¿La novia de Hikaru? [EDITANDO]

Nuestra historia

Nuestra protagonista comenzaba su día como siempre, levantarse, bañarse, cambiarse y desayunar para posteriormente ir a el estudio de fotografía donde se la había pasado desde hacia días durante las mañanas para después atender alguna clase en la facultad. Aun cuando todo estaba volviendo a la normalidad en su rutina, sin duda la ausencia de cierto pelirrojo era bastante notoria. Ya no había nadie a su lado izquierdo de la cama al despertar en la mañana, no más abrazos en el desayuno, no más citas al cenar en la terraza de su restaurante favorito y en la noche era cuando lo extrañaba más. Solo habían pasado cinco días desde que había vuelto de la tierra del sol naciente, y sin embargo, se sentían como toda una eternidad para Naomi.

Como se había comenzado a hacer usual, Naomi vestía el abrigo beige del pelirrojo (que había dejado en sus piernas la ultima vez que estuvieron juntos) y con cuidado se arremangaba las mangas del mismo para evitar ensuciarlo al revelar un par de fotos.

Mientras tanto en la extensión de la editorial donde nuestro malvado escritor trabajaba, esperaba a recibir noticias sobre la entrega final de su nueva obra.

Era un día soleado en la pequeña ciudad italiana, tranquilo. Naomi esperaba a que el líquido comenzara a hacer efectos en el rollo fotográfico que tenía en manos, dio un profundo respiro empezando a realizar su trabajo, observaba su alrededor cuando de repente un abrupto golpe en la ventana del lugar sonó haciendo que diera un brinquito ante el susto. Vaya sorpresa que se llevaría al ver quien era.

- ¡¿Hikaru?!- exclamó atónita para después frotar sus parpados para asegurarse de que aún no se había vuelto loca ante la ausencia de su amado como para alucinarlo.

La azabache salió del estudio para encontrarse con Hikaru de apariencia levemente desaliñada, sofocado, con leve sudor en su frente y algo despeinado intentaba recuperar su respiración normal, pues no era cosa fácil recorrer media ciudad a pie a una considerable velocidad. Naomi le observaba con una extraña mezcla de sentimientos formándose en su interior, su corazón comenzaba a bailar y sus piernas le temblaban. Intentaba tranquilizarse a si misma eliminando cualquier ilusión de reconciliación de su mente.

-¿Qué haces aquí?- habló primero ella una vez calmada con un tono monótono en su voz. Hikaru levantó la vista encontrándose con esos ojos lilas que cada vez que pensaba en ellos lo hipnotizaban completamente. Dio un profundo respiro y sacando algo de su bolsillo, habló.

- No podía hacer esto sin ti.- comento extendiéndole un sobre hacia ella. Naomi lo tomó insegura abriéndolo para ver qué era lo que había en el interior, sacando de él una carta para posteriormente darle lectura a lo escrito en ella.

- Wow, van a adaptar tu novela al cine, felicitaciones.- dijo la azabache fingiendo una sonrisa al pensar si es que él solo había venido para restregarle en su cara que su plan había funcionado a la perfección.

- No Naomi, no lo entiendes- dijo negando con la cabeza el pelirrojo sonriente.- no voy a aceptar la oferta.

- ¿Qué?, Hikaru, ¿por qué?, si es lo que querías.- dijo reaccionando alterada Naomi, frunciendo el ceño en señal de confusión ante la acción de Hikaru.- es una buena oportunidad.

- No Naomi, no si tú no estás ahí- tomó su mano con delicadeza en la suya, haciéndole sentir un escalofrío recorrer por su ser.-sé que me equivoqué, por eso vengo a disculparme, ¿puedo?- preguntó pidiendo permiso a la joven para continuar.

- Habla.- ella acepto insegura. Paseando su mirada entre sus manos tomadas y el pelirrojo. Hikaru dio un profundo suspiro para después soltar todo el aire que mantenía y hablar.

- Sí lo admito, al principio te usé y lo lamento como no tienes idea, sin darme cuenta pero repente comencé a disfrutar de ti y de nuestro tiempo juntos. Tanto que, no supe separar mis sentimientos de lo profesional- admitió con cierto sonrojo en sus mejillas.- Sé que soy una perra maligna y no te merezco por eso, pero Naomi, en verdad te amo. Puedo rechazar cualquier cosa si es que no te hace feliz, puedes golpearme no importa, puedes odiarme pero yo... te seguiré amando.