está listo, tus maletas, el avión...nuestro hijo.

Lorena quedó boquiabierta al escuchar a aquella desconocida mujer.

—Alex, ¿quién es ella?, ¡sáquenla de aquí! —Lorena gritaba a unos hombres sentados en primera fila. Susan, al ver que estos se levantaban, volvió a hablar.
—¿Tu querido novio no te ha contado sobre mi? —hizo un puchero sarcásticamente y después rió, seguidamente se acercó a Lorena desgarrando todo el vestido de bodas, haciendo que esta chillara— Que lástima, te quedaste vestida, para nada —se encogió de hombros— Amor, ya te lo había dicho, es ahora o nunca.

Alex estaba paralizado, había pensado que no vendría, pero ahí estaba, el mismísimo diablo de pie frente a él en el altar.

—Es una farsante, ¿cierto, Alex? —el chico solo la miró y le dedicó unas palabras.
El cura observaba la situación sin intervenir.
—Lorena...lo siento —esas palabras hicieron pedazos a la chica mientras miraba como Alex bajaba del altar y tomaba de la cintura a su amante y la besaba.

Todo el mundo quedó en silencio mientras Susan y Alex se alejaban tomados de la mano y saliendo de la iglesia sin mirar atrás, dejando a Lorena tirada en el piso devastada con su vestido de bodas desgarrado.

Dear [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora