capítulo 19. Dulce chica (Parte 3, final del maratón)

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- Mírate, eres una ñoña de biblioteca, ¿Crees que me fijaría en ti? Que ilusa eres...
Dejo caer lagrima tras lagrima por mis mejillas.
- Creí que me amabas, me entregaría a ti, ¿porqué me haces esto?...
- Porque solo eres para un rato estupida, mírate, eres una mojigata, una ñoña sin vida social, nadie se fijaría en ti, das asco- me dice aquel chico del que me enamoré, aquel me había ilusionado, aquel, por el que habría dado todo lo que tengo para ser feliz a su lado, ahora estoy herida con sus mentiras y su desamor.
Me dejo caer al suelo sin fuerza y lo veo marcharse, burlándose de mí corazón, burlándose de mis sentimientos.
Al verlo marchar, mil imágenes parasaron por mi mente, solo eran mentiras, solo fue una tonta ilusión.
El y su nueva novia, mi ex mejor amiga, Tara.
Camino hacia la salida del colegio, deseando que James no estuviese ahi, hoy queria ir al bosque, leer un libro, sacar todo el dolor que en mi crecía.
Veo a James y suelto un suspiro.
Al verne abre la puerta y me meto rápidamente.
- ¿Quién le hizo esto?- me pregunta al ver mi rostro apagado.
- Solo me ilusiono James, sólo jugó con mis sentimientos- le digo y exploto, comienzo a llorar y sollozar como loca, intentando sacar este dolor, deseando que solo sea una pesadilla.
James me tiende un pañuelo y me ofrece una sincera sonrisa.
- El no la merece señorita, ya vera que encontrará un hombre, que dará la vida por usted- me dice y arranca el auto.
Pasamos cerca del parque y le pido a James que se detenga.
- Puedes irte James, necesito estar sola- le digo y salgo sin ánimos al lugar.
Pienso en el, en como me hizo sentir; la primera vez que toco mis labios, la primera mirada, todo de el. ¿Porqué tuvo que herirme de esa manera?
Me siento bajo un árbol, suspiro al sentir el aire tocando mis mejillas que empezaban a humedecerse.
-¿Porqué lo hiciste Thomas?- digo en voz baja.
Decido caminar por la ciudad, necesito despejar mi mente.
Veo las tiendas al pie de las calles, gente caminando de ahí para allá.
En ese momento me topo con un grupo de gente, que miran algo asombrados. Me acerco un poco y veo a una chica pelinegra, con una especie de leotardo con manchas el, que tiraba gotas de pintura a un lienzo mientras bailaba.
Salpicaba rojo, amarillo y negro, se movia como bailarina, ágil como un águila y ligera como una pluma.
Después de unos minutos, la hermosa chica habia hecho una hermosa obra de arte.
- La pintura te libera, te hace sentir unico, te hace setir especial creando tu propio mundo- dice aquella chica con la voz agitada, pero con una hermosa sonrisa en su rostro,
En ese instante, un luz ilumino mi mente, pintar, talves una nueva salida de mi destruido mundo...

- ¿Pintar?- me pegunta mi madre distraida en su ordenador.
- Si, quisiera comprarme herramientas y hacer un estudio en mi cuarto- le digo con un toque de emosion.
- Esta bien, le dire a un arquitecto de la empresa y tu te encargas del resto- me contesta sin mirarme.
¿Cual es el problema de mi madre?
Me dirijo a mi habitacion, pero antes de llegar escucho ruidos extraños provenientes de la habitacion de mi hermana.
Camino despacio para no hacer ruido, veo la puerta entre abierta me pongo detras de ella y miro hacia adentro.
Me quedo en shock, mi hermana se estaba besando con una de sus amigas, mientras otra la tocaba de una manera extraña.
Veo la cara de mi hermana, se ve feliz pero extraña, al sentir que una de sus amigas la tocasen ella gemia de una manera extraña.
Una sensacion extraña recorre mi cuerpo y decido irme rápidamente a mi cuarto.
Tomo un lienzo en blanco y comienzo a trazar con lapiz, las bases de mis dibujo. Luego de unos minutos estilizo y ajusto los detalles de mi dibujo, es mi hermana, con aquel rostro de felicidad que tenia hace un momento. Sonrio al concluirlo, realmente desearía que ella sonriera conmigo y fuese una hermana cariñosa, hace mucho que no me dirije la palabra, y realmente no se porque, porque apesar de todo, la quiero mucho.
Al concluir mi pintura, acomodo todo y apago la luz. Si, ese es un día común para mi, un dia mas de mi vida.
Me meto a bañar y 10 minutos despues, estoy acostada, pensando como seria mi vida si mi familia me amase, en eso escucho ruidos en mi puerta y entra Leinna con algo en las manos.
Me hago la dormida y me quedo quieta.
- Hola enana- me dice y se sienta en la cama- se que estás dormida y se que mañana es tu cumpleaños, me siento terrible, a veces te detesto tanto, pero se que tu no tienes la culpa de las estupideces de nuestra madre, aunque mi recentimiento es grande, te quiero hermanita- concluye y se acerca a mi.
- Feliz cumpleaños enana- me dice al oido y se aleja de mi, para encaminarse a la salida.
Jamas entenderé a mi familia, mi padre, no tengo ni la mas remota idea, mi madre, una mujer de negocios impecable y estricta; mi hermana, una universitaria alocada pero dedicada a la ves; y yo, una pequeña chica, con un amor por la pintura y la literatura, una chica timida y discreta, que hace lo posible para no llamar la atencion, una chica con una extraña obsesion por las novelas eróticas y sadomasoquistas; esa soy yo, solo soy una dulce chica...

Si amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora