— parece que la lluvia no se detendrá jamas — murmura Sohee apoyada en la ventana fumando mientras Johnny termina de beber un café esperando que Taeyong despierte
— queda un largo recorrido del invierno aún
la enfermera niega, soltando el humo— lo odio, no por el frío sino por el lugar donde estamos, la marea llega a dar miedo y lo peor son los hombres que les gusta salir a pescar con este tipo de clima, no quiero este año nuevos desaparecidos.
— nadie quiere pero a los amantes del mar no hay quien los detenga ¿cierto?
Sohee sonríe triste— cierto, como mi padre.
Johnny miro hacia la ventana, la lluvia cada vez más intensa, recordando la primera vez que la enfermera le hablo de su padre, esa vez que Johnny lloro como un niño pequeño ante la perdida de su abuelo, ella le contó como vio ir partir al hombre que le dio la vida, que no pudo hacer nada, que no escucho sus palabras, que al hombre no lo importaba si el mar lo tragaba, la muerte es algo que viene a todos y algunos incluso ya están preparados para eso al punto de ir a encontrarla por si mismos.
Vuelve a la habitación encontrando la misma imagen de los últimos tres días, Taeyong con el cabello rosado desordenado, bostezando perezoso y estirando sus delgados brazos, mirándolo y sonriendo.
— desayunaremos en casa hoy— dijo Johnny acercándose, acariciándolo el cabello, bajando su mano hasta la mejilla sonrojada de Taeyong, trazando espirales invisibles—vamos, te ayudare a vestirte.
Taeyong no sabe anudar los cordones de las zapatillas así que Johnny lo hace esta vez por él, subiendo también el cierre la campera que es suya y le queda unos talles más grandes, Taeyong parece feliz de poder usarla— tira la cabeza hacia atrás, puede que con el cierre te apriete la piel— el chico de cabellos rosados asiente
— ¿estarás bien sin abrigo?—
Johnny asiente— estoy acostumbrado al frío.
Aunque dijo eso en cuanto salieron del centro comenzó a tiritar, intentando disimular lo más que podía, Sohee estaba acompañándolos hasta la camioneta sosteniendo un paraguas azul oscuro, caminaron rápido hasta llegar al auto, Johnny le abrió la puerta para Taeyong que subió con cuidado dejando a Kotto en su regazo y sonriendo feliz, cerro, mirando a Sohee que sonreía
—cualquier cosa me llamas.
—te preocupas mucho
— ¿y cómo no? si eres como un hijo para mi, estaré al tanto de lo que tengan para decir en la comisaria y te mantendré comunicado, maneja con cuidado, ya sabes que los pozos pueden causarte dificultad, ve por el camino más largo, es el más seguro.
— sí, sí, te llamo cuando llegamos— rodó los ojos Johnny corriendo hasta el otro lado de la camioneta y subiéndose— adiós— susurro ya dentro balanceando la mano, Sohee sonrió e hizo el mismo gesto, Taeyong también los imito y la enfermera rió divertida.
Johnny sube la radio del estéreo y puede notar como el chico de cabellos rosados abre la boca mirando fascinado el aparato, ríe y sube el volumen
Lance mi al mar cuando todo acabo y lo único que nos envió fue mi colección de recortes mirándonos, quiero tocar tu puerta aunque nadie lo entienda, volver a estar tan cerca de ti, déjame pasar la noche, deja que me quede aquí, que hoy es nuestro aniversario y no tengo a donde ir.
La música inunda la vieja chevrolet sin calefacción, la lluvia sigue cayendo, las olas del mar siguen impactando contra la costanera pero de pronto dentro del vehículo se siente como el lugar más cálido del mundo, los ronronidos de Kotto y la sonrisa de Taeyong que podría traer el verano si él quisiera.
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Lancé mi vida al mar. *JohnYong*
Hayran KurguJohnny no es raro pero sale a pasear con su mascota que es un gato y entonces encuentra a un tipo en la orilla del mar desnudo. Advertencia; sobrenatural.