La tarde pasaba muy tranquila, las clases del día recién terminaban y todos se destinaban a hacer sus propias cosas y prepararse para mañana, que sería más o menos lo mismo. Aunque debo agregar que las cosas mejoraron apenas un poco, pues no podía caminar ni diez metros porque una que otra persona me tomaba de los hombros y me daba halagos sobre lo que supuestamente había hecho el día que fui vilmente aplastado por el equipo. Sin embargo, era algo con lo que podía lidiar, dedicar una sonrisa nerviosa haciendo que la otra persona se alejara dejándome de nuevo solo, nada más para que el mismo suceso se repitiera.
El día de mañana tendría un examen de química, lo cual significa que debo estudiar lo suficiente si es que quiero salir con una nota aceptable, pues, no soy muy hábil para eso de las ciencias, aunque creo que son bastante interesantes y que gracias a ellas la tecnología ha avanzado de esa manera, en fin, muchas cosas.
Primero fui a comer un poco, nada fuera de lo normal, un sándwich junto a una ensalada y jugo de naranja, lo básico, supongo.
Tranquilamente caminé hasta la biblioteca que a pesar de los tiempos, seguía casi vacía, solamente habían algunas cuantas personas que son mayoritariamente quienes estudian demasiado para salir excelentes en sus pruebas, tareas, lo que fuera. Claro que eso no quitaba el hecho de que haya algunas personas que quisieran estar ahí por simple gusto, porque disfrutan de la lectura en un ambiente apropiado para ello.
Me pasé por los estantes de manera, tan inmensos, que en cada hilera estaban repletos de libros de todo los tamaños, grupos. Tanto conocimiento en un lugar, las ideas que plasman los diferentes autores en las páginas que con el tiempo se hacen de un tono amarillento. Sin duda alguna la lectura es algo sumamente maravilloso, simplemente hay que buscar el tipo de lectura que a uno más le agrada o que le llame la atención. O bueno, al menos es como así veo la biblioteca. Al cabo de unos minutos llegué hasta la sección de ciencias, leí detenidamente los títulos hasta que llegué a mi objetivo. Tomé unos cuantos libros que trataban diferentes temas dentro de la misma asignatura. Seguido de eso caminé hasta una de las mesas, para mi suerte nadie se encontraba en esa zona por una muy buena razón, y es que en la mesa que justamente yo había seleccionado no había mucha iluminación, por lo cual no la hacía muy atractiva. Pero eso no quiere decir que en verdad no hay en lo absoluto una pizca de luz.
Me senté en una de las sillas mientras abría los diferentes. Con ayuda de mis apuntes, leía detenidamente los índices para buscar los diferentes temas que según yo debería venir de acuerdo a lo impartido. No era un enemigo del estudio, era algo que me tenía interesado, pero tampoco era como si me encantara del todo estar leyendo aquellos libros todo el maldito día.
Estaba tan concentrado en mi lectura que no me di cuenta cuando una persona estaba sentado en la silla de enfrente, con la mesa siendo el único mueble que mantenía la distancia. Intenté clavarme en el libro que en ese momento estaba repasando, seguramente la otra persona se aburriría y entonces, solamente se marcharía, pues como anteriormente he repetido bastante, no me agrada hablar con las personas o tratar de socializar. Es como un trauma o algo así, no tengo la más mínima idea.
—Te ves bastante tierno cuando estás nervioso —mencionó la otra voz.
Mis mejillas se tornaron completamente rojas y estaba que enterraba toda mi cara en aquel libro, el cual claramente tenía enfrente de esta, así para no ver a quienquiera que esté adelante haciendo esa clase de comentarios.
—Sabes —siguió hablando—, no te había visto por la institución. Y la vez que hiciste tu gran acto en aquel partido... la verdad es que...
—Oh, estoy harto de que todos me estén recordando eso —me quejé bajando el libro al instante —. Ni siquiera sé lo que hice.
—¿De verdad no sabes...? —preguntó. Negué con la cabeza. En todo ese rato me había mantenido con la vista clavada en otro lugar, no quería ver ni saber de quién se trataba —. Pues bien.. el día del partido, 'alguien' se había metido a la cancha, y cuando el balón cayó en tus manos todos se aventaron a ti ocasionando que el balón saliera volando debido a la presión, el balón cayó en mis manos y obtuvimos la victoria.
Sentí que me iba a desmayar de toda la puta vergüenza que sentía en ese momento, no era suficiente que los chicos de toda la puta institución me aclamara por ahí, sino que hice el completo ridículo frente a toda esa misma comunidad de estudiantes y la enemiga. Creo que literalmente se aplica la ley de "A veces cuando planeas algo, te sale una totalmente diferente", y bueno, eso fue completa y absolutamente el colmo para un chico como yo.
—Sabes, no me agrada hablar de eso —dije después de un rato.
—Pero tú has sido quien preguntó —rió.
—Claro que no, yo afirmé que no sabía lo que había hecho —expliqué— Y tú tomaste la decisión de contarme.
—El tiempo que pasas aquí realmente da frutos —se burló— Eres todo un nerd.
—Y tú un sujeto sin gracia —me defendí.
—Pues este sujeto sin gracia cree que eres lindo, pequeño nerd.
Cerré el libro que había dejado en la mesa, me paré de la silla y pasando de largo al castaño salí de la biblioteca a toda prisa para llegar hasta mi habitación, realmente eso había sido extraño, pues ninguna persona cuerda llega de la nada con alguien que no conoce y como si de una amistad de años se tratase le dice que es lindo. Pues francamente ese tipo me parecía bastante egocéntrico y además un reverendo idiota, nadie soportaría estar cerca de él ni un minuto debido a lo odioso que puede llegar a ser, y saben, solamente bastó un par de minutos para que me diera cuenta de ello.
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Balón de Fútbol [Kelliver]
Short StoryÉl aún recordaba cuando lo había visto por primera vez. La rara y corta historia de cómo su amor llegó a sus vidas es una de sus favoritas.