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Situación actual: sola como un hongo.

Los hombres de esta casa se han ido antes de que el sol saliese, un viaje relámpago e imprevisto de negocios, hizo que armaron maletas como un mismísimo rayo en plena lluvia. He alcanzado a notar que mis padres no solucionaron nada, puesto que papá ha salido de la habitación de huéspedes, en su lugar, mamá se fue sin decir nada ni hablar con nadie, la cosa no pinta para ser buena. Aún sigue molesta por la confesión de ayer, ni siquiera a mi quiso saludarme.

- ¡Dios, Phoebe! -Escucho la voz de Gail. -Que susto me has dado, ¿Qué haces en lo oscuro?

-El interruptor está demasiado lejos. -Enciende la luz y la cocina se ilumina.- ¿Quieres que te prepare algo para desayunar? Por favor, no me rechaces, que ya llevo muchos "NO" contando al vejestorio de Taylor. No sé que mosca les ha volado a todos, parecen picados por alacrán. -Le sonrío y asiento, dándole la razón. - ¿Muesli?

-No, mejor unas tostadas francesas y leche. Por favor, Gail. -Me mira y con una sonrisa termina de ajustarse el delantal.

Observo la delicadeza con la cual se desplaza por la cocina en busca de los utensilios y materiales que requiere para preparar mi desayuno. Gail, es sinónimo de cariño, ella es toda ternura y comprensión cuando se le requiere. Sin duda una gran mujer, vaya regalazo el que se ha llevado Taylor.

-Gail, ¿Y Sophie? No la he visto en estos días, a no ser que esté tan loca y ciega que no le vi.

-Ha ido de visita donde su madre.

-Ah, es lo que tiene de mal humor a Jason Taylor, ¿Es así? -Escandalosa, exagerada y algo loca, es mi definición de la señora. Gail afirma con la cabeza. Se limita mucho en cuanto a hablar de ella se refiere. Y es que la mujer sólo le busca por dinero, lo más seguro es que ahora mismo esté dejando parte de sus ganancias en ella. - ¿Y mi padre dijo algo al irse o al menos Taylor?

Con la espátula gira lo que en minutos será mi desayuno.

-Qué saldrían de viaje, solamente. El buen humor se ha esfumado de ambos. El pobre Thed se va a volver loco con el genio de esos dos. Deberé limpiar bien la casa para matar al bicho que les picó. -Dice como broma. Limpia las orillas del plato y lo deja frente a mí. -Aquí tienes, cuando acabes déjalos aquí, yo vendré para lavarlos. Si quieres algo más, estaré en el jardín.

Devoro mi desayuno en un dos por tres, hambre si tenía. Ignoro las palabras de Gail y lavo todo lo que ensucié. En mi habitación arreglo mi bolso y me dispongo a salir. Aviso a Sawyer que es hora de irnos. En el auto nos desplazamos por las calles de Seattle, lo que me recuerda que hoy tengo una cita importante, una cena con mi mejor amigo o amigo mejorado. Paul Zimmerman.

Al llegar a la editorial bajo y me dirijo a mi mesa. Consigo llegar a tiempo, sólo unos cuantos están ocupando sus puestos ya. Braulio entra y mueve su mano para llamarme, haciendo una seña para que​ lleve mis cosas conmigo, me acerco a él.

-Hola Braulio, ¿Qué tal empieza el día? -Dejo un beso en ambas mejillas.

-Agitado, muy agitado. Phoebe, ¿Por qué estás aquí? Durante los próximos meses tu lugar no es éste. Ni siquiera debes venir, hay un equipo completo trabajando para ti. No estás más en edición, eres la estrella ahora. -Ladeo la cabeza un poco, ¿Me está corriendo? -Toma las siguientes semanas para preparar tu equipaje, leer, salir, despedirte de tus amigos, lo que quiera, pero no vengas.

-Un momento, amigo. -Elevo mi mano y la dejo frente a su rostro. -No voy a pasar dos semanas haciendo nada en casa, éste lugar es mío, puedo venir cuando quiera. Y no, no renuncio al trabajo que he realizado hasta hoy, trabajaré aquí hasta que me toque dejar Seattle, entonces sí, no volveré, mientras tanto me seguirán viendo aquí. Y cuando regrese de la gira, ten por seguro que me regresaré a mi puesto. Además, me has llamado para que vinieses a ver lo de los fechas.

LA HIJA DE GREY (ONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora