día 20

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querido frankie,
hoy me he despertado temprano por el trabajo. te hice unos panqueques, están en el microondas. hoy vendrán mikey y ray a cuidarte, yo volveré a eso de las nueve.
ayer... creo que fue la primera vez que realmente hice el amor... así que gracias, frank.

xo, g.

frank leyó esa carta con una sonrisa totalmente embobada.
hoy había despertado completamente feliz, la verdad es que después de ayer, ¿quién no lo haría?
había caminado hasta la cocina con una sonrisa. le dolía un poco el trasero, pero ni la mitad de lo mucho que le dolió la otra vez.

una vez que estuvo bañado, vestido y desayunado, llegaron mikey y ray.

el menor les abrió la puerta con una sonrisa.

–hola chicos.

pasaron y se fueron todos a sentar a la sala de estar.

–mikey, ¿cómo van las cosas con pete?– preguntó frank.

el mayor se puso nervioso.

–la verdad es que... es increíble. sinceramente, genuinamente no sabía que los hombres me gustaban, pero wow, este hombre no me gusta, este hombre me encanta.

frank notó a ray incómodo.

–que bueno.

luego de eso, se pusieron a jugar play.

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gerard llegó a las nueve a casa. los tres chicos estaban mirando una película.

–buenas noches, ray, mikey, buenas noches, frankie– dijo gerard mirando tiernamente a frank.

el menor se sonrojó, aunque casi nono notaron gracias a la oscuridad de la sala.

–¿q-qué está pasando entre ustedes?– preguntó mikey evitando una sonrisa obvia.

–nada– dijeron ambos al mismo tiempo.

gerard se sacó la camiseta que llevaba puesta para cambiarla por una sudadera que tenía siempre sobre el sillón, esa que usaba cuando estaba en casa cuando nadie lo veía.
cuando se sacó la camiseta, los ojos de los tres pasaron a la espalda del mayor, ya que se estaba cambiando dándoles la espalda.
estaba toda roja y con bastantes rasguños.

–wow gerard, ¿te peleaste con un gato?– preguntó ray.

–no, ¿por?

–viejo, tu espalda– dijo mikey.

frank miró al suelo con las mejillas sonrojadas nuevamente.

–aguarden, aguarden un segundo. frank tiene el cuello lleno de chupones morados, además camina raro, gerard tiene la espalda llena de rasguños y no ha borrado esa boba sonrisa desde que llegó. no puede ser, ustedes tuvieron sexo– dijo ray subiendo las cejas.

frank y gerard se miraron con nervios y sonrisas.

–eh...– dijo frank.

–arthur, necesito hablar con vos– dijo mikey.

ray y el pelinegro se quedaron hablando de lo mucho que a frank le gustaba gerard, de lo bien que todo estaba yendo ahora.

los hermanos way se encerraron en el cuarto del mayor.

–mikey...

–no me digas "mikey" con cara de perro. gerard, lo que hiciste está mal. número uno: frank es menor de edad, tú no. número dos: le pudiste haber roto el orto a frank. número tres: no deberías involucrarte con la persona con la que vives. número cuatro: si alguna autoridad se entera, te quitarán al niño. número cinco: bert me llamó buscándote, tuviste sexo con frank, que evidentemente te quiere mucho estando con bert. has sido infiel, gerard.

–mikey lo sé, sé que fui un idiota pero tú no entiendes. este chico enserio me gusta. es que él... él no es un chico común y corriente– de sólo pensar en él, gerard esbozó una sonrisa boba –él... él es indescriptible. nunca te esperas lo que va a hacer. cuando recién lo conocí juré que sería un simple dolor en el trasero. nunca había estado tan equivocado. es... es frank.

–gerard, más vale que empieces a hacer algo. ordena tus ideas, habla con bert, con frank. no lastimes a ninguno. ambos te quieren mucho, y no puedes estar con ambos.

gerard asintió.
cuando los ways estaban caminando hacia donde estaban ray y frank. el timbre sonó.

–¿pidieron pizza o algo?– preguntó gerard antes de abrir la puerta.

–¡hola gerard!

–puta madre– dijo sin más gerard.

–deberías actuar más feliz al ver a tu novio, gerard– dijo bert.

abrazó sin más a gerard.
mikey se golpeó la frente con la palma.
ray maldijo.
y frank corrió a su cuarto.

gerard había jodido todo.

fireman; frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora