Esta mañana me desperté temprano, lo que es raro en mí, intenté volver a la cama pero no conseguí volver a dormir así que me di un baño con total tranquilidad. Cuando termine me puse un kosode más ajustado a mi cuerpo de color azul claro y pantalones negros además de unos zapatos negros cómodos, peine mi cabello en una trenza dejando un flequillo y la pequeña trenza de el cabello de mis padres. Me dirigí a la sala donde me tomo mi tiempo para desayunar el arroz que compramos ayer y pedazos de pan, la abuela se acerca ya vestida y lista para empezar su día, me mira por un momento confundida.
- Creí que irías a entrenar con Sesshomaru esta mañana -
¡Maldición!
Me levanto con rapidez y tomo las vendas que me guardo en la tela del kosode, no puedo creer que lo olvidara, estoy segura que me matará.
- ¡Adiós abuelita! - grite mientras salía de casa.
Me dirijo al bosque lo más rápido que mis piernas me lo permiten, cuando llegue a lo profundo del bosque y no ví nada me preocupe, creí que ya se había ido y que seguramente no volvería a tener una oportunidad así. Hasta que sentí un golpe en mi cabeza, me di vuelta y el estaba ahí, mirándome con esos ojos de asesino en serie.
- te dije al amanecer, no a mediodía -
- lo siento, se me hizo tarde - otro golpe en mi cabeza.
- ¡No quiero excusas! - gritó furioso.
- te juro que no vuelve a pasar -
- eso espero, de lo contrario no te enseñaré nada más en tu vida - Su cara me dice que no miente.
- lo siento tío, no sucederá otra vez - dije mientras hacía una reverencia.
Con mi mirada en el suelo veo como lanza a mis pies un bokken* el cual tomo entre mis manos, es pesado pero no tanto como para no poder cargar con el. Llega un sonido tan fuerte que corta el aire y veo algo que pasa muy rápido por lo que, por instinto, levanto el bokken para protegerme cerrando los ojos preparándome para el golpe que no llega.
Abro los ojos y miro con sorpresa como mis reflejos me han salvado del golpe que estaba por darme este loco.- ¡Oye, cual es tu problema! - grite asustada y molesta.
- este es tu entrenamiento, acaso creías que por ser familia te trataría con delicadeza, así jamás aprenderás - respondió fríamente.
- ¡Quieres decir que no te importa matarme! -
- no te mataré, estás espadas son para entrenamiento así que no tienen filo, aunque si pueden romperte un hueso -
- ¡¿Qué?! - este tipo me va a matar.
Con un movimiento rápido me ataca y logró defender mi rostro de otro golpe severo, pero como no soy rápida no logro esquivar el siguiente ataque que golpea en mi mano derecha haciendo que suelte el bokken y caiga al suelo.
Mis dedos me arden por el golpe pero sé que no debo distraerme, con rapidez tomo el bokken y doy un salto hacia atrás que me mantiene unos pasos alejada de el, aunque se me olvidaba el hecho de que es un demonio y por ende es más rápido que yo. Por ende, se mueve con agilidad para ponerse detrás de mí y esta vez dispuesto a golpearme en la cabeza, ¡Esta vez no!, Con toda mi fuerza le di un golpe certero en las costillas que le hizo bajar los brazos.Ahora es el momento de vengarme.
Sin vacilar le di un golpe en las manos para que soltará el bokken y así lo hizo, una vez desarmado quise vengar el chichón de mi cabeza, Levante mis brazos lo más alto que pude y me preparé disfrutando cada instante en que mis brazos bajaban hasta que... Con sus manos detiene el bokken y lo arrebata de mis manos para lanzarlo lejos. Miro con horror como se levanta del suelo y mueve su cuello haciendo tronar sus huesos para sonreír de una manera en la que el solo sabe hacerlo.
- debo admitir que me sorprende que tengas tanta fuerza, si sigues así podrás dominar una verdadera espada en poco tiempo - qué susto, creo que me asesinaría - me alegra, así ya no tendré que contenerme -
Si alguien me escucha, díganle a mi abuela que siempre la quise.
