Trabajo-relación

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No olvides dormir temprano.

Estoy orgullosa de ti.

Fare un grande sforzo.

Ti amo.

Era lo que escribía en pequeñas notas con una enorme sonrisa en mi cara pegándolas en alguna de las libretas que siempre carga Hikaru y que extrañamente había dejado hoy en la habitación. Se preguntarán qué haces en su habitación si no está él, bueno, la noche anterior había dormido ahí después de regresar de un paseo en bote donde Hikaru se le ocurrió sacar una sorpresa debajo de su manga (literalmente), metió su mano en su abrigo y de ahí saco una sortija dorada con una piedra preciosa rosada. Mi corazón comenzaba a latir velozmente al recordar sus palabras con esa voz tan masculina:

"Se cuanto te gustan los cerezos por eso es rosa, además es para que todos sepan todos que también eres mía".

Sin duda la mejor semana (y última) aquí.

Mientras le ayudaba a empacar sus cosas leía tranquilamente uno que otros de sus indescifrables poemas preguntándome en qué pensaba cuando escribía cosas sobre el olvido, pero a la vez lo comparaba como un mar en tempestad, memorias como olas que venían y se iban pero dejaban una marca en la arena, en este caso nuestra memoria supongo, analizaba cada una de las palabras trazadas sobre la delgada hoja de papel, algunas más legibles que las otras, pues algunas ni siquiera podía distinguir si estaban en japonés o italiano. Hikaru no era escritor de poemas exactamente, era más de novelas policiacas por lo que se me hacía extraño ver su repentino interés en ese género literario.

Estaba tan concentrada en lo que leía que ni siquiera me había dado cuenta de la hora. Me levanté de la cama recogiendo las cosas que estaban sobre ella cuando sin querer tiré una libreta de cuero rojo, que cayó abierta justo por la mitad. La tomé en mis manos leyéndola entre líneas.

Entre otras cosas anotadas por ahí estaba la planificación de nuestro viaje, algunas cosas ya tenían una pequeña marca que indicaba que ya estaban hechas. Una pequeña sonrisa se formaba en mi rostro mientras veía las fotos que acompañaban su registro. Seguí hojeando cuando un extraño título apareció ante mi vista.

- ¿Qué es esto?- me pregunté a mi misma intentando asegurarme que no era lo suficiente ciega para leer mal sin mis lentes de contacto. Con confusión seguí leyendo más hojas, mientras sentía una extraña mezcla de ansiedad, ira y más y más confusión. Sería una larga tarde.

• • •

Las horas pasaban y el pelirrojo no mostraba ninguna señal de vida, como si se lo hubiera tragado la tierra (lo cual en este momento no me molestaría que hubiese pasado). No contestaba el teléfono y no lo había visto por la casa en todo el día.

Mi cabeza iba a mil por hora, me molestaba tanto que incluso sentía como pulsaba del dolor de jaqueca que me cargaba pensé en pincharme la vena hinchada, era tan intensa que ni siquiera el ruido de la puerta abriéndose distraerme del dolor.

- Tenemos que hablar.- solté inmediatamente poniéndome de pie del pequeño sillón de la habitación cuando vi entrar al pelirrojo.

Sin decir nada, entró acercándose hacia mí para después tomar mi rostro entre sus manos por las mejillas llenando de besos ruidosos mi cara.

- ¿Sobre qué quieres hablar?- comentó tranquilo dándome la espalda mientras se quitaba su abrigo y lo colgaba en su armario al igual que su bufanda.

- Esto.- dije lanzando el cuaderno de cubierta de piel rojiza a la cama. Hikaru volteó a verme con sus verdes ojos llenos de sorpresa.

- Naomi, no es lo que tú piensas-- comenzó a excusarse acercándose hacia mí.

- ¿Que no es lo que pienso?- pregunté molesta, retóricamente.- Hikaru, me usaste.- afirmé comenzando a subir el volumen de mi voz.

