fireman; frerard

día 19

gerard tenía todo listo. le había tomado el primer día pensar en la idea con bob, el segundo a comprar todo el material con bob, y el tercero a arreglar todo, con bob, sí, todo con bob, porque él ha tenido más novias que gerard y sabe cómo hacer sentir bien a una novia.

gerard estaba sentado en el living como siempre, mirando la televisión. sus manos sudaban algo, sus piernas temblaban y los nervios invadían su cuerpo.

su tranquilidad fue matada por frank, que tocó el timbre.

okey gerard, tú puedes hacerlo. lo has hecho muchas veces con bert, puedes hacerlo con frank.

abrió la puerta con una media sonrisa.

–h-hola, frank– dijo antes de dejarle pasar.

–hola gee– el hecho de que el menor le haya dicho gee significaba que algo del enojo había pasado –¿puedo pasar?– dijo apuntando a su maleta.

–espera un segundo. quiero hablarte de algo muy importante. por favor, siéntate.

cerró la puerta tras él y se sentó en uno de los asientos del porche, seguido por frank que hizo lo mismo con una silla que estaba al frente.

–bueno, primero que nada, sobre el otro día-

–gerard-.

–déjame hablar primero– dijo el mayor con unos ojos que rogaban. –sé que el otro día... a ver, yo sé que puedo. ¿por qué carajo me cuesta tanto cuando estoy sobrio? está bien, me concentro– a frank eso le dio mucha ternura, así que miró al piso para tratar de ocultar una sonrisa. –sé que el otro día fui un completo idiota. y más cuando no lo recordé al día siguiente, yo apenas y no estaba consciente por el efecto del alcohol. tú mereces una primera vez hermosa, que recuerdes cómo hacer el amor, no como tener sexo. y... y-yo quiero darte eso.

al escuchar el final, frank se quedó atontado.
¿gerard way quería regalarle una primera vez bonita?
¿gerard way quería tener sexo con él una segunda vez?

–g-gerard. ¿estás pensando lo que estás diciendo?

–sí, frankie.

gerard le extendió la mano, frank, tomándola con inseguridad, se levantó después del mayor.

–bienvenido de vuelta– dijo abriendo la puerta de la casa, cargando la maleta de frank.

cuando frank entró, gerard cerró la puerta y dejó de agarrar su mano.
frank miró a su alrededor. todo estaba alumbrado por la luz tenue de bastantes velas, unas cuantas aromáticas, creando un ambiente romántico. además, había una especie de camino de pétalos de rosa que llegaba hasta el cuarto del mayor.

–deja, yo llevo tu maleta, tú sigue el camino de las rosas– dijo gerard agarrando la maleta.

frank siguió el camino hasta el cuarto del
mayor.
abrió la puerta (que estaba entreabierta) y se encontró con más rosas, esparcidas por el piso, de un tono rojo sexy, la cama con sábanas del mismo color, con rosas en forma de corazón sobre la misma de color blanco. el cuarto estaba igual sólo iluminado por velas, con champán en una mesa que se encontraba al frente de la cama, chocolate con fresas, y al lado de la cama en la mesa de noche, había un lubricante.

mientras los ojos de frank empezaban a agarrar un brillo con una mezcla de lujuria y deseo, gerard entró a la habitación y se paró detrás de él.

–e-espero que esto t-te guste– dijo con timidez.

–gee, esto es fabuloso.

gerard caminó hacia la mesa, agarró las dos copas, le pasó una a frank y ambos dieron un sorbo.