Se acerca con pasos lentos y sonrisa macabra en el rostro. Corro con todas mis fuerzas para alejarme de este demonio que sin el más mínimo esfuerzo se pone frente a mí y me hace tropezar de cara contra la tierra, levanto mi rostro y veo que está a punto de golpearme así que me levanté lo mejor que pude y detuve con mis manos su ataque (que por cierto hizo que mis manos duelan), mis esfuerzos están rindiendo frutos porque en verdad parece que le cuesta trabajo detenerme así que doy pasos pequeños para hacerlo retroceder.
- parece que no eres tan fuerte como creías - ese fue mi mayor error.
Su rostro expresaba molestia y me lo hizo saber cuándo utilizo su fuerza para mandarme a volar unos metros, con suerte caí cerca de donde estaba el bokken y lo tome entre mis manos para defenderme débilmente de su irá. No se contuvo para golpear mis manos y piernas para hacerme caer, cuando creí que me daría un golpe de gracia se detuvo y me extendió su mano que tome con mucha desconfianza.
- es todo por hoy - dijo serenamente.
- ¿Qué? -
- ya puedes irte, mañana nos veremos aquí de nuevo -
- ¿Mañana? -
- ¡Qué acaso eres tonta! ¡El entrenamiento es todos los días estúpida! - con mis manos cubro mis oídos para aminorar sus gritos.
- si, ya entendí - se da media vuelta y desaparece entre los árboles.
Voy de vuelta a casa con las pocas fuerzas que tengo y apenas entre me recibieron todos con miradas llenas de preocupación.
- ¿Nozomi, estás bien? - pregunta mi abuela preocupada.
- si, no me duele tanto - la verdad si pero no quiero asustarla.
- ese maldito de Sesshomaru, cuando lo vea le daré una paliza - dijo Sango furiosa.
- no se preocupen, solo es parte del entrenamiento -
- además, recuerden que no es tan malo como para matar a su sobrina -
- ¡Miroku, acaso ya se te olvidó cuántas veces trato de matar a su hermano! -
- así es, pero también lo ha protegido a su manera -
- no es tan malo, además creo que le caigo bien porque me dijo que era bastante fuerte - dije emocionada por el halago.
- no podría ser de otra manera, recuerda que eres hija de dos hombres muy poderosos - dijo Sango olvidando porque estaba molesta.
Me deje caer en el suelo con pesadez mientras mi abuela revisaba las heridas de mis manos y brazos.
- Hay algo que no entiendo, si mis padres eran demonios ¿Porque yo soy humana? -
- bueno, eso se debe a la sangre humana de tu madre, suponemos que fue más fuerte su sangre y por eso eres humana - contesto mi abuela con calma.
- pero tú no eres una simple humana, tienes también un poco de sangre demoníaca en tus venas, por eso eres más fuerte - dijo Sango.
- me gustaría tener el poder de un demonio - las manos de mi abuela sueltan las mías para acariciar mis mejillas.
- no necesitas ese poder, cada uno tiene diferentes habilidades, tu madre era híbrido y era más fuerte que cualquiera -
- entrenaré más duro y les prometo que se sentirán orgullosos de mi - todos ríen suavemente.
- ya lo estamos - dicen todos.
Una cálida sonrisa se deja ver en mi rostro, me encanta este ambiente familiar. Minutos después llegaron mis primos y entre charlas y regaños por mis descuidos tuvimos una grata comida acompañada de la mejor familia de todas. La noche se hizo presente y todos fuimos a descansar, me voy a la cama y aún con el dolor presente en mi cuerpo me dispongo a leer el diario.
Les prometo que entrenaré mucho para ser tan fuerte como ustedes.
Haré que se sientan orgullosos de mí.🌻🌻🌻🌻🌻🌻🌻🌻🌻🌻🌻🌻🌻🌻🌻
*Bokken es una espada de madera que imita el estilo de una katana, además de causar fracturas por su resistencia también resulta muy útil para practicar artes marciales porque te acostumbras al peso de un sable de metal.
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La historia de nuestro amor.
AcakNozomi es una chica de 16 años que ha vivido con su abuela kaede desde que era una bebé, lo único que sabe es que sus padres no están con ella. comenzará a cuestionar el porque no están a su lado descubriendo la dura pero también hermosa historia de...