LA HIJA DE GREY (ONE)

ESPECIAL AÑO NUEVO

LOS ZIMMERMAN

Es el último día del año.
Como siempre y teniendo una familia tan poco convencional, la casa está convertida en un pleno desastre. Tíos, primos, los abuelos y amigos están invitados, y pese a que aún faltan unas horas, mi madre no para de dar indicaciones a todos, con los años se ha vuelto mandona.

—Paul. —Me llama Simona.

—Dime.

— ¿Podrías ir al jardín por Eric? Lo envié a hacerle una simple pregunta a Norbert hace media hora y no ha regresado. —Su gesto de enfado me provoca ganas de reír, pero las contengo.

—Ahora mismo voy. Simona, no te enojes tanto, sabes que te hace mal. —Asiente.

La veo entrar a la cocina y pasando de mi madre con sus órdenes desenfrenadas en la sala, consigo escaparme, el favor de Simona me ha servido de perfecta excusa para huir de ella. En el jardín ambos se encuentran sentados hablando sobre el clima helado, van a congelarse.

—Eric, alguien te llama en la cocina.

—Simona. —Dice como si un rayo de luz le hubiese llegado. —Es verdad, Norbert, ¿Sabes si el jamón ha llegado?

—Sabía que olvidaba algo. —El hombre se levanta tan rápido como sus reumas le permiten—. Uffa, esto de la edad es pesadisimo. —Agrega con gracia mientras camina como alma que lleva el diablo dentro.

Me quedo observando a mi hermano, está totalmente pletórico, como si de un día caluroso en verano se tratase.

— ¿Qué? —Masculla al ver que no me muevo de allí.

—Simona te está esperando, ¿No piensas ir? Vas a morir congelado aquí, ni siquiera traes con que cubrirte.

—Ya salió mi padre, no, tú te pareces a mamá. —Se mofa. Altamente he sacado su síndrome de protección con todos. —Supongo que Norbert ha ido, ya no es necesaria mi presencia. Y respondiendo a tu incógnita: Prefiero morir de hipotermia, que entrar a la casa y soportar a mamá, hoy sí se está pasando de la raya.

—Bueno, haz lo que quieras.

Entro a la casa y la sensación cambia de inmediato, me encamino de regreso a la sala, hay silencio y todo parece en suma tranquilidad. Al fin nos hemos liberado. Tomo asiento en el sillón para distraerme un momento, los últimos días han estado agotantes. Hannah aparece tirando chispas, su plan de ir con sus amigos a la fiesta de fin de año que ellos mismos han organizado, queda fuera de su alcance, obviamente, no va a ir, extraño; porque unas cuantas horas atrás estaba cantando muy feliz, podría ir, pero la condición es que debe estar en casa antes de la media noche. Cuando deja de despotricar contra medio mundo, lanzando de todo menos buenos deseos, me explica que no ha querido decirle el lugar de la fiesta a papá y eso ha bastado para que tuviese que cancelar. Hannah, es como escuchar y ver a mamá, son tan iguales, que hasta el carácter le ha tomado. Le doy un abrazo comprensivo, a mi pequeña hermana, pese a ser mayor ella, su estatura no le da mucho. Al final se decide por quedarse viendo películas conmigo.

Más tarde, es Flynn que se nos une, las películas de acción le atraen. No tarda nada en retarnos a jugar vídeo juegos, petición a la cual hacemos caso omiso, al menos hasta que nos llama perdedores, entonces a Hannah se le sale la furia española y es ella quien lo reta.

—Ya verás, chinito. —Le dice. Sabiendo que a nuestro hermano le puede que le digan así. —Vas a morder el polvo que dejarán mis converse, la paliza será tan fuerte que ni siquiera sabrás cómo demonios ocurrió. ¡Eric!

Cubro mi oído con el dedo, creo que mi tímpano ha muerto con su grito.

— ¡Eric Zimmerman, alias "El hijo" —Es su maravillosa forma de diferenciarlo con papá. Él no asoma ni las narices. — ¡Gilipollas junior!