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¿Saben cuando siente que todo está en un risco?.

Cuando ese todo eres tú, siendo amenazado por la fuerte brisa que te empuja hacia el abismo. Pero aún tú siendo más fuerte, no puedes contra ella.

Los nervios te atacan a tal punto en el que tus manos tiemblan y tu sudor brota, frío como el aire que inhalas.

Chaeng había salido tan rápido de la casa de su amiga que no le dio tiempo de explicarle, ni de cambiarse la pijama que traía pues.

Sus pies pisaban fuertemente el cemento, cambian de un pie por otro tan rápido que en algún momento parecía casi flotar. Sus ojos no dejaban de soltar lágrimas, aquellas de felicidad combinada con tristeza, enojo y curiosidad. Más que todo, miedo.

Mina estaba en algo y ella aún no sabía qué era, simplemente estaba corriendo en dirección al hospital.

Tropezó con enfermeras y demás personas que estaban en su camino. Subió las escaleras porque en el ascensor no podría ni respirar, aunque al final lo terminó tomando pues el cuarto piso de ese hospital estaba muy lejos. Techos altos, escaleras largas.

Se miró al espejo del ascensor, se sonrió a sí misma y empezó a arreglarse. Si Mina había despertado, no quería que le viera así. Sus ojos oscuros como su cabello, pero este estaba lindo y arreglado, brillante.

El ascensor se abrió y correr no fue una opción, era su obligación hasta llegar al pasillo donde había poca gente reunida, poca pero estaban ahí familiares conocidos y desconocidos para ella. Todos de la familia Myoui.

Sin saludar ni nada, se dirigió a la habitación y observó la puerta entre abierta. Escuchó fuera de los murmullos algunos llantos y entró a la habitación.

La cama estaba vacía.

Sin fundas.

Sin sabanas.

Todas estas estaban dobladas en una silla a un lado de la cama. Justo donde Sachiko se encontraba llorando, abrazando fuertemente la almohada de su hija.

— Mina...— eso fue lo único que salió de los labios de ChaeYoung, acercándose lentamente a la cama.

— Chae...— la mujer sorprendida la miró y dejó de llorar, levantándose por respeto. — Mina entró en una revisión de alto riesgo. Despertó gracias a una convulsión así que...

Sus ojos se cristalizaron y dejó de escuchar a la mayor. Mina había despertado. Mina estaba ahí. En la vida real, no en ningún sueño.

— Señoritas, necesitamos la habitación libre para la paciente. Está sedada y al despertar necesita calma. Por favor...

Sin decir más las mujeres obedecieron a la chica y salieron. Chaeng más con la intención de ver a Mina que por respeto.

Ahí pasó los minutos hasta que enfermeros traían a Mina en una camilla. Estaba sedada, dormida de nuevo. Pero según el doctor, despertaría y necesitaría rostros conocidos para familiarizarse.

Sus pies se movían con desesperación en el piso, se halaba el cabello de vez en cuando porque, cuanto más miraba a Mina, más se desesperaba. Esta sólo dormida, de vez en cuando presionaba su puño pero nada más.

— Iré por un café, ¿quieres algo?. — ChaeYoung asintió, agradeciendo para luego observar de nuevo a Mina.

¿Qué haría cuando despertase?. ¿La abrazaría?, ¿La besaría?. ¿De qué hablaría?.

Sus nervios aumentaron porque Mina empezaba a moverse y, definitivamente, a despertar.

Chaeng estaba llorando, en silencio, derramando lágrimas de felicidad que terminaban en su cuello. Mantenía su distancia pues no quería asustar a la mayor.

Unos hermosos y oscuros ojos la observaron, sin alguna expresión en el rostro. Sólo observando al frente, hacia donde ella estaba, a los pies de la cama.

— Chaeng...

Juraba que tenían que internarla a ella también pues sus piernas fallaban y sus ojos no dejaban ver el camino. Pero supo aguantar y se sentó al lado de la cadera de Mina, tomando su distancia y sosteniendo su mano.

— Hola, Mina...— su voz salió áspera pero temblorosa. Limpio rápido sus lágrimas.

— Hablaste...nena eso...es...

— Te espere tanto...eres una tonta por tardar...— rieron débiles.

Pasaron así unos minutos, viéndose atentamente y sosteniendo sus manos fuertemente.

La progenitora de la chica llegó y partió en llanto, pero se obligó a no exagerar pues no quería alterar a la enferma.

Pero si todo era lindo, ¿dónde estaba lo malo?.

— Mamá...no siento las piernas...

Las tres mujeres en el lugar se observaron con miedo.

Crearon un drama más grande que sus vidas.

Todas lloraban, Mina estaba desesperada.

El doctor decía que podía ser que aún no reaccionan o relativamente, un nervio fue afectado.

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TARDÉ DEMASIADO! ALV.
Primero, no tenía megas y no existe el internet en ésta galaxia.

Segundo, cuando tuve megas la verga no quería cargar.

Y bueno. Aquí tienen lo que tanto esperaban.

Las amo.

Dream『MiChaeng』#エエDonde viven las historias. Descúbrelo ahora