Después de ese penoso incidente con la anciana Kaede decidimos que lo mejor era salir de ahí ara tener un poco de privacidad así que recorrimos gran parte de la aldea en busca de un lugar más solitario y tranquilo, caminamos en completo silencio pues la vergüenza seguía muy presente en nosotros, tanto así que no podíamos ni mirarnos. Después de caminar por mucho tiempo y no encontrar el lugar que buscábamos nos dimos por vencidos.
- no puede ser que en toda la aldea no exista un lugar donde estar solos - Koga se llevó una de sus manos al mentón en señal de estar pensando.
- creo que si puede haber un lugar - lo mire emocionado.
- ¿En serio? ¡Dónde! -
- recuerdas el lugar a donde lleve a Kagome cuando nos conocimos -
- si - claro que lo recuerdo.
- pues esa cueva está desocupada y alejada de aldeas y todo tipo de molestia -
- ¿Me vas a llevar al mismo lugar donde le dijiste a Kagome que sería tu mujer? - su rostro demostraba nerviosismo.
- si... Bueno, yo... es lo que se me ocurrió - le di la espalda.
- no quiero -
- ¿Estás celoso? -
- por supuesto que no - con sus brazos rodea mi cintura y me da suaves besos en el cuello.
- vamos, sabes que tu eres la única persona a la que quiero, eres mi primera vez y la última - es buen manipulador.
- bien, pero recuerda lo que hablamos, nada de tocarme hasta que yo lo diga -
- de acuerdo, vámonos - apoyó una rodilla en el suelo y colocó sus brazos detrás de la espalda para llevarme.
Una vez listos comenzó a caminar, yo recargaba mi cabeza en su hombro y cerré mis ojo, se sentía tan bien estar en su espalda. Digamos que es algo que me hace sentir cómodo y seguro, además de que puedo abrazarlo todo el tiempo aunque a veces creo que estoy abusando de su amabilidad.
- dime... ¿Te molesta cargarme? -
- no, me gusta llevarte en mi espalda - respondió extrañamente alegre.
- ¿En serio? Es que soy algo pesado y además... Creo que tú haces mucho por mi pero yo no puedo pagarte -
- ¿Tú crees que yo hago este tipo de cosas porqué quiero algo a cambio? - ahora me siento como un estúpido.
- no, es solo que creo que estoy siendo egoísta -
- me gusta que seas egoísta - abrí mis ojos sorprendido.
- ¿De verdad? -
- si, tu siempre lo das todo para ayudar a un amigo que lo necesita pero nunca quieres ayuda, me gusta que seas egoísta porqué tú no esperas nada de nadie, tu no haces buenas acciones para recibir algo a cambio y eso es algo que adoro de ti, así que si hay algo que pueda hacer por ti sin duda lo haría aunque no me lo pidas - una sonrisa se forma en mi rostro.
- dime otra cosa que te encante de mi -
- bien... Me gusta que eres decidido, adoro cuando te sonrojas por cualquier palabra que te digo - sentía mis mejillas calentarse - como en este momento jajajaja - como pude le di un golpecito en su mejilla - me gusta que no te dejas intimidar por nadie y que siempre tienes la solución a cualquier problema -
- ¿Todo eso te gusta de mí? -
- y eso es solo en tu actitud, si te dijera todo lo que me gusta físicamente de ti, te aseguro que no terminaría hoy - sus manos me tocaban con lujuria.
ESTÁS LEYENDO
La historia de nuestro amor.
De TodoNozomi es una chica de 16 años que ha vivido con su abuela kaede desde que era una bebé, lo único que sabe es que sus padres no están con ella. comenzará a cuestionar el porque no están a su lado descubriendo la dura pero también hermosa historia de...