capítulo 26. No tienes idea del error que cometes

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De regreso al castillo, Dominnick se encuentra pensativo, como si tuviera que organizar un puñado de pensamientos sin orden alguno; en mi caso, me encuentro perpleja, las cosas que me dijo en el bosque me tomaron por sorpresa.

- es extraño que te haya dicho eso...
- sí, aunque después de todo, hoy se comporto distinto...
- solo hoy, por que si mal no recuerdo, días pasados se había comportado descortés...
- talves se dio cuenta de su error...
- solo debemos andar con cuidado, Dominnick es algo inestable...

Al llegar al castillo, Dominnick baja del auto, para después abrirme la puerta.

- señorita Coreman- me llama y se inclina como si fuera mayor domo o algo así.
Sonrío ante su acción, y tomo su mano.

- gracias señor Heinsbek- le digo y lo miro a los ojos.
Entramos al castillo y veo que Luciana se encuentra en la escalera, con la mirada perdida, llena de dolor y enojo.

- buenas noches Luciana - la saluda Dominnick pero ella no responde, solo nos observa.

- Luciana, dije buenas noches- vuelve a repetir Dominnick.
Me separo de Dominnick y me acerco a ella.

- ¿qué ocurre?- le pregunto y tomo sus manos. Veo que se sobresalta y sale del mundo donde se encontraba.

- Leisy- me dice con dolor.

- ¿qué sucede?- le respondo.

- no tienes idea del error que estas cometiendo, no tienes idea- me dice y rompe en llanto.

- Luciana guarda silencio- le dice demandante Dominnick detrás de mí.

- ¡YA ESTOY HARTA DE OBEDECERTE!- le grita con odio.

Siento que comienza a temblar, me volteo y veo a Dominnick acercarse.

- ni se te ocurra- le digo y abrazo a Luciana.

- Leisy, necesito hablar con ella, no colmes mi paciencia- me dice amenazante.

- no - le digo firme y tomo a Luciana del brazo y la llevo a mi habitación.

- LEISY- Escucho gritar a Dominnick pero lo ignoro.

Llegamos a mi habitación y Luciana no paraba de temblar y susurrar:
- nos castigará...
-¿quién nos castigará?- le pregunto con curiosidad y la siento en la cama.

- el amo- me dice y me deja aún mas confundida.

- Luciana, ¿qué ocurre?- le pregunto con preocupación, veo que su respiración se vuelve inestable y no deja de temblar.

- no tienes idea leisy- me dice y me mira a los ojos.

- ¿hablas de Dominnick? - pregunto y ella al escuchar su nombre aprieta los ojos como si su nombre le doliera.

- el no es el Dominnick que conocía, el ahora es un monstruo- me dice con miedo y fija la mirada en el piso.

- ¿Dominnick te ha lastimado?- le pregunto con horror.

- como no tienes una idea- me contesta seria ahora, como si ideara un plan.

Un lágrima rebelde se escapa y miro al suelo.

- Leisy, tienes que irte de aquí- me dice y toma mis hombros con fuerza.

- pero Dominnick ah cambiado- le digo con algo de esperanza.

- eso es lo que quiere que creas, Leisy, Dominnick es...

Antes de que pudiera terminar alguien abre la puerta y veo a un Dominnick furioso venir hacía nosotras.

- es hora de que te larges de mi castillo- le dice a Luciana.

- Dominnick- lo llamo y me mira con enfado.

- tu, ni siquiera me hables- me dice apuntándome con el dedo.

- como ya no te sirvo, como ya exprimiste cada gota de mi esencia, ya no soy nada para ti- le dice con voz firme y lo mira a los ojos.

Dominnick se limita a hablar y la toma del brazo para sacarla de mi habitación.

- Dominnick- le llamo, pero me ignora y cierra la puerta, dejándome con una sola duda:
- ¿quién es realmente Dominnick Heinsbek?

Dominnick...

- ¿que mierda te pasa por la cabeza?- le pregunto a Luciana con molestia.

La llevo del brazo por las escaleras. Luciana se limita a seguir caminando en silencio, no me mira, no hace ninguna reacción, nada. Al llegar a las escaleras se detiene.

- Luciana - la llamo pero está se queda estática en su lugar.

- no te volveré a obedecer, no volveré a dejar que me humilles, todos estos años eh soportado tus demonios y cosas enfermizas, pero ya no más - me dice sería y me mira a los ojos con odio y rencor.

- Lucy - le digo y acarició su mejilla. Ella se acurruca en mi mano y aprieta los ojos como si le quemará mi piel.

- adiós domy - me dice y la miro confusa.

Se pone de espaldas a la escalera y me sonríe con nostalgia y saca algo de su sueter, una navaja.

- Luciana detente- le digo asustado, no permitiré que lo haga.

- ya es tarde - me dice y corta las venas de su brazo derecho hasta casi llegar al antebrazo, para luego seguir con el izquierdo.

- ¡NO! - grito y la miro con los ojos desorbitados.

Me mira con esos ojos verdes, con su cabello rojizo peinado en dos trenzas, con esos labios que ahora yacen pálidos.

- Adiós domy- me dice de nuevo el intenta hacerce para atrás, pero la logro agarra y está se desvanece en mis brazos.
Estoy en el suelo con Lucy la miro con nostalgia y dolor, sus ojos quedaron abiertos y me miran sin ninguna expresión, poco a poco la luz de su mirada se desvanece y su sangre aumenta en el suelo.
Una lagrima corre por su mejilla y sus ojos pierden el brillo, esos ojos verdes que jamás volveré a ver.

- ¡LUCY!- grito con dolor y lágrimas ardientes brotan de mis ojos.
Veo a Margareth al pie de la escuela y me mira confundida, mientras sube las escaleras la ve.

- no, mi pequeña no- dice entre sollozos y la quita de mis brazos y la abraza mientras más mece como un bebé, manchandose de su sangre, llora sin consolación y yo solo miro un punto fijo.

- ¿porque lo haz hecho pequeña?- le pregunta y acaricia su rostro.
- Margareth- la llamo y me mira con dolor.

- fue mi culpa...

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