- Naomi, cálmate no es así. Yo solo-

- ¡Por eso invitaste a Natsume a la parrillada!, ¡y por eso todas esas preguntas!- dije una vez había atado cabos finalmente. ¿Por qué querría exponer a alguien donde sabía que había ocurrido ya un conflicto?, seguramente solo para ver cómo ocurría otro. Hikaru permanecía en silencio, sin moverse ni un poco, totalmente tenso. - ¿Qué has hecho para evitarlo?, he sido acosada por media de tu familia, y solo anotas mis reacciones en esa maldita libreta mientras sonríes estúpidamente.

Tomé asiento nuevamente en el sofá mientras intentaba cubrir mi rostro ante la nubosa vista por las lágrimas que querían salir.

- Yo... Te conté todo- murmuraba más para mí misma que para el pelirrojo.

Era doloroso, ver cómo el tiempo de nuestra relación solo había sido parte de su misión de recolectar material, y no de la bella historia de amor que pensaba duraría hasta el final de mi vida. Era triste, ver cómo mis ilusiones y sentimientos eran destruidos, había sufrido una enorme culpa por sentir que de alguna manera lo estaba lastimando, fui acosada, todo era horrible, quería que se tratara de un sueño (pesadilla), pero era la realidad. Y no podía escapar de ella.

- Naomi, es mi trabajo.- se dignó a hablar finalmente. Después de unos minutos en los que el único sonido que se escuchaba en la habitación eran nuestras respiraciones.

- ¿Y nuestra relación también es parte de tu trabajo?- pregunté levantando mi mirada para verle. - Solo quiero saber, ¿todo fue para conseguir material?, o ¿alguna vez fue real para ti?- Hikaru se acercó y en un movimiento rápido puso sus brazos al rededor del sofá arrinconándome al impedir irme a algún otro lado.

- No es así, es que no entenderías yo solo-- intentaba decir él con la mirada baja. Con mi mano suavemente tomé su barbilla alzando su rostro para verlo una última vez.

- ¿Todos dicen que me quieres que me amas pero en verdad lo haces?- susurré. Él apoyó su frente en la mía.

- Lo hago.- dijo con seguridad pero al igual que yo en susurro. Solté su barbilla y lo empujé suavemente hacia un lado al ver que no ponía resistencia poniéndome nuevamente de pie para después dirigirme hacia la puerta.

- Vamos a subir a ese avión pasado mañana, y en cuanto lleguemos a Italia solo...- tomé el picaporte en mi mano, y antes de abrirlo giré para terminar de hablar.- olvídate de mí.

Sé que suena demasiado extremista terminar así como así, pero el estar en una relación así se estaba volviendo exhausto y sentía cómo poco a poco me estaba perdiendo a mí misma, y el leer todo lo que había en esa libreta solo había profundizado más en mi ser en una forma negativa, me sentía como un objeto experimental. Por que sí, el viaje había sido para ver cómo reaccionaba con otros, la parrillada, la cita en el parque, todo había sido planeado y registrado.

Y yo solo había sido un simple objeto.

Salí de la habitación cerrando rápidamente la puerta tras de mi rompiendo inmediatamente en llanto en medio del pasillo. Solo quería irme a casa, dormir y si era posible no tener que despertar y volver a esta triste realidad. Y ahora no tenía con quién contar.

N/a:
Y que al final no rompieron por culpa de los roba novia amonosssss. Hasta a mí me dolió escribir esto, pero aprovecho antes de entrar a la escuela para actualizar lo más pronto posible, esperen la siguiente actualización para ver si todo saldrá bien para el team Hikaomi jajajja.

Tal vez cuando termine este libro vaya a ser para edición así que si ven actualizaciones será por eso jeje. Disfruten, voten, comenten y nos leemos luego baiñ.

- PD: ALGUIEN ME HABÍA PEDIDO UNA DEDICACIÓN HACE UU Y ME ACUERDO QUE LE RESPONDÍ Y NO ENCUENTRO SU COMENTARIO NI USUARIO SI FUISTE TÚ (el que está leyendo xd) DIME XFAVOR AAAA ME SIENTO MAL T AMO. Para editar luego y ahora si dedicarlo jeje ahora si bai.

¿La novia de Hikaru? [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora