Desayuno

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Tendría al rededor de una hora desde que había sido despertada de mi sueño por el ruido de la muchedumbre que vivía en la casa de los Asahina, y con ruido me refiero a pasos por el pasillo, puertas cerrándose y abriendo, alarmas, gritos de niña, etcétera. Parecía la casa de la película de Jumanji.

Resignada a no poder dormir más de lo que hubiera querido, con pesadez me levanté de la cama caminando hacia la regadera de la habitación, abriendo la llave de la misma en un intento de descubrir cuál era la caliente, digo, no me iba a bañar con agua fría, no era que quisiera hacerme paleta ahí. Tomé una ducha rápida, lavé mis dientes y salí con mi bata de baño hacia la habitación, buscando entre mis maletas alguna ropa decente para el día. Tendría que ordenar las cosas en el guardarropa después.

— Ohayo~pu— saludó Hikaru con su voz aguda, a quien me encontré haciendo alguna típica pose de idol en cuanto abrí la puerta al terminar de arreglarme, haciéndome reír por su intento de copia de algún artista.

— Buenos días— contesté a su saludo, cerrando la puerta del cuarto. Besé su mejilla como parte de mi saludo, a lo que Hikaru sonrió entrelazando su brazo con el mío comenzando a andar por el pasillo preguntándome sobre cómo había pasado la noche y que se lamentaba por el ruido en el lugar, cosa que según él era habitual y que pronto me acostumbraría.

— ...y si escuchaste algún grito de niña déjame decirte algo— seguía explicando Hikaru mientras bajábamos los últimos escalones hacia el comedor— aquí son puros hombres.

— ¿En serio?— pregunté aguantando la risa, a lo que Hikaru solamente asintió con la cabeza sonriente.

Cuando llegamos hasta el largo comedor de madera clara, tomé asiento al lado de Hikaru saludando con un 'buenos días' a los presentes en la mesa, Masaomi, ricitos de oro (Louis), el pelirrojo gritón, y Tsubaki con el cabello azabache y gafas. Igual de emo, pero ahora más.

— Buenos días Shishiō-san— saludó sonriendo amablemente Masaomi, salvando una vez más al mundo con su sonrisa.

— Buenos días— respondí de la misma manera— ¿y eso que te teñiste el cabello Tsubaki-san?— pregunté ahora poniendo mi atención en el azabache observando su radical cambio.

— ¿Tsubaki?— preguntó confundido al llamarlo de esa manera, rascándose la nuca nervioso; de seguro le pegaron los piojos en la estética a la que fue. No solo su cabello cambió, hasta su voz.

— No me he hecho nada en el cabello—escuché la cantarina y peculiar voz de Tsubaki hablar detrás de mí— ¿me falta hacerme retoque?— preguntó ahora Tsubaki jugando con un mechón de su blanco cabello, mirándolo con duda.

— Aika brown, ¿qué?, ¿por qué hay dos Tsubaki?— cuestioné ahora yo confundida, paseando mi mirada entre ambos.

— ¿Eh?~— habló Tsubaki posicionándose detrás de su doble, pasando ambos brazos al rededor de sus cuello recargando su cabeza en su hombro, con su rostro cerca del pelinegro— ¿tanto nos parecemos?—preguntó juguetonamente el peliblanco, quien recibió un golpe en el cachete por parte del azabache quedando tirado en el suelo de la habitación. Que bonita hermandad.

— Son gemelos, Naomi-chan— aclaró Louis hablando con paciencia, mientras Tsubaki se quejaba en el suelo.

— Perdón por eso— se disculpó el azabache con una sonrisa en su rostro—Soy Azusa, por favor cuida de mi.— dijo haciendo una leve inclinación.

¿La novia de Hikaru? [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora