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- ¿Momo? - Chaeng preguntaba mientras salía del cuarto. Llevaba horas sin poder dormir, y tenía miedo de que Mina se hubiese cansado de esperarla en sus sueños.

Caminó hasta donde el sonido del televisor se escuchaba con mejor precisión y observó a la castaña que yacia sentada en el sofá, dejando su silla de ruedas a un lado.

- Hola... - le dijo ella dándole su mejor sonrisa, palmeando a su lado para que se sentara a su lado.

El departamento de Momo era grande, se lo había comprado días después del accidente pues se rehusaba a volver a Japón y dejar a la pequeña Chaeng. Esta ya ni iba a su casa, algunas veces cuando su madre se lo pedía, pero la tenía tan abandona que no sabía en quién se había convertido. Quizás dejar ir a una persona no es tan fácil.

Momo ya no se veía como antes. Se descuidó tanto en esos meses que ni sus ojos tenían brillo. Su cabello castaño se había vuelto un desastre ya que el tinte se había caído, despeinada y sin brillo. Sus labios, agrietados de tanto morderlos. Quizás ella estaba igual, Chaeng no se escapaba de decir que no se ha cuidado en esos meses.

- No puedo dormir...- habló lento, caminando hasta la mayor y sentarse a su lado, recostándose en su regazo cubrido por una manta.

- Yo igual...pero intenta dormir, el sofá es más cómodo de lo que parece.

Asintió, mirando al televisor para visualizar una caricatura de un gato. Hello Kitty hace tiempo ya que le dejó de divertir pero al parecer a Momo le agradaba mucho esa gatita blanca.

Cerró sus ojos cuando el sueño la empezó a invadir y Momo acariciaba su cabellera lentamente.

Al abrir sus ojos, el blanco le atrapó como en una manta y le hizo sonreir. Ahí era donde le hablaba a Mina todo el tiempo.

- ¡Mina! - empezó a gritar, caminando descalza por el piso blanco de ese lugar.

Pero había algo nuevo, el piso parecía agua. Estaba caminando por un rió de...nada. Cada que se movía el agua mojaba su vestido y lo hacía más pesado, haciéndola más lenta impidiéndole llegar a la banqueta blanca que yacía en ese espacio infinito.

No era difícil diferenciar las cosas, estaba como en un parque, siempre blanco. Y aunque todo era blanco, cada cosa hacía sombra sobre las cosas y era lo único oscuro de ese lugar.

- ¡Chaeng regresate! - apareció Mina, sentada en la banqueta mirándola con pena, peinando su cabellera que se movía con el viento.

- Pero, no quiero. ¿Por qué estoy en el agua? - le preguntó desesperada, llegando casi a la orilla.

- No, necesitas irte. En serio. Alguien te necesita más que yo ahora...

- Pero, ayer te grité. Hoy...hoy necesito de ti. - se acercó a Mina y empezó a exprimir su vestido a los lados. Y se sorprendió, parecía no estar en un sueño, nunca se había dedicado a examinar su vertido, ni nada más allá que la delicada mano de Mina.

- Chae, por favor. Regresa al agua y despierta...te lo pido...

- ¿No me quieres contigo?

Mina suspiró.

Ellas se comportaban tan...normal juntas que no parecían dormidas. Ninguna parecía estar en un sueño...o en todo caso, una pesadilla.

- No, no te quiero aquí así que largo.

Sus ojos se abrieron de repente y su respiración se volvió entre cortada, forzando a sus pulmones a reaccionar. Mina la había tirado al agua antes de decirle aquello y se despertó tan asustada que su mundo daba vueltas.

Miró a su lado, el televisor seguía encendido y las misma programación se mantenía. O era un maratón, o no había dormido más que unos minutos.

La silla de Momo no estaba así que supuso que se fue a dormir. Bostezo, olvidando por un momento lo que Mina hizo. Esa no era Mina, asegura, Mina está dormida.

Se levantó del sofá luego de quedarse un momento observando la televisión. Nada divertido. Fue al baño pero la luz estaba encendida, supuso que la mayor estaría ahí. Momo prefería ir al baño cuando nadie la quería ayudar, se esa manera no se sentía tan estúpida. Sus piernas apenas sirven para llevarla de la silla al retrete.

- Momo, ¿te ayudo?. Necesito el baño.

- No-no...yo estoy bien, en serio...

Asintió, esperando unos minutos para volver a preguntar.

-¿Momo? ¿Ya puedo entrar?...

- Si-i.

Asintió, girando la perilla para luego abrir la puerta empezar a gritar.

- Lo siento...

- ¡¿Momo qué haz hecho?! - le gritó para acercarse a ella y quitar la cuchilla de sus mano húmedas. Se asustó definitivamente, no le gustaba para nada la imagen que tenía frente a sus ojos.

Momo lloraba, intentando cubrir sus muñecas cortadas sumergiéndolas en el agua que empezaba a colorearse.

- ¡Momo, eso no se hace!

- ¡Yo sólo quiero estar con ella!

Y Chaeng entendió, suspiró levemente intentando ocultar su preocupación. Ayudó a Momo a salir de la tina, sentándola en la tapa del retrete para luego pasarle una toalla para secarse, aunque no ayudaría en nada con la ropa mojada.

- Buscaré ropa nueva, no te vayas a resfriar. Llamaré a alguien...

Antes de cruzar la puerta la mayor le sostuvo la mano débilmente.

- No me gusta que vengan...

La menor asintió, haciendo caso omiso, saliendo de la habitación para empezar a llorar en silencio. Se le hacía tan difícil ser la mayor en momentos así.

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Algo dramático para terminar el año.

Mami me está haciendo ropa!!! Si :D

A bueno, tienen suerte de que no mate a Momo. Pero, la pobre sufre depresión. Y gracias a Mina no se murió :D!!

Ésta historia va a ser algo, muy, sentimental y dramática. Espero sus lágrimas.

Las veo, el próximo año v: xdxd

Dream『MiChaeng』#エエDonde viven las historias. Descúbrelo ahora