Flores

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Iori pov.

Caminaba tranquilamente hacia el jardín como cada mañana a arreglar las flores, por que aquí a todos les valía madre el pobre jardincito (y no era como que tuviéramos tanto para un jardinero). Cuando frente a mí vi una delgada silueta sentada sobre la orilla de una de las jardineras reconociendo casi de inmediato la larga cabellera negra de Naomi.

Con tranquilidad comencé a caminar hacia ella, observando su serio rostro de perfil mientras en sus manos sostenía una pequeña flor jugando con los amarillos pétalos de la misma.

No sabría decir quién era la más hermosa en el jardín, si aquella pequeña flor amarilla entre sus manos o ella.

Entonces, giró a verme en un rápido movimiento dándose cuenta de que la estaba observando, actuó como si se hubiera asustado.

- Maldita sea me asustaste.- fue su manera de saludar, con cierto enfado en su voz, contrario de cómo usualmente hablaba, con alegría o al menos una pequeña sonrisa en su rostro; aún así, saludé con un leve asentimiento de cabeza, para después tomar asiento a un lado suyo en la jardinera. Ambos en silencio, un silencio que no duró mucho al llenarse de suaves sollozos.

¿Qué se supone debes hacer cuando la persona que te gusta llora frente a ti?

No me iba a aprovechar de ella definitivamente. Debía darle mi apoyo.

Con delicadeza coloqué mi mano sobre su espalda, haciéndole saber que estaba ahí, que la apoyaba, quería que dejara de llorar, pero no era yo por quien lloraba (o al menos eso quería pensar), ni por quien dejaría de hacerlo.

Varios minutos después su llanto cesó, y aún así seguí a su lado, hasta que se calmó.

- ¿Estás bien?- me atreví a preguntarle. Me miró con sus orbes lilas hinchados y con un poco de rímel corrido bajo ellos, y a pesar de su desordenada apariencia me seguía pareciendo la mujer más hermosa que había visto en mi vida.

- Algo.- fue lo único que contestó, busqué algo en el bolsillo de mi pantalón para después extenderle un pañuelo hacia ella.

- ¿Quieres hablar de eso?- le pregunté mientras que se secaba alguna lagrima traviesa de sus mejillas con el pañuelo; Naomi asintió levemente con su cabeza dando inicio al relato de lo que la había llevado a ese estado de enojo y frustración. Me comentó algunas insinuaciones, incluso chantaje, y lo mal que se sentía por guardárselo por dentro solo para ella misma. Cada palabra, cada oración, cada expresión que hacía prestaba atención.

- Dime, ¿qué está mal conmigo?- me preguntó ahora ella, la verdad no entendía su pregunta, desde mi punto de vista no había nada malo con ella.

No era su culpa ser tan perfecta en todos los sentidos. No era su culpa, nada era su culpa.

Negué con la cabeza, me arrodillé a su altura y tomando sus delgadas manos entre las mías hablé.

- Naomi, no eres tú- dije.- créemelo no hay nada malo contigo, son los demás quienes merecen cargar la culpa por sus actos, no tú.- terminé de decir atreviéndome a mirarla a los ojos. Su rostro era totalmente diferente, una pequeña sonrisa se formaba en sus labios y sus ojos lilas brillaban.

Sentí como mi pulso aceleraba a la vez que mi piel se erizaba, soltando sus manos y volviendo a pararme frente a ella como reflejo ante los nervios recuperando mi postura.

¿La novia de Hikaru? [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora