Sobres y compras

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- Nao-chan- escuchaba cómo alguien llamaba mi nombre a la vez que sacudían levemente mi hombro.

- No creo que sea buena idea despertarla así.- habló una segunda voz, más tranquila.- Recuerda lo que dijo Hikaru.

- Bah, sabes como es Hikaru-nii, exagera para asustarnos, Naomi-chan~-la intensidad en mi hombro aumentaba cada vez que llamaban mi nombre, a tal punto que pensé que me iban a arrancar el brazo. Me giré dándole la espalda a quien quiera que estuviera fregando.

- ¡Oh ya sé qué hacer para despertarla!- volvió a gritar Tsubaki con su característica voz, curiosa abrí uno de mis ojos para ver cuál era la idea del peliblanco, cuando lo vi acercándose con sus labios estirados.

- Ni lo pienses.- me levanté poniendo una mano frente a su rostro evitando que se acercara más de lo debido.- ¿qué hacen aquí?- les pregunté a los gemelos mientras me quitaba las lagañas para poder verlos.

- Esto estaba enfrente de la puerta.- comentó Azusa extendiéndome un sencillo sobre blanco.

- Gracias, pero esto no responde mi pregunta.- contesté tomando el sobre para después dejarlo en el mueble de a lado de la cama mientras volvía a observar a Azusa.

- Bueno, Hikaru tuvo que salir, y...- comenzó a hablar Tsubaki volteando a ver a Azusa como para que terminara de formular lo que él estaba diciendo.

- Nos encargó que cuidáramos de ti por hoy.- terminó de decir Azusa. Asentí aún medio dormida.

- Así que, ¡levanta ese lindo trasero y vayamos de compras!~- exclamó alegre Tsubaki levantándose de mi cama mientras jalaba de mi brazo.

Lindo trasero...

¡¿Me ha visto mi trasero?! Esperen...ah no, no tengo.

- Ugh, cinco minutos más.- dije soltándome del agarrare del gemelo volviendo a taparme con mi cobijita.

- Está bien, vamos a estar afuera, te dejamos arreglarte.- aceptó Azusa con una leve sonrisa en su rostro saliendo con Tsubaki de la habitación empujándolo. Yo levanté el pulgar en señal de afirmación, cuando ambos salieron cerrando la puerta detrás de si, volví a caer sobre el colchón dando un fuerte suspiro, cerrando mis párpados regresando al mundo de los sueños aunque fuera por solo unos cuantos minutos más.

Ugh, como friegan...

• • •

Esta mañana aprendí algo importante, si quiero seguir viviendo no debo subir a autos donde Tsubaki vaya al volante. Durante todo el camino hacia el centro comercial Tsubaki venía dando frenones, aceleraba cada vez que el semáforo se ponía en amarillo, tomaba cortos vídeos de él cantando mientras conducía, etcétera, no sé cómo fue que obtuvo su licencia. Finalmente cuando el peliblanco estacionó el auto, con rapidez me quite el cinturón bajando del mismo sintiendo una gran calma al tocar el suelo.

Oh suelo, ya te extrañaba, ¿te he dicho cuánto te quiero?

- Yay~ ¡llegamos!- celebró Tsubaki bajando del auto también estirándose como si nada.

- ¿Estás bien?- me preguntó Azusa acercándose, probablemente para asegurarse de que no fuera a vomitar, tal vez por lo pálida que se había tornado mi cara, así que solo asentí como respuesta. Sentía la adrenalina al mil, así como cuando venían revisando la tarea por fila y la hacías en ese tiempo.

¿La novia de Hikaru? [